Xende no se queda sin fieles ni en pandemia

La romería religiosa más popular de A Lama recupera el pulso de la normalidad sin aglomeraciones y con pulpeiro
Devotos en Xende. DAVID FREIRE
photo_camera Devotos en Xende. DAVID FREIRE

Los vecinos de A Lama comprobaron este fin de semana cómo uno de sus eventos religiosos con más arraigo se mantiene entre los favoritos de los fieles de la comarca a pesar de las limitaciones que impone la pandemia.

Así, la parroquia de Xende recibió este domingo a decenas de fieles, entre vecinos de las proximidades y llegados desde otros puntos del entorno, que se fueron repartiendo en distintos horarios y espacios para poder respetar su cita anual con el Santo Cristo sin saltarse las normas sanitarias.

Esta celebración ha destacado en las últimas décadas por seguir contando con procesiones en ataúd, un tipo de ofrenda casi perdido en Galicia del que esta cita es un exponente único en la comarca de Pontevedra. En esta ocasión, al igual que en el año pasado, no se han permitido las procesiones y, en consecuencia, los ataúdes no han estado a disposición para los ofrecidos. Lo que sí ha habido han sido misas presenciales cada hora por la mañana y por la tarde, con aforo limitado en el interior de la iglesia y con una gran carpa que ofreció sombra a quienes siguieron los oficios desde el exterior.

Tanto el párroco, David Dosantos, como los ayudantes de la parroquia y los efectivos de Protección Civil, cooperaron para que, en primer lugar no acudiese demasiada gente (el evento no tuvo la misma difusión que en años anteriores) y, en segundo lugar, los fieles no se apelotonasen en el recinto de la romería y se higienizasen con gel hidroalcóholico al entrar en el recinto.

A la cita no le faltaron algunos de los elementos más clásicos que rodean estos eventos: eso sí, ordenados a la medida de la prevención de contagios de covid-19.

Así, hubo puestos de venta de exvotos y recuerdos religiosos, colocación de velas y desfile por delante del altar del templo en el que se puede observar la figura del Santísmo Cristo, además de una carpa en la que estaban también algunas de las andas que normalmente procesionan en esta cita.

Una de las novedades más celebradas por los asistentes fue la presencia de un pulpeiro, con un puesto de venta y varias mesas en las que se promovieron medidas de seguridad como distancias, un tope de ocupantes y el uso de mascarillas, salvo para comer.

A Lama cuenta con cero casos activos de covid-19 y esto ha permitido que el municipio pueda gozar de las mejores condiciones posibles para el desarrollo del evento, que además estuvo acompañado por el buen tiempo.

Menos fácil fue recordar que en Ponte Caldelas, municipio vecino, este lunes se hubiese celebrado la Festa da Troita. El evento gastronómico se suspendió ya a principios de mes, cuando se comprobó que la mejoría de las cifras de expansión del virus no era suficiente como para promover una degustación gastronómica al estilo tradicional en la Alameda caldelana.

Tras varios repuntes de contagios y con una situación contenida en actualidad, con doce casos, Ponte Caldelas figura entre los municipios en nivel alto de prevención. Esto ha motivado que la hostelería local tuviese que afrontar este significativo fin de semana con unas restrictivas normas de aforo: sin poder usar el interior de las instalaciones y con un 50% del espacio en terrazas.

Con respecto a las reuniones se permitían máximo 10 no convivientes en exterior y un aforo del 50% en actos culturales. Como consecuencia de todo ello, solo en dos o tres locales del municipio se pudieron degustar las tradicionales tapas de trucha frita con panceta. La villa vivió con discreción y prudencia la que hubiese sido su primera gran fiesta del año y apostará por un plan cultural de pequeños eventos este verano.

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