La Guardia Civil tuvo que intervenir este lunes en el conflicto generado en el fondo de la ría de Vigo entre las cofradías de Arcade y Vilaboa, ambas en situación de cese de actividad por la mortandad de la almeja, al descubrirse que once trabajadoras del mar estaban faenando en los lombos de O Cunchido.
Una treintena de mariscadoras de Vilaboa se reunieron en el punto de pesaje, un camino en Santa Cristina de Cobres que es la única salida a tierra desde el mar, para inquerir a las once mariscadoras que estaban faenando y saber el motivo por el que no cumplían el cese de actividad. Según se pudo saber, las de Arcade iniciaron este lunes la extracción con permiso de la Consellería de Mar, tras revisar su petición, al estar en una situación laboral complicada, pues carecían de meses de paro cotizados, ya que el cese de actividad anterior (motivado por la crisis de la covid-19) duró más de un año y consumió el 'colchón' de prestación de desempleo de algunas de las trabajadoras. Al carecer de esta posibilidad, solicitaron poder ir a extraer algunos días al mes (según informaciones iniciales, serán tres días) y justificar así la actividad con pérdidas, lo que les permitiría acceder a una compensación económica. Ayer sacaron cinco kilos de almeja japónica cada una, una cifra inferior al cupo que tendrían en un día normal, pero fijada así por los biólogos que controlan esta zona.
Las mariscadoras de Vilaboa han manifestado su enérgico desacuerdo con esta medida, al entender que, al ser O Cunchido un espacio compartido, esta decisión debió ser comunicada al pósito vilaboés, que a su vez debe controlar las cantidades extraídas del espacio común en el pesaje.
A mayores, Vilaboa pide que Mar solucione cuanto antes la situación "posto que están a traballar no único lombo que non tiña perdas totales e poden estar facéndolle moito mal ao marisco. Ese é o único lugar onde pensabamos que atopariamos algo cando teñamos que volver a faenar, en setembro", indicó una portavoz de las mariscadoras vilaboesas.
Ambas cofradías se vieron afectadas por la caída en la salinidad del agua a inicios de año, con las lluvias torrenciales de enero y febrero. Ya entonces se detectaron niveles de mortandad superiores al 80% del género. En el caso de Vilaboa, las mariscadoras dejaron directamente de bajar a los arenales, pues detectaron que la almeja superviviente estaba tan débil que al remover el sustrato, no era capaz de volver a enterrarse.
La retirada de las mariscadoras del pósito de Arcade se produjo con cierta tensión entre ambos bandos, pero custodiada por la Guardia Civil y sin altercados. La Benemérita levantó un atestado de la situación. Las mariscadoras de Vilaboa decidirán en una asamblea, en la tarde de este lunes, si se toman nuevas medidas de presión para evitar que se faene en esta zona.
