El accidente de tren de O Porriño se debió a un despiste del maquinista

El Semaf lamenta, tras el informe de la CIAF, que se vuelva a poner el foco sobre el conductor

Varios operarios junto al tren que descarriló en O Porriño. ARCHIVO
photo_camera Varios operarios junto al tren que descarriló en O Porriño. ARCHIVO

El Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (Semaf) ha lamentado que el informe de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) vuelva a poner el foco "solo" en el conductor del tren, en su investigación del siniestro del tren Celta que descarriló en O Porriño en septiembre de 2016. Este mismo organismo también atribuyó a un despiste del maquinista el accidente de Angrois.

Así lo ha trasladado el secretario general del Semaf, Jesús García Fraile, en declaraciones a Europa Press, en las que ha señalado que, a falta de analizar en profundidad el informe de la CIAF, "otra vez" se vuelve a señalar a "un culpable", en este caso el maquinista del convoy –que falleció en el accidente–. 

En su informe, la comisión de investigación apunta a un despiste de este maquinista, operario de Comboios de Portugal, como causa más verosímil del descarrilamiento del tren –que causó 4 muertos y casi medio centenar de heridos–. A ese respecto, los técnicos apuntan que las condiciones de la vía eran buenas, y que no hubo problemas en la señalización ni en los frenos. 

Jesús García ha recordado que la finalidad de las investigaciones de accidentes ferroviarios debe ser, sobre todo, la toma de medidas para que no se vuelven a repetir, y "no únicamente buscar a un culpable, que es lo que se hace en este país". "Lo de que haya un culpable es muy relativo, porque normalmente estos accidentes son resultado de una suma de causas", ha incidido. 

A ese respecto, ha recordado que, en la línea donde se produjo el accidente de O Porriño, se habían hecho unos cambios de vía para hacer unas comprobaciones técnicas, por lo que el convoy no circulaba por la vía habitual. En ese sentido, ha aventurado que "pudo no haber una comunicación adecuada de ese hecho excepcional", o incluso que esa comunicación no fuera eficaz por "problemas idiomáticos". 

Por otra parte, el responsable del Semaf ha calificado como "adecuadas" las recomendaciones que la CIAF recoge en su informe --la colocación de dispositivos de grabación en las cabinas del tren, la realización de los viajes con dos maquinistas, o la formación del personal ante posibles situaciones anómalas--, aunque ha precisado que hay que tener en cuenta "si se dan las condiciones técnicas y de personal" para poder implementarlas.

INFORME DE LA CIAF. La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) determina, en un informe de más de 400 páginas, que el descarrilamiento de O Porriño se debió a la excesiva velocidad del convoy (118 km/h según el registrador) cuando entraba en esa estación, y descarta anomalías tanto en el material rodante, como en las señales y balizas, o en la vía, cuyo estado era "aceptable". 

Asimismo, apunta que la documentación del tren y las inspecciones técnicas cumplían la normativa, que los frenos no fallaban y que la capacitación del maquinista y su experiencia eran las adecuadas. 

Con respecto a una posible distracción del conductor del tren, la CIAF señala que, "por algún motivo, el maquinista podría haber disminuido su atención, al menos momentáneamente", ya que no cumplimentó la última de las señales e iba a velocidad excesiva. 

"No obstante, las pruebas no resultan concluyentes, por lo que sólo es posible especular con la posible distracción que se pudiese haber producido, o una baja atención debida a circunstancias que se desconocen", precisa el informe. 

En esa línea, la investigación tampoco descarta que se pudiera haber producido un "exceso de confianza" que hiciera bajar la alerta del maquinista que, si bien conocía el trayecto, llevaba varias semanas sin realizarlo por haber estado de vacaciones. 

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