De las 61 entidades municipales de la provincia de Pontevedra, solo 39 cuentan con Policía Local, según los datos de la Xunta, a los que hay que sumar Valga, que no consta en los registros oficiales, por ser un caso excepcional, con un solo vigilante municipal.
Entre el más de 60% de lugares que disponen del servicio, sin embargo, solo dos ciudades disponen de más de cien agentes, mientras que la amplia mayoría se sitúa en plantillas de menos de 10 efectivos o en las que existe un mínimo legal de dos agentes.
Según establece la Ley, los concellos podrán crear cuerpos de Policía Local propios, si lo estiman oportuno y en función de sus necesidades. La única limitación que se establece es que en los de más de 5.000 habitantes la creación corresponde al Pleno y en los de población inferior, será necesario el informe preceptivo del edil de área o alcalde.
Los municipios de menos población pueden asociarse entre ellos para ofrecer este servicio. Siempre que no superen en conjunto los 40.000 vecinos, pueden contar con dos agentes sin un oficial o jefe. Este es el recurso al que acuden la mayor parte de las pequeñas localidades de Pontevedra y su entorno para ofrecer servicios mínimos de seguridad sin sobrecargar sus presupuestos.
Localidades como Soutomaior, Cuntis, Ponte Caldelas, Silleda, Mondariz o Mos cuentan con una plantilla de entre tres y un agente con la que se suele cubrir un horario de mañana, o de mañana y tarde los cinco días de la semana, o de lunes a sábado.
Una excepción a señalar entre todos ellos es el municipio de Vila de Cruces, que con una sola agente (que se acaba de incorporar para suplir a su antecesor, ya jubilado), la policía se mantiene operativa 24 horas, atendiendo las emergencias que surjan. El alcalde reconoce que no tiene previsto ampliar el número de efectivos.
En la comarca de Pontevedra y su entorno, hecha la salvedad de la capital, los departamento de seguridad ciudadana más estables y amplios son los de Sanxenxo, Marín y Poio. En ninguno de los tres casos adolecen de bajas derivadas de la aplicación del decreto de jubilaciones, y mantienen sus efectivos cerca del cien por cien. En el caso de Sanxenxo, como mayor referente turístico, al multiplicar su población en verano, el concello ofrece una ratio de un agente por cada 720 habitantes al que suma 34 auxiliares en verano. El modelo de este ayuntamiento es el que siguen otros municipios con población flotante estival como Cangas o Poio. Uno de los objetivos, precisamente, de este último municipio es el de revisar los acuerdos con la Xunta para poder aspirar a tener más ayudantes durante el verano.
