El alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera acompañado de su homólogo de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, y los técnicos de Aguas de Galicia y Naturgy, visitaron ayer la central eléctrica Ponte do Inferno para firmar un acta de reconocimiento del terreno necesaria para avanzar con los trámites del proceso de extinción de la concesión.
La Xunta retomó el mes pasado el proceso de caducidad de la concesión anunciando en el DOG y el Boletín de la provincia el procedimiento y este acto parece el primer paso visible para el nuevo procedimiento. Se desconoce si en el mismo se tendrán en cuenta los pasos dados en el año y medio anterior, cuando el expediente de extinción del mismo salto fue iniciado a instancias del colectivo Pladever, de Ponte Caldelas.
Tal y como apuntó ayer el Concello de Soutomaior, según el Plan Hidrolóxico de Galicia, el plazo de concesión para la central hidroeléctrica finalizó en marzo de 2017, después de 131 años de explotación y durante este tiempo, la falta de adaptación de la infraestructura a las normativas ambientales motivaron que la presa impidiese el tránsito de especies migratorias como la anguila, el salmón y la lamprea.
El alcalde de Soutomaior, Agustín Reguera, calificó esta visita como "un paso más para poder recuperar el cauce original del Verdugo" y recordó que Aguas de Galicia ya calificó en 2019 al río Verdugo como un cauce "muy modificado" como medida de protección ambiental incluida en la Directiva Marco del Agua Europea.
Del mismo modo, el primer edil indicó que la eliminación de la presa y la posterior restauración del cauce original del río implicaría la recuperación de un tramo de dos kilómetros del río Verdugo y cinco del San Vicente, "lo que supondría un aumento de la biodiversidad del río y mejoraría su productividad natural. Una mejora que sería muy beneficiosa para uno de nuestros mayores sectores productivos, el marisqueo", finalizó Reguera.
El alcalde de Ponte Caldelas, Andrés Díaz, también estuvo presente en este acto, en el que no faltaron representantes de Naturgy, empresa concesionaria de la explotación. Al contrario que Reguera, Díaz expresó su deseo de que la explotación siga adelante acatando las normas ambientales.
Andrés Díaz afirma que "o actual aproveitamento debe adaptarse á normativa medioambiental vixente, da mesma maneira que entendo que hai que defender os postos de traballo que xenera esta infraestrutura ou buscarlles unha alternativa laboral".