El mal tiempo evita el lleno en los hoteles de la comarca

Los establecimientos de Pontevedra y Sanxenxo reabrieron con más del 70% de ocupación y rozaron el 100% en las ofertas con spa
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photo_camera El paseo de Silgar lució el lunes una imagen que no se veía desde hacía tiempo. DAVID FREIRE

La contención en los datos de contagios ha animado, al fin, a la ciudadanía. Las ganas de salir y de disfrutar del ocio como antaño (salvo por la mascarilla) pudieron con las previsiones meteorológicas, que se cumplieron el sábado, de lo más otoñal. El 80 por ciento de reservas que lucían los hoteles de 4 estrellas de Sanxenxo a comienzos de semana se resintió, pero no del todo. Muchos mantuvieron sus planes, y algunos más se sumaron a última hora reservando paquetes con spa para sobreponerse a los elementos de la jornada sabatina.

Así lo explica Alfonso Martínez, presidente del Consorcio de Empresario Turísticos de Sanxenxo (CETS), que señaló que "si el tiempo hubiese acompañado, se habría rozado el lleno". "Abrieron 33 establecimientos hoteleros. Algunos de ellos no pensaban hacerlo, pero se animaron. El puente ha servido como un buen punto de partida, sin lugar a dudas". Sobre las cancelaciones de última hora, reconoce que "alguna ha habido, pero mayoritariamente hemos aguantado, en especial los hoteles que disponen de instalaciones de spa".

Martínez expresó, al mismo tiempo, su optimismo de cara a la próxima campaña de verano, indicando que "las reservas marchan a muy buen ritmo, y esperando que los datos de la pandemia no nos vuelvan a tirar para atrás, estamos esperanzados en tener un buen año".

Los datos de ocupación no fueron los mismos en los establecimientos de menos de 4 estrellas, pero eso "ya es habitual todos los años, haya o no pandemia, durante los fines de semana. Durante el verano ya se equilibra", concluye el presidente de los empresarios.

En cuanto a la ciudad de Pontevedra, aún sin datos, dada la premura, puede hablarse de activación. Paula Lourido, representante del sector, declaró que "tuvimos algo de movimiento, pero nada espectacular". En la Boa Vila resulta más necesario el buen tiempo, pues la ciudad carece de hoteles con comodidades que animen a los turistas en días de lluvia. Los datos, pese a todo, fueron esperanzadores.

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