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Manuel Barreiro, el baionés pionero de la aviación

▶ Fue uno de los primeros pilotos militares gallegos herido en combate en Marruecos, lo que minó su salud durante toda su vida por la gravedad de las heridas
Manuel Barreiro Álvarez.
photo_camera Manuel Barreiro Álvarez.

Si la semana pasada relataba a grandes rasgos la vida del aviador y pionero José Piñeiro de  Sanxenxo, y hace unas semanas relataba la curiosa historia del conde de Baiona y marqués de Misa, en esta ocasión la historia es sobre un paisano del conde y, además, pionero de la Aviación Militar, Manuel Barreiro.

Manuel Barreiro Álvarez nació en Baiona (Pontevedra) el 23 de octubre de 1880. Fue un ingeniero,  aviador español, pionero de la Aviación Militar y héroe en combate durante la cruenta guerra en el norte de África. Sobrino del farmacéutico y concejal de Tui, Juan Manuel Álvarez Cordero, cuya hija Enma Álvarez Besada terminó la carrera de Medicina en Madrid en 1931, año en el sólo había poco más de 1.000 mujeres estudiando en las universidades de toda España.

Manuel Barreiro cursó estudios en el internado del colegio jesuita Santiago Apóstol en Vigo. En 1898 ingresó en la Academia Militar de Ingenieros de Guadalajara, donde finalizó su instrucción y estudios en 1905 con el rango de teniente. Entre sus primeros destinos, el Regimiento Mixto de Zapadores, en Valladolid, en 1906 a la Compañía de Zapadores de Mallorca.

En abril de 1913 ingresó en la Escuela de Aerostación de Valladolid en donde siguió el curso de globo aerostático en sus modalidades de vuelo cautivo y libre. En 1913 el desarrollo de la aviación autopropulsada ya estaba en marcha y había sido decisiva en la guerra ítalo-turca en Libia en 1911. Así, Manuel a petición propia fue destinado al aeródromo de Cuatro Vientos para instruirse en el manejo del aeroplano autopropulsado, obteniendo la titulación de observador el 6 de octubre y el 12 de ese mismo mes el título de piloto militar de 2ª categoría.

Manuel Barreiro fue destinado a Marruecos en noviembre de 1913, que entonces era un territorio poblado por diferentes asentamientos tribales en guerra con España durante décadas. La incipiente aparición de los aeroplanos, tanto monoplanos como biplanos, supuso un gran avance estratégico en el campo militar. Los aviones que más utilizaba el ejército español, eran los británicos Maurice Farman MF-7 con motores Gnome, los austriacos Lohner Pfeilflieger o los cazas franceses Nieuport.

Manuel fue destinado a este país, Tetuán, en calidad de Capitán de Ingenieros y observador de aeroplano, con el Teniente de Infantería y piloto, Julio Ríos Angüeso y los aviones estaban en Sania Ramel. Mandaba la escuadrilla el capitán Kindelán y la formaban los capitanes Bayo y Barrón, los tenientes Orleáns, Olivier, Ríos, Espín y Moreno y el alférez Alonso y como observadores los capitanes Castro Deza, Cifuentes y Barreiro, los tenientes Arcate y O"Felan y el alférez de navío Sagasta. En una de sus misiones, en el Monte Cónico, debido al mal tiempo Barreiro y Ríos hicieron un vuelo rasante exponiéndose a tiro del enemigo, "Cuando el capitán Barreiro estaba terminando de realizar el croquis del terreno y la localización de las harkas rebeldes, éste recibió un disparo en el pecho y el teniente Ríos era alcanzado por dos balazos, uno en el vientre y otro entre las piernas. El piloto, a pesar de la gran pérdida de sangre y del dolor de ambas heridas y ayudado por los gestos de Barreiro, con una gran serenidad logró regresar con el aparato al campamento general y aterrizar sin causar daño alguno al aeroplano". Aterrizaron en la base heridos de gravedad cumpliendo el objetivo de salvar las aeronaves para que no cayeran en manos del enemigo.

Evacuaron a los dos heridos, cuyo estado era muy grave, y fueron trasladados al hospital militar de Tetuán y después al Hospital Militar de Madrid. El Rey Alfonso XIII, siempre interesado por los heridos graves en campaña, envió a Marruecos el siguiente mensaje: "Ruego a V.E participe a los dos aviadores heridos que los asciendo al grado superior y que los felicito por su brillante conducta, así como por el valor y la serenidad de que han dado pruebas. Déles un abrazo en mi nombre y lleve estas felicitaciones a la Orden del Día de los Ejércitos de Tierra y Mar". A raíz de este accidente la salud de Manuel Barreiro quedó mermada, por lo que en 1920 ingresó en el Cuerpo General de Inválidos.

De la hazaña se hizo eco la prensa española y europea, Mundo Gráfico destacaba, "ha constituido la nota emocionante de le pasada semana. La heroica conducta de ambos aviadores, que no obstante la ¡gravedad de sus heridas continuaron difiriendo sus aparatos hasta descender, exangües, en el campamento español, ha sido unánimemente admirada, y, sin duda, será objeto del lauro á que es acreedora".

Un accidente que recuerda, por la gravedad y secuelas, el que sufrió otro pionero, el ingeniero y piloto pontevedrés en Cala del Quemado en Marruecos, José Pazó Montes, cuando el 18 de abril de 1927, despegó una escuadrilla de cinco aparatos para apoyar el avance de una columna. José Pazó tripulaba el Bristol número 4 cuando vientos muy fuertes abortaron el operativo y jefe de la escuadrilla ordenó el aterrizaje inmediato de toda la formación, ya que comprometía el vuelo y las vidas de los pilotos, "Al tomar tierra, el de Pepe Pazó y por la violencia del viento, el aparato capotó incendiándose".

A Manuel Barreiro por esta hazaña en Marruecos se le concedió la Cruz Laureada de San Fernando el 26 de septiembre de 1921, la segunda que se concedía en aviación militar, que se entrego en un solemne acto en Vigo el 18 de abril de 1922, "El gobernador militar de Vigo, por delegación de S. M., impuso la Cruz Laureada de San Fernando al heroico teniente coronel de Ingenieros D. Manuel Barreiro, que como piloto aviador fué herido gravemente en Marruecos. El solemne acto se efectuó en la Residencia do los PP. Jesuitas, de Bella Vista, de cuyas escuelas fué alumno el Sr. Barreiro". Ese día en su honor se organizó, por exalumnos del colegio Anceis de A Guarda y Vigo, un banquete en el Hotel Continental y a las seis y media una velada en el Teatro Odeón en donde el Obispo de Tui destacó el heroísmo de Barreiro. Por este motivo fue beneficiario de una pensión anual de 2.000 pesetas de por vida.

Imposición de la medalla a Barreiro en Vigo, 1922. SARABIA-MUNDO GRÁFICO
Imposición de la medalla a Barreiro en Vigo, 1922. SARABIA-MUNDO GRÁFICO

En 1934 Barreiro pasó a la reserva y en 1936 precisó ser hospitalizado en el Sanatorio de Guadarrama, debido al accidente de 1913, pero a causa de la Guerra Civil regresó a su ciudad natal ese mismo año. Manuel Barreiro Álvarez falleció en Baiona el 13 de julio de 1940. Manuel Barreiro fue nombrado Hijo Adoptivo a título póstumo por el Concello de Baiona en 2013.

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