Una vecina pide un certificado al arzobispo para probar que no denunció al cura de Campo Lameiro

La edil aporta una carta firmada por Julián Barrio para atajar la ola de críticas que afectan "ao traballo, familia e grupo"

Una vecina de Campo Lameiro se vio obligada, esta semana, a presentar en su perfil oficial de Facebook y a difundir una carta firmada por el arzobispo, Julián Barrio, para acreditar ante los feligreses de todo el municipio que no fue ella la persona que denunció o presentó queja verbal sobre el cura de las seis parroquias de este concello, Fermín Santiago Iglesias.

La vecina, Martina Viéitez, que es concejala en la Corporación del grupo Por Vir, aclara que decidió recurrir al Arzobispado a finales de noviembre, "despois de ver como se me sinalaba por, supostamente, ter denunciado ao párroco de Campo Lameiro ante o Arcebispado. Ao principio non lle din importancia e deixeino correr, pero os rumores e as faladurías foron a máis e o que se centraba en min, acabou estendéndose tamén á miña familia, á miña actividade económica, e incluso ao noso grupo municipal", explicó Viéitez.

El problema, según aclara, surgió a principios del mismo mes, cuando el párroco indicó a los feligreses que había algún descontento que había presentado quejas contra él por escrito en el Arzobispado, algo que fue acogido con animadversión por los vecinos, pues Fermín Santiago lleva un año trabajando en las distintas parroquias del municipio y contó con buena acogida para muchas de sus propuestas, la más reciente de ellas, una romería y un mercadillo solidario en honor a San Martiño en Penalba.

Precisamente el asunto de las quejas se conoció después de esa cita religiosa y festiva que contó con la colaboración del Concello y el beneplácito de la mayoría de los habitantes de la zona.

La idea de que el joven cura (de 34 años) viese en peligro su permanencia en el municipio en el que ya solo queda un párroco, debió sentar mal a los vecinos, que enseguida quisieron dar con el o la culpable. El problema es que el boca a boca popular señaló a la persona equivocada. "Ao principio pensei que eran uns rumores e que se pasarían, pero co tempo vin que todo iba a máis, que se estendía e que comezaba a afectar a outros ámbitos, así que cando o asunto chegou a tocar á miña familia, decidín tomar medidas", explica Viéitez, que se dirigió por correo al Arzobispado el pasado 28 de noviembre, explicando que "estaba a ser obxecto de difamacións e calumnias, contra a miña persoa, honorabilidade e imaxe" y pidiendo que se certificase que ella no había presentado queja verbal o escrita alguna contra el párroco.

"Por sorte para min contestou moi rápido e xa puiden compartir a carta que me mandou", indica, aclarando que, aunque Fermín Santiago lleva un año en el concello ella solicitó "que se certificara que non presentei nada desde 2017 nin contra el nin contra as persoas que poidan estar con funcións de colaborador parroquial para evitar que sigan as terxiversacións".

La concejala ha indicado que la publicación en su perfil de Facebook del documento, firmado por el propio Barrio, ha causado ya cierto impacto en la sociedad de Campo Lameiro. Espera que, con esto sea suficiente para acallar las calumnias "aínda que con estas cousas nunca se sabe".

COBO. "Son bulos". Por su parte, el párroco afectado prefirió que el vicario episcopal territorial de Pontevedra explicase la situación. Calixto Cobo aclaró este lunes que "personalmente hablé con doña Martina y don Fermín sobre esta situación y parece que en realidad no hay nada. Ella tiene una carta que entiendo que es personal y ha decidido hacerla pública, pero lo que habría que ver es quién es la tercera persona o personas que supuestamente han afirmado en algún momento que había quejas sobre la actitud personal de don Fermín".

El vicario especifica que en todo caso se hablaría de su actitud personal "porque me consta que es un párroco apreciado por su trabajo, su generosidad y su acción caritativa" y parece claro que goza del respaldo de los feligreses. Calixto Cobo explica que la historia, más allá de lo anecdótico "no tiene mayor sustancia. Parecen bulos: dimes y diretes que en muchas ocasiones no hacen más que alimentar polémicas sin sentido y que no vale la pena alimentar".

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