Los socialistas de Pontevedra exigen a la Xunta 300 millones para los ayuntamientos

"No puede ser que los municipios estén afrontando en solitario los gastos extraordinarios de esta crisis", ha afirmado David Regades
David Regades
photo_camera David Regades. ADP

El PSdeG-PSOE de Pontevedra ha exigido este jueves al gobierno gallego que "alivie el peso" que los ayuntamientos han soportado durante la gestión de la crisis sanitaria del coronavirus y cree para ellos un fondo extraordinario de 300 millones de euros.

Este dinero, según el secretario xeral del PSdeG-PSOE en Pontevedra, David Regades, debe servir para compensar la "auténtica sangría económica" que los municipios están sufriendo por abordar cuestiones que no son de su competencia. 

"No puede ser que los municipios estén afrontando en solitario los gastos extraordinarios de esta crisis", ha señalado Regades, que ha destacado que frente a una Xunta que está "acuartelada" el "único auxilio económico" ha llegado desde la Diputación de Pontevedra.

A juicio del dirigente socialista, la "gota que ha colmado el vaso de la paciencia" de los alcaldes es que los 17 millones del fondo social extraordinario transferidos por el Gobierno a Galicia están "en un cajón" de la Xunta y solo repartirá "limosna" entre los ayuntamientos.

"La Xunta se limita a gastar dinero en publicidad y trucos", ha afirmado el responsable del PSdeG-PSOE en Pontevedra

Son los entes municipales, según David Regades, los que están repartiendo mascarillas de protección, realizando trabajos de desinfección, repartiendo ordenadores, aprobando medidas de apoyo económico a comerciantes y autónomos, congelando tasas o asumiendo servicios a la ciudadanía que no son de su competencia.

"La Xunta se limita a gastar dinero en publicidad y trucos", ha afirmado el responsable del PSdeG-PSOE en Pontevedra, que alerta que a los alcaldes "no les dan los números" y que les resulta "imposible" rebajar la fiscalidad sin comprometer su equilibrio económico.

Regades asegura que los ayuntamientos están "más exprimidos que nunca" y están haciendo "cosas inimaginables" para salir adelante, mientras la Xunta de Galicia "sigue con las puertas y ventanas cerradas, el aire acondicionado a tope y a su cantinela burocrática".

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