La menor que denunció haber sido víctima de abusos sexuales por parte de la pareja de su madre ha asegurado este jueves que estos episodios, que al acusado ha negado ante el tribunal, ocurrieron "muchas veces".
La víctima, que tenía entre 13 y 14 años cuando se habrían producido estos abusos, declaró por videoconferencia ante la Audiencia de Pontevedra, que ha juzgado este jueves al acusado, para el que la Fiscalía solicita seis años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales. Los hechos se habrían producido en O Porriño.
En su declaración, la menor ha explicado que los abusos comenzaron poco después de empezar a vivir con su madre y ha confirmado que, hasta ese momento, el acusado era "como alguien de su familia", y que la relación entre ambos era buena.
Un día, estando ambos en el sofá, empezaron los tocamientos, según ha relatado la víctima, que también ha citado hechos similares en un coche o en su propia cama estando enferma. Fue una amiga de la familia la que denunció los hechos después de que la menor se lo contara a su madre y ésta tuviese la impresión de que no le creía.
"Estoy intentando olvidar esto todos los días", ha afirmado ante las preguntas del abogado que defiende al acusado en este juicio, que cuestionaba que no recordara ciertos detalles.
El acusado, por su parte, ha negado los hechos y ha señalado que coincidía "poco tiempo" con la niña en casa, algo que ha ratificado su pareja, madre de la menor, que subrayó que era su hija quien jugaba con él y sin rechazar ningún comportamiento.
Las forenses que examinaron a la víctima calificaron de "creíble" su versión y detallaron que presenta un cuadro clínico "compatible" con episodios de abusos que "encaja perfectamente" con los hechos denunciados.
La Fiscalía, tras la vista oral, ha elevado la acusación contra este hombre y, aunque mantiene los seis años de prisión, reclama ahora diez años de libertad vigilada y una indemnización mayor, de hasta 20.000 euros, por los daños morales.
Además, solicita que prohíba al acusado acercarse a la víctima durante siete años y que se le impida ejercer cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores durante tres años más del total de la pena de cárcel que se le imponga.
