Félix deja un reguero de incidencias en la costa y el interior de la provincia

Sanxenxo, con media docena de percances fue el concello más efectado ▶El remolcador de Salvamento Marítimo tuvo que rescatar un velero que navegó a la deriva desde Aguete

Árbol caído en la Avenida de Samil, Vigo. EFE
photo_camera Árbol caído en la Avenida de Samil, Vigo. EFE

El paso de la ciclogénesis explosiva Félix no ha dejado indiferente a ningún concello de la provincia, en especial a los de la costa, aunque el reguero de incidencias resultó menos grave de lo que permitían imaginar las previsiones iniciales.

El Centro Integrado de Atención a Emerxencias 112 registró 671 incidencias durante todo el fin de semana. La provincia de Pontevedra, con 264 llamadas, fue la segunda más afectada, después de la de A Coruña.

La zona de mayor impacto fue la de Sanxenxo y O Salnés. El municipio sanxenxino registró más de media docena de incidencias complicadas, aunque, al producirse todas de noche, no hubo riesgo para los vecinos. La peor parte se la llevó la caseta de los socorristas de la playa de Canelas. Literalmente, se partió en pedazos.

A escasos metros de la playa, en una casa particular, un árbol de gran volumen cayó sobre un garaje, por suerte, desocupado en ese momento. En cuanto a los centros públicos, volaron chapas en el de salud de Baltar, y en el Mercado de Portonovo, en donde cayeron señales, sufrió daños una palmera del paseo y una marquesina. En el CEIP Portonovo sufrieron las persianas, y en el de Nantes, un tobogán del patio.

En Poio las intervenciones se limitaron a la retirada de árboles de la calzada y contenedores volando, alguno de los cuáles golpeó a vehículos. Además, un poste caído en A Area da Porta cortó el suministro en la zona y un árbol caído en A Armada afectó a la entrada de una vivienda y al servicio telefónico.

Las incidencias de Marín fueron similares, con la única salvedad de que un velero se desató en el puerto de Aguete y navegó a la deriva hasta impactar con el polígono bateeiro de Tambo, en donde fue rescatado por el remolcador María Pita de Salvamento Marítimo que le llevó a la dársena de la Escuela Naval. En Ponte Caldelas, tras una jornada tranquila, se descubrió que los vientos de Félix se habían llevado las chapas de la obra del balneario, dejando al descubierto un peligroso desnivel de varios metros. En Bueu, lo más curioso del día fue el estado en el que apareció el arenal de Mourisca, en Udra, con una veintena de piezas de gran volumen, negras. Resultó ser tierra o turba, -no se sabe de donde proviene- y atrajo a decenas de curiosos durante la tarde.

En Caldas, Protección Civil reabrió el tráfico peatonal en las calles anexas a los ríos Umia y Bermaña, cerradas el día anterior por riesgo de anegamiento. Lo más destacado fue la caída de árboles en el tendido, que dejaron a varios vecinos sin luz en Godos.

Protección Civil de Cambados tuvo que retirar las chapas de un edificio, y varios árboles caídos y ramas, mientras que Bombeiros del Deza tuvieron que achicar agua en dos garajes de Bandeira, entre otras incidencias.

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