"É como Chernóbil; non hai nada, non queda nada"

El dramático testimonio de una vecina: "Vi a mi hija con el pelo ardiendo" ►La onda expansiva arrancó a un bebé de brazos de su madre

Vecinos desolados tras la explosión. SALVADOR SAS
photo_camera Vecinos desolados tras la explosión. SALVADOR SAS

En la zona cero y sus alrededores los relatos de los vecinos, todavía incapaces de asumir la desvastación que contemplaban alrededor, eran rotalmente desgarradores. El de Sonia, a la que la deflagración sorprendió en casa con sus dos hijos pequeños, fue de los más significativos. "Caeunos o tellado enriba", narró a la Radio Galega. "Non sabía se ir axudar ao neno ou á nena e entón ela logrou chegar xunto de min, pero estábaselle queimando o pelo e a camisa por detrás; foi horrible!".

Pese a todo, cuando logró recuperarse y comprobar que los suyos estaban bien, se lanzó a ayudar a los vecinos. "Fomos á casa do lado, onde hai unha muller en cadeira de rodas, e nada máis a sacamos, empezou a arder todo", explicó. Después se lanzó a socorrer a su hermana, "que tiña a porta e a placa enriba e levárona para urxencias cunha fenda na cabeza".

Daños en una casa situada a 800 metros de la explosión. CRTVGA otra mujer de Paramos, la onda expansiva le arrancó literalmente a su hijo de los brazos. "Estaba na casa coas fiestras pechadas e de súpeto rebentaron e o neno caeu ao chan", aunque por suerte todo quedó en un susto.

Cada historia que se iba escuchando en el lugar aportaba nuevas pistas de la magnitud de lo sucedido. "É como Chernóbil; non hai nada, non queda nada", resumía un vecino tras comprobar el alcance de la brutal deflagración.

"É como a guerra", explicaba otro vecino para ilustrar la devastación de viviendas, farolas, muros y verjas. "Sentín moito medo, porque pensamos que era un terremoto", contaba otro que aseguró que su casa tembló pese a estar en Redondela, a unos 30 kilómetros de ese lugar.  También se pensó que había caído un avión.

Un lugareño relató a Efe que su hijo perdió el taller de mecánica adyacente a su casa, que está a unos 200 metros del lugar de la explosión. "Desapareceu", dijo. Casi en la misma línea de lo vivido por Manuel Fernández, que estaba jugando una partida de dominó en el bar Rodas cuando de repente "todo saltou polo aire e comezaron a caer tellas por todos lados". "Ese hombre no puede trabajar más, es una irresponsabilidad total", ha dicho en alusión al hombre que supuestamente tenía un almacén pirotécnico en un aledaño de su casa y que presuntamente es el origen de la explosión. "Aquí hay casas que desaparecieron. Yo no sé, más adelante ya no me dejaron ir", ha relatado.

Felipe Santos, también vecino del lugar, señaló que acababa de recoger a su hija del colegio y que estaban en un parque cercano cuando de repente hubo una explosión "como un volcán", con trozos de todo tipo de material muy altos, una columna de humo impresionante y "unha corrente de aire moi importante que durou uns 15 ou 20 segundos", que era en realidad la onda expansiva.

Y es que la potencia de la explosión fue tal que en los primeros 100 metros alrededor "arrasou todo", decían los supervivientes. "Hai casas que non existen" y en las que temen que "haxa xente".

Pero los brutales efectos del estallido llegaron más allá de la zona cero, incluso cruzaron el Miño en Valença y rompieron vidrios de comercios y casas en el centro de Tui, a unos kilómetros de allí y desde donde era visible una gran columna de humo. "Parecía xusto como o fume dunha bomba", contaban algunos vecinos. Los efectos de la explosión del almacén de pirotecnia también se dejaron sentir en el monte, ya que hubo múltiples incendios y focos fruto del material incandescente que caía del cielo. Al tratarse Paramos de un entorno bastante rural y tras el calor de los últimos días, prendió el fuego con facilidad.

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