Francisco Fariña: "Puxen Fafide e Cape North e só tiven que seguir o Google Maps"

Llega hasta Noruega desde Campo Lameiro solo y en una furgoneta adaptada a su discapacidad

2019070917333772500De Fafide, en Couso, Campo Lameiro, a Cape North (Magerøya), en Noruega, en dos semanas. Así fue el viaje que realizó el vecino del primer municipio, Francisco Fariña, de 45 años de edad y con una discapacidad que le mantiene en silla de ruedas desde la infancia, que al segundo intento consiguió alcanzar, con sus propios medios y viajando en solitario, una meta que él mismo se había fijado a más de 5.500 kilómetros de su casa y en un lugar que para él simboliza no solo lo exótico, sino también la vuelta a la infancia.

Sucedió hace casi dos meses, en mayo, poco antes de las elecciones locales. Francisco -Quico para todos sus conocidos-, incluso se preocupó de pedir el voto por correo para poder cumplir con las urnas y no perderse su porción de participación en el futuro del municipio antes de partir a alcanzar Cape North en su furgoneta.

Quico llegó en avión, tras sufrir una avería en el trayecto de regreso, y sigue esperando a que le traigan su Volkswagen de vuelta

El intento de llegar a este destino por su cuenta no hace especialmente interesante la historia de Quico Fariña. El hecho de que quisiese hacerlo solo, a pesar de su discapacidad, y en una furgoneta adaptada que suma ya 22 años, convierte su historia en algo único, o casi único. El final, como él lo califica, "poco elegante", en el que tuvo que volver en avión y dejar su vehículo averiado en Dinamarca, también es difícil de replicar.

Quico, que reside en Couso y cuenta con una pensión por su situación, explica que dedicó todo un año a ahorrar para obtener los fondos con los que ira a Noruega para visitar uno de los puntos más septentrionales de Europa, que ya había intentado alcanzar el año pasado. "Quería ir a ese lugar idílico que viamos na tele de pequenos. A tele era o único que tiña naquela época e tiña idealizados moitos deses escenarios onde se desenvolvían series da nosa infancia. Esas paisaxes de David el Gnomo, de Noeli, os renos, os alces...", explica.

"Na primeira viaxe na que o intentei quedei "tirado" en Dinamarca: queimouse o motor da furgo, e nesta conseguín chegar, aínda que previamente tiven que arranxala e investir tamén en ela e xa no regreso averiouse". El pontevedrés calcula que le costó algo más de 2.000 euros volver a completar su periplo, en el que la furgoneta le dejó "tirado" por segunda vez también en Dinamarca, en Ringem, aunque en esta ocasión estaba ya en el camino de vuelta y descubrió la avería a tiempo y los daños fueron mínimos.

La furgoneta es protagonista esencial en esta historia, porque permitió a Quico realizar un viaje "low cost", en el que no se hospedó en ningún hotel o albergue. Solo en la parte adaptada de la furgo y en las casas de algunos amigos. El disponer de un hornillo en este Volkswagen de 22 años también permitió ahorrar bastante en comidas. "Por un lado porque os prezos no Norte son astronómicos, -do tipo, un iogurt a un euro- e, por outro, porque me permitía quentar a "furgo", porque, aínda que era maio, facía bastante frío", explica.

A 85 POR HORA. Si la experiencia es un grado, la mala experiencia que Quico Fariña tuvo en el viaje anterior, al quedarse "tirado" porque se le quemó el motor, en este caso, además, fue un condicionante. "Decidín que non ía pasar de 80 ou 85 por hora para non volver queimar o motor, co cal non fixen etapas moi longas. Algunhas de 300 quilómetros o día e outras de algo máis. Ós lugares onde tiña pensado parar para poder ducharme ou facer escala adiqueilles algo máis de tempo", explica, aclarando que le albergaron "principalmente amigos e coñecidos de familiares, e tamén unha amiga que fixen por Internet".

El otro apoyo con el que contó fue un grupo de WathsApp creado unas horas antes de iniciar el viaje y disuelto inmediatamente después de aterrizar en Santiago, tras su regreso. "Metín á miña familia, aos amigos que se podían preocupar por min e a aqueles que me podían botar unha man en caso de ser necesario, como o meu mecánico, de Talleres Pyttalis, que é o que me pode axudar coa furgo". A ese grupo, Quico mandó geolocalizaciones a diario, pero también pidió ayuda, por ejemplo para no consumir datos. "Eu para chegar puxen Fafide e Cape North e fun seguindo o que indicou Googlemaps. Doutro xeito non sería posible, porque o GPS do teléfono consumen moitos datos e eu non estaba disposto a pagar seis euros por cada giga adicional para facelo". De este modo, si se perdía o necesitaba planear una ruta más corta o pedir consejo sobre qué visitar, el "grupo de apoyo" de WhatsApp se encargan de ello.

"Estoulles moi agradecido, a eles, e a moitos máis, como as empresas que me axudaron coa camperización", indica. También incluye en el agradecimiento a la aseguradora, que no tardó ni 24 horas en sacarle de Dinamarca, aunque ya era la segunda avería de este tipo que padecía. "O ano anterior trouxeron a furgoneta para reparar aquí, o que lles debeu custar moitos cartos. Sorprendeume que me renovaran a prima, pero fixérono, e este ano volvín a necesitalos", añade. Explica además que si tiene suerte y vuelve a recuperar su Volkswagen "planificarei máis viaxes, pero a destinos próximos, como Francia, onde poida ter mellor cobertura se me pasa algo deste tipo".

Comentarios