Se enfrenta a 12 años el acusado de abusar a sus cuidadoras: "No las toqué, por Dios"

Varias chicas coinciden en que en las primeras que pasaron en su casa, el hombre trató de besarlas, tocarles los pechos o les preguntaba sobre su vida sexual o las costumbres sexuales de su país
Un hombre en silla de ruedas.AEP
photo_camera Un hombre en silla de ruedas.AEP

Un vecino de Nigrán, que ha sido juzgado este martes como autor de abusos sexuales hacia varias mujeres, a las que ofreció trabajo como cuidadoras (tiene movilidad reducida y se desplaza en silla de ruedas), ha negado los hechos ante el tribunal: "No las toqué, no por Dios".

Así se ha expresado durante su comparecencia ante la jueza de la sala de lo Penal 1 de Vigo, en una vista en la que ha admitido que él y su mujer (a la que hacía pasar por su hermana) entrevistaron a varias candidatas para trabajar en su domicilio de Nigrán, donde tendrían que hacerse cargo de su cuidado y de las tareas del hogar.

Según ha relatado, contactaban con las mujeres a través de anuncios en prensa o en páginas web y se entrevistaban con ellas para saber si serían capaces de llevar a cabo las tareas que les encomendaban, como auxiliarle en sus desplazamientos, ayudarle en el aseo, a la hora de comer, de acostarse, levantarse, vestirse, etc.

La Fiscalía, que pide 12 años de cárcel para el acusado, ha señalado en su escrito de acusación que este hombre actuó "prevaliéndose de su condición de potencial empleador" y "aprovechándose de la situación de vulnerabilidad de las mujeres, en su mayoría extranjeras, en situación irregular en España y con escasez de recursos y necesidad laboral".

En concreto, señala que les exigía que llevasen a cabo una "prueba" consistente en dormir en el mismo cuarto que él y les realizó preguntas y comentarios de carácter sexual, además de manifestar sus preferencias a ese respecto. También apunta que intentó tocarles el pecho o besarlas, y que les pedía que le hicieran masajes en el pecho, le tirasen de los pezones, e incluso, a una de ellas, que le "acomodara los testículos" por dentro de la ropa cuando lo sentaba en la silla de ruedas.

El procesado ha negado rotundamente esas acusaciones, y ha señalado que no obligó a las mujeres a dormir en su habitación, que no les hizo tocamientos ni comentarios de índole sexual, ni les hizo propuestas inadecuadas, como fotografiarlas desnudas.

VÍCTIMAS. A lo largo del juicio han comparecido diferentes mujeres que pasaron por la vivienda del acusado, y todas han coincidido, en términos generales, en su relato. Según han manifestado, en la primera noche que pasaron en casa del acusado, éste intentó tocarles los pechos, o besarlas en la boca, o les hizo preguntas íntimas, relacionadas con su vida sexual o con las prácticas sexuales en sus países de origen.

La mayor parte de las mujeres acabaron por abandonar la vivienda pocas horas después de llegar, excepto una de ellas, que estuvo trabajando como cuidadora durante 6 meses y llegó a traerse a su hija y a su nieto de Uruguay, para que vivieran allí. 

La mujer ha explicado que, salvo comentarios inapropiados e intentos de tocamiento una de las primeras noches, su labor se desarrolló sin inconvenientes a lo largo de los meses posteriores. Los problemas se reanudaron poco tiempo después de que su hija y su nieto se instalaran en la casa y, dado que el acusado comenzó a molestar a su hija, la familia acabó por marcharse.

OTROS CASOS. En el juicio celebrado este martes, también ha comparecido como testigo una agente de la Guardia Civil, que señaló que, tras las primeras denuncias, se inició una investigación para tratar de localizar a las mujeres que podrían haber sido víctimas de este supuesto abusador.

Esta agente ha señalado que, al margen de las identificadas, la Guardia Civil sospecha que pudo haber "muchos más casos", pero que no fue posible localizarlas a todas. Al respecto, ha apuntado que los anuncios que el acusado y su mujer ponían para contratar a cuidadoras eran muy "llamativos", ya que reclamaban mujeres de cierta edad, preferiblemente extranjeras.

Esto se tradujo en que la gran mayoría de aspirantes al trabajo eran mujeres de fuera de España, en situación irregular y vulnerables por sus necesidades económicas.

Por otra parte, también ha declarado en la vista otra trabajadora, que desempeñó la labor de cuidadora de lunes a viernes en la casa durante casi 4 años. Esta mujer señaló que, cuando ya era empleada del acusado, hubo gente que le preguntó "cómo podía trabajar en esa casa", sabiendo que a su empleador "le gustaba tocar a las chicas".

Esta testigo ha confirmado que, por esa vivienda pasaron "muchísimas mujeres", candidatas a trabajar como cuidadoras los fines de semana, pero que el acusado les prohibía tener contacto entre ellas. No obstante, ha matizado, durante el tiempo que trabajó en esa vivienda, a ella nunca el hombre le hizo insinuaciones, tocamientos u ofertas inapropiadas.

El Ministerio Fiscal considera al acusado autor de cuatro delitos continuados de abusos sexuales y otros cuatro delitos de abusos sexuales, por los que pide que sea condenado a 12 años de cárcel. También reclama que indemnice en 1.000 euros a tres de las víctimas y en 2.000 a una cuarta. La acusación particular, en representación de las mujeres denunciantes, se ha adherido a las peticiones de la Fiscalía.