La N-541 ha estado siempre en el ojo del huracán, tanto por su elevada siniestralidad como por las incidencias que sufrían las distintas obras de mejora. Unas obras que, a la vista de las estadísticas, nunca llegaron a cumplir su objetivo.
Ya en 2010 el PP llevó hasta el Parlamento gallego una queja por el "atraso inaceptable" en las obras de este vial a su paso por Cotobade, pues continuaban sin estar finalizados ocho meses después de que un temporal produjese un gran socavón en la carretera, la cual calificaban de "fundamental para o concello e para a conexión de Pontevedra co norte da provincia".
Un año antes, unas obras de acondicionamiento en el tramo urbano de O Carballiño causó un corrimiento de tierras que afectó a las 11 viviendas de un edificio.
En 2018 fue el PSOE local el que reclamó "a la administración competente" seguridad en el puente colgante de Tenorio que sobrevuela la N-541, cuyo mal estado provocaba las protestas de vecinos y usuarios de equipamientos municipales.
La última decisión relevante se produjo hace dos años, cuando el Ministerio de Fomento (titular de la vía) limitó el transporte de componentes eólicos desde la planta de O Carballiño hasta el Puerto de Marín para garantizar una mayor fluidez del tráfico y evitar así los habituales atascos que provocaban estos vehículos especiales.
De este modo, los desplazamientos de estas mercancías de gran tonelaje quedaron limitados a las cuatro de la madrugada como hora de salida del concello ourensano, con el margen de un camión cada hora. El siguiente turno debería comenzar a las 5.30 horas y rematar hora y media después, para reducir la congestión en las horas punta.