Un primer día de playa en la provincia con dos caras

Los arenales de Mogor y Silgar presumieron de una afluencia de gente típica de un primer día de verano, mientras que en Lourido apenas hubo bañistas ► Los más pequeños fueron los protagonistas en las playas, en las que se siguieron las medidas de seguridad

No pudo haber hecho mejor tiempo para darle la bienvenida a la Fase 2. Con este nuevo avance en la desescalada de cara la "nueva normalidad", los pontevedreses fueron unos de los más privilegiados al poder disfrutar de uno de los bienes más preciados de toda la comunidad gallega: la playa. Más de 70 días después, los arenales, que hasta ahora solo dejaban estampas solitarias de paseos, volvieron a llenarse de vida y las diferentes playas de la costa de Pontevedra ya comenzaron a evocar a una tradicional postal veraniega.

Si bien las altas temperaturas fueron un alicente para que la gente acudieses a darse su primer chapuzón del año, también lo fueron las ganas de libertad y el ansia por sentir el agua fresca de las Rías Baixas en la piel. Acostumbrados a las más simpáticas estampas para meterse al agua, ya que en Galicia presume por estar fría, ese recelo quedó a un lado durante la jornada de este lunes y nadie dudó en zambullirse en el agua, sobre todo los más pequeños, que para muchos era como volver a pisar la playa por primera vez en su vida.

En Marín, las playas de Portocelo, Mogor y Aguete volvieron a lucir una imagen típica de estas fechas, en las que los vecinos de la localidad marinense y Pontevedra comienzan a dejarse ver por los arenales para broncearse y probar el agua del mar.

A pesar de ser lunes, este lunes Mogor recordaba a un típico día de principios de verano. Eso sí, todavía sin turistas por las restricciones propias del estado de alarma, que no permitirán el movimiento entre provincias y comunidades casi al borde del fin de la desescalada.

La estampa de un primer día de verano que se pudo ver en Mogor, fue muy diferente en la playa de Lourido, en Poio

Los niños y los mayores fueron los primeros en disfrutar del arenal marinense. Es el caso de Bárbara Vázquez, una pontevedresa que, después de casi 70 días, pudo acudir a la playa de Mogor con sus hijos y sus padres. Un reencuentro de lo más ideal. "Nunca antes habíamos valorado tanto una playa. Es una sensación de libertad increíble", explica la joven de Pontevedra, que pudo ver como sus hijos "no paraban de gritar y saltar de la emoción cuando llegamos a primera hora de la mañana".

A pesar de esa emoción, visible en el resto de niños, todas las personas cumplieron a la perfección las medidas de seguridad e higiene recomendadas por el Concello de Marín, que a primera hora colgó en sus arenales carteles provisionales con las recomendaciones a seguir por los vecinos para disfrutar de la playa con seguridad.

La estampa de un primer día de verano que se pudo ver en Mogor, fue muy diferente en la playa de Lourido, en Poio. Allí, los vecinos de la localidad no se animaron tanto a acudir a disfrutar de los rayos de sol y del baño durante la mañana. Solo unos pocos, muy repartidos por el arenal, se acomodaban en las hamacas y toallas para broncearse, mientras que otros decidieron echarse al agua para pasear, ya que la marea no acompañaba mucho a los chapuzones. Por la tarde fueron más los que se animaron a estrenar la temporada pleste lunesa en Cabeceira.

Por otra parte, Silgar, en Sanxenxo, también contó con numerosas personas a lo largo de todo el día, pero sin a penas gente comparado con la densidad que suele tener la localidad, muy acostumbrada en estas fechas al turismo.

Desde el Concello de Pontevedra recordaron a la población todas las medidas de higiene y seguridad que seguir

Al igual que en Marín, las familias fueron las que más se animaron a probar el agua en Sanxenxo, y muchos buscaron dar salida a la rutina con sus hijos después de dos meses encerrados en casa.

La gente no solo disfrutó de los arenales, si no que los bares cercanos se vieron enormemente beneficiados después de haber estado cerrados tanto tiempo y con escasa afluencia de público por las restricciones del estado de alarma. "Se nota bastante afluencia de gente en el arenal desde primera hora. Ya había gente paseando y tomando el sal. Obviamente el buen tiempo también nos está ayudando bastante a recuperar todo lo que perdimos durante estos meses. A nivel del comportamiento de la gente, no hay queja, todo el mundo respeto", explica el encargado de uno de los bares cercanos a la playa de Mogor.

PLAYA FLUVIAL. Las playas fluviales también fueron una alternativa para combatir las altas temperaturas de este lunes.

La de Pontevedra fue una de las más concurridas, que desde primera hora de la mañana contó con equipos del servicio municipal que se encargaron de poner a punto la playa del Lérez. Desde el Concello, recordaron a la población todas las medidas de higiene y seguridad que seguir, como mantener las distancias y no usar las duchar. Pontesampaio y Ponte Caldelas también estrenaron temporada.

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