En alerta por el abastecimiento. Así están los vecinos de San Amaro dependientes del pozo de sustitución implementado por Adif hace unos años, cuando las obras del AVE secaron sus propios manantiales de suministro.
Este colectivo, compuesto por unas 13 familias de San Amaro, mantiene un conflicto con el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, puesto que la empresa constructora asumió el compromiso de dotarles de abastecimiento con un pozo que depende de un bombeo y, con la entrega de la obra a Fomento, Adif heredó esa responsabilidad.
Aunque ya han intentado deshacer el trato en ocasiones anteriores, los vecinos han dejado claro que quien secó los pozos es quien debe hacer frente al abastecimiento, de modo que, hasta el momento, la empresa ha asumido las averías y el mantenimiento. Como el depósito se encuentra por debajo de la cota de algunas de las viviendas, el agua debe ser bombeada. El problema ahora es que una de esas bombas se rompió el pasado jueves.
Desde entonces, una familia de seis miembros (dos de ellos, menores) está sin abastecimiento. Para tener agua potable han tenido que pedírsela a un vecino. José Fernández López, el titular, explicó que "ao principio pensabamos que era un fallo eléctrico, pero cando veu o fontaneiro xa dixo que hai que reparar a bomba". Adif dijo que sí, "pero en canto souberon o custe da reparación dixeron que non poden asumir o gasto". Ahora, los vecinos siguen a la espera de que el organismo dependiente de Fomento dé luz verde a las obras.
Otras dos casas dependen de este bombeo, aunque, de momento, no padecen los problemas de presión. Adif paga unos 200 euros al mes por el coste eléctrico de este abastecimiento, y las averías suelen costar unos 3.000 euros. Los vecinos piden nuevos pozos propios, "pois o custe deste sistema non poderiamos asumilo".
