Dos de los nueve hermanos de la víctima del crimen de Mondariz (Pontevedra) han asegurado este martes que "evidentemente" cualquier condena que le imponga al autor confeso de este asesinato les "va a parecer poco"
"Catorce, veinticinco o cincuenta años de prisión nos van a parecer poco, porque eso no nos lo va a devolver", han señalado estas dos mujeres, que han atendido a los medios de comunicación tras concluir la segunda jornada del juicio contra Miguel Ángel G.M., que ha reconocido los hechos.
El acusado, que compartía hostal con la víctima, adquirió un cuchillo días antes del crimen, con la intención de acabar con la vida de su compañero de hostal, con quien mantenía una mala relación debido a las quejas de la víctima por su comportamiento.
Acabó con su vida tras asestarle hasta noventa cuchilladas que, entre otras partes del cuerpo, le provocaron dieciocho heridas en la cabeza, causándole la muerte en el acto.
"Queríamos estar aquí porque estamos apoyando a Luis. Somos nueve hermanos, mi madre por desgracia falleció en el mismo año que él, no aguantó lo que le pasó. Él murió en enero y ella en noviembre del mismo año", han lamentado las hermanas a la salida del juicio.
Han añadido que "teníamos que estar aquí por él en representación de los nueve, porque Luis no está solo, está con su familia y aunque su mamá no esté, que este proceso lo empezó ella, estamos nosotros apoyando y luchando por su justicia, la justicia que se merece".
Las dos hermanas, personadas junto a sus otros siete hermanos en el juicio como acusación particular, han pedido una condena larga para el acusado porque "esta persona no está apta para estar en la calle" y si sale en libertad por sus problemas mentales "la va a volver a liar".
La víctima sufrió 18 heridas con un cuchillo en la cabeza
El huésped del hostal de Mondariz (Pontevedra) que murió tras recibir hasta noventa cuchilladas a manos de otro inquilino, Miguel Ángel G.M. -que ha confesado ser el autor del crimen-, sufrió 18 de esas heridas en la cabeza.
Así lo reflejan las conclusiones del informe forense, que se han conocido este martes en la segunda sesión del juicio con jurado que se está celebrando en la Audiencia de Pontevedra.
El forense ha explicado que la víctima presentaba cerca de una veintena de lesiones en la bóveda craneal, entre las cuales algunas de ellas eran puñaladas y otras eran golpes con el mango del cuchillo, el arma homicida empleada por el acusado.
Miguel Ángel G.M. adquirió el cuchillo en un bazar de Ponteareas (Pontevedra) días antes del crimen, con la intención de acabar con la vida de su compañero de hostal, con quien mantenía una mala relación debido a las quejas de la víctima por su comportamiento.
La empleada de este establecimiento ha relatado ante el tribunal que, tras comprar el cuchillo, el acusado lo desempaquetó en la acera y simuló apuñalar a alguien.
El arma, según el forense, es "compatible" con las múltiples heridas que sufrió la víctima.
Además, este experto ha ratificado, como ya recogía el escrito del fiscal, que el acusado estaba diagnosticado de psicosis esquizofrénica paranoide y estuvo hospitalizado en varias ocasiones, constando que no tiene una buena adherencia al tratamiento que debería recibir.
A pesar de ello ha subrayado que, a pesar de tener "disminuida" su capacidad para frenar sus impulsos, "comprende perfectamente lo que está bien y lo que está mal".
La dueña del hostal en el que se alojaban la víctima y el acusado ha explicado, por su parte, que el fallecido llevaba 17 años hospedado en él "y nunca había tenido ningún problema" porque era una persona "afable y querida".
Fue con la llegada de Miguel Ángel G.M. al hostal cuando las cosas cambiaron porque la víctima "quería cambiar de habitación" ante las molestias que le provocaba el acusado "porque ponía la música muy alta por las noches y le pedía tabaco constantemente".
Esta segunda sesión del juicio contra Miguel Ángel G.M. ha incluido la declaración de los agentes de la Guardia Civil que investigaron los hechos, especialmente desde que la víctima fue vista con vida por última vez hasta que, cinco días después, hallaron su cadáver.
La Fiscalía, tras presentar sus informes, ha modificado sus conclusiones iniciales y ha reducido la petición de cárcel de 17 a 14 años, después de que el acusado reconociese los hechos y se le haya aplicado la atenuante de confesión.