El acusado de matar a un joven en Chapela la noche de San Juan dice que no recuerda nada

José Luis L.P. defiende que había mezclado ansiolíticos y alcohol y que solo tiene recuerdos una vez lo llevaron a comisaría

El acusado de matar de un disparo a un joven en la noche de San Juan de 2017 en Chapela durante el juicio. SALVADOR SAS (EFE)
photo_camera El acusado de matar de un disparo a un joven en la noche de San Juan de 2017 en Chapela, este lunes durante el juicio. SALVADOR SAS (EFE)

El hombre acusado de matar de un disparo a quemarropa a un joven de 25 años en la noche de San Juan de 2017 en la playa de Arealonga, en Chapela, y de tirar a dar a otro joven al que no alcanzó ha alegado este lunes que no recuerda nada de aquello y que había ingerido ansiolíticos, que mezcló con alcohol.

José Luis L.P., para quien el fiscal pide 42 años de cárcel por dos delitos de asesinato, uno en grado de tentativa, otro de tentativa de homicidio, porque hizo ademán de coger su pistola cuando lo rodearon varios agentes, y tenencia ilícita de armas, ha declarado que solo tiene recuerdos una vez lo llevaron a comisaría.

En la primera jornada del juicio con jurado popular que acoge la Audiencia de Pontevedra, José Luis L.P. solo ha respondido a las preguntas de su abogada, que pide la libre absolución de su cliente o, alternativamente, que se tenga en cuenta la atenuante de intoxicación plena por consumo de alcohol y síndrome de abstinencia.

El fiscal ha rebatido esta tesis y ha sostenido que el parte médico señala que aquella noche, tras el crimen, el acusado estaba agresivo pero "nada de borracho" y que muestras de orina y de pelo que le extrajeron no hallaron trazas de cannabis, cocaína y opiáceos que hubiera hasta cuatro días antes.

El acusado ha corroborado durante su declaración que es adicto a la heroína y a otras drogas desde los 12 años y que desde entonces ha estado a tratamiento y ha sufrido varias recaídas.

Su abogada ha alegado también que está diagnosticado de un trastorno disocial de la personalidad y que la noche del crimen tenía anuladas sus capacidades cognitiva y volitiva.

José Luis L.P. ha recordado que ha estado ingresado en varias ocasiones en una unidad psiquiátrica y que en la época en la que se produjo el crimen tenía prescritos ansiolíticos, antidepresivos y metadona, que a veces no tomaba porque no le gustaba.

Ha relatado cómo la tarde previa al crimen había estado de bares por el barrio de Teis, luego se marchó a casa y sobre la medianoche decidió salir de nuevo a tomarse "la última copa".

También ha señalado en la zona de Arealonga estuvo con un conocido, además de otras personas, en varios bares, y que a éste le dijo que quería irse a casa y que sentía mal.

Un extremo que ha negado esa persona que lo acompañó aquella noche y que ha declarado como testigo.

Este testigo ha contado que en un momento dado él y otras personas vieron cómo de la bandolera que llevaba el acusado asomaba la culata de una pistola y que al preguntarle, éste le "quitó hierro" al asunto y dijo que no era de verdad.

También ha relatado que al cabo de que José Luis L.P. abandonara el último bar en el que estuvieron juntos escuchó "ruidos como de petardos", que salió a la calle y se acercó a él, que estaba apoyado en una barandilla, y cerca de ellos, un corro de personas alrededor de la víctima, a la que no llegó a ver, y que luego se marcharon.

Adicionalmente, ha indicado que cuando llegaron a un callejón el acusado echó a correr y le dijo que se marcharan de allí, lo que le infundió sospechas y regresó al lugar del crimen.

Fiscal y acusación particular, que pide una pena de 28 años de cárcel por los delitos de prisión y tenencia ilícita de armas, con el agravante de reincidencia -acumula cuatro condenas previas-, han respaldado su tesis de que hubo asesinato en los testimonios de varios amigos de la víctima y del otro joven al que aquél disparó.

Un amigo de la víctima mortal ha contado que vio cómo Daniel B.P. fue a reprocharle a José Luis L.P. que estuviera orinando hacia donde había varias chicas durmiendo en la playa y que tras cruzar "muy pocas palabras", éste disparó.

Luego se acercó, le levantó la camisa a Daniel y vio que tenía un agujero en su pecho, del disparo, y que el acusado le espetó: "no es para tanto".

"Esas palabras no las puedo olvidar", ha afirmado este testigo, quien ha indicado que cuando intentaba taponar con su camisa la herida mortal de su amigo vio cómo otro joven fue a increpar al agresor y éste volvió a desenfundar y tiró "a dar".

Este joven al que supuestamente iba dirigido ese segundo disparo ha relatado que vio cómo víctima y agresor discutían y que Daniel cayó, y que al percatarse de éste sangraba abundantemente empujó a José Luis L.P. y le dijo "¿qué hiciste?", y que en ese instante, aquel lo encañonó y echó a correr.

Otros dos jóvenes que acompañaban a este testigo han coincidido, con algunos matices, en que vieron cómo Daniel cayó al suelo -uno de ellos escuchó el disparo y el otro, no-, y cómo luego su amigo lo empujó y eludió "de milagro" los disparos que le dirigió.

Uno ha señalado que el acusado "tenía pinta de que iba borracho", porque "se tambaleaba un poco", y el otro ha afirmado, categórico, que "mal no estaba".

El hombre que estuvo de bares con el acusado aquella noche ha señalado por su parte que José Luis L.P. podía "hablar, conversar", en la medida de sus posibilidades, ya que llevaban de copas desde la medianoche hasta las cinco de la madrugada, cuando se produjo el tiroteo.

En su discurso previo a las declaraciones, el fiscal se ha dirigido al jurado y ha afirmado que el acusado mató "vilmente" a Daniel, ya que le disparó de forma "cobarde", "a traición", con una pistola más potente que las que usa la Policía.

"El disparo fue a matar sí o sí", ha proclamado el fiscal, quien ha añadido que si no mató al otro joven al que atacó con su arma fue "de milagro".

El abogado de la acusación particular, que pide sendas indemnizaciones de 125.000 euros para el padre y la madre de la víctima mortal, y de 38.000 euros para cada uno de sus dos hermanos, ha resumido el caso en que José Luis L.P. es "un pistolero" y aquella noche "se comportó como tal".