Salvemos Vilaboa desempolva las cruces para presionar contra los derribos

Enrique López recibió este miércoles en mano la notificación de la APLU que le permite acometer la demolición siempre que sea de forma fehaciente y con la supervisión de la Consellería

Aparecieron durante el conflicto de la empacadora, que marcó el pulso municipal en los últimos años de la década de los 90. También se erigieron cuando el Concello emprendió la lucha en favor de la consolidación de los núcleos del litoral y en defensa de los 20 metros de costa. Y, desde este miércoles, vuelven a estar en los márgenes de la N-554, a su paso por Santa María de Cobres, como símbolo de la resistencia de los vecinos de Salvemos Vilaboa contra la "demolición inminente" de la casa de Enrique López, declarada ilegal por una sentencia firme del 2011 por incumplir la Lei de Costas.

Algunos de los vecinos se crucificaron en ellas, tal y como ya lo había hecho el propio alcalde, Luis Poceiro, con motivo de la normalización de los núcleos. Es el siguiente paso dado por los integrantes de la plataforma contra los derribos, que, desde el pasado lunes, cuando comenzó el plazo que tiene la empresa para ejecutar la orden de demolición de la casa, no se han movido de O Muíño, con el fin de frenar a la piqueta cuando aparezca.

La defensa del inmueble del portavoz de Salvemos Vilaboa, que no es el único expedientado por la Aplu, pero sí el que está en la situación más crítica, se prolongó durante toda la madrugada de este miércoles. Y es que media docena de vecinos no abandonaron el improvisado campamento durante la madrugada, haciendo turnos de vigilancia para avisar al resto de habitantes de la posible llegada de las máquinas. "Tiñamos que buscar unha forma de pasar a noite estando alerta. Falamos e estivemos informándonos de como está a situación cunha radio que temos", explica Fabio, uno de los que estuvo presente en la guardia nocturna.

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El alcalde, Luis Poceiro, también estuvo con el afectado. GONZALO GARCÍA


Cuando ya pasaban de las 09.30 horas, la Policía Autonómica se personó en la vivienda para entregar en mano al afectado por la orden de derribo la notificación hecha pública el martes por la Consellería de Medio Ambiente, en la que responden a su requerimiento de iniciar el proceso de demolición él mismo.

Según explican fuentes de la Aplu, López puede poner en marcha el derrumbamiento de su casa, pero siempre y cuando se haga "con voluntad" de ejecutar la sentencia, que se hizo firme hace cerca de nueve años. En caso de que la empresa contratada por la APLU llegase a la vivienda y su propietario ya hubiese iniciado las tareas de demolición, la Administración autonómica se retiraría como ejecutora de los trabajos y se encargaría de controlar su evolución, "con visitas semanales de los técnicos urbanísticos".

"Como se pode ver, xa comecei a facer algunha cousa", alegaba este miércoles el afectado tras leer la notificación. Una de las alturas de la casa está prácticamente vacía y tampoco tiene ya ventanas. "Agora todo depende do que eles consideren. Para mín, básicamente, as cousas seguen igual, porque o final ven sendo o mesmo". Lo que todavía no está claro es cuándo aparecerá la maquinaria de la empresa, ya que, aunque este tipo de procesos suele iniciarse antes de que transcurran quince días, la firma no tiene ninguna fecha tope obligatoria para llevar a cabo su cometido. La quincena es, pues, una mera aproximación.

Mientras tanto, la solidaridad de los vecinos con Enrique sigue siendo arrolladora. Durante la mañana, algunos miembros de la plataforma colocaron las cruces por distintos puntos de la carretera general, mientras que otros no se despegaban del portal de la casa. "Isto é un fogar de xente que leva aquí toda a vida. Por temas políticos non se pode tirar unha casa, hai que solucionalo", comentaba Alicia, una de las vecinas concentradas. 

"Hicieron su casa con una licencia municipal y pensando que todo era perfectamente legal", añade Isa, otra de las personas que apoya la causa y que reconoce estar viviendo estos días "con mucha tensión". Aunque lo peor todavía está por llegar: "Cando cheguen as palas, isto vai ser unha agonía".

Posibilidad de abandonar la APLU
Algunos vecinos pedían el miércoles al Concello que abandonase la APLU como respuesta a la situación que se está viviendo en Santa Cristina de Cobres. El alcalde, Luis Poceiro, reconoció que hace unos meses "valoramos desligarnos, pero non saberiamos que facer con todos os expedientes que hai. Cando nos adherimos, non buscábamos perxudicar aos veciños, só queriamos medios humanos para que as tramitacións foran cara adiante", recalca.

Tampoco cree el afectado por la demolición que esta sea la solución. "Iso podería ser, pero vamos, non cambiaría nada. Os veciños teñen que estar concienciados de que a única solución que hai é política e pasa por que a Xunta se implique e pare isto, porque estamos tramitando un PXOM que serve de base para poder legalizar toda esta historia", argumentó Enrique.

En cuanto al informe de Aguas de Galicia que mantiene retenida la aprobación del planeamiento, Poceiro se muestra "optimista" después de la reunión mantenida con los técnicos del organismo autonómico y cree que esta semana podrán saber algo más sobre el documento. "Se a finais de ano teño aprobado o planeamento, fago unha festa", exclamó, confiando en que se cumpla el mejor de los escenarios posibles.

 

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