Un estudio elaborado por la Fundación Línea Directa en colaboración con Centro Zaragoza sitúa a la PO-331 como una de las cinco carreteras convencionales con mayor siniestralidad de España.
El estudio Carreteras convencionales: el agujero negro de la seguridad vial señala que en la última década estas vías han sido el escenario de 7 de cada 10 fallecimientos en accidentes ocurridos en vías interurbanas, con un total de 10.500 muertos, multiplicando por 3 el número de fallecidos de las autopistas y autovías.
En relación al índice de letalidad de las vías interurbanas, las carreteras convencionales multiplican por 1,5 veces la letalidad frente a las autovías y autopistas (2,8 fallecidos por cada 100 víctimas, frente a 1,8), aun teniendo en cuenta que las carreteras convencionales tienen limitada la velocidad a 90 km/h como máximo. El número de heridos graves también es más elevado en carreteras secundarias y representa un 72% del total registrado en vías interurbanas.
Ante la actual situación de progresivo desconfinamiento y la vuelta a los niveles habituales de movilidad, la Fundación Línea Directa, en colaboración con Centro Zaragoza, ha estimado que los muertos en las carreteras secundarias en España volverán a suponer un 75% de los fallecidos de las vías interurbanas.
No obstante, el dato positivo que trae el Covid-19 es que el número de fallecidos en el conjunto del año se verá reducido en un 27%, con un total de casi 600 muertos frente a los 800 del año anterior en estas carreteras.
Accidentes muy violentos con infracciones graves
Los accidentes en las carreteras convencionales son de una violencia extrema. La salida de vía, sobre todo en las rectas, es el accidente más repetido en las carreteras secundarias (35%), y generan una alta mortalidad, con un 37% de los muertos. Por frecuencia, le siguen los siniestros por colisión frontal y frontolateral (23,5%), que generan un 28% de los fallecidos, aunque en el caso de la colisión frontal tiene una tasa de letalidad 2 veces superior a las salidas de vía. Entre los factores concurrentes se encuentran las distracciones, la velocidad inadecuada, el cansancio y el consumo de alcohol y drogas.
La presencia o no de arcén en este tipo de vías tiene también una importante incidencia: un 78% de fallecidos en carreteras convencionales se produjo en vías sin arcén o con dimensiones inferiores a 1,5 metros.
En cuanto al momento del accidente, los meses de junio a septiembre son los que mayor siniestralidad registran: un 40% de las muertes en estas vías tiene lugar en verano. No es de extrañar, por tanto, que el nexo común de los puntos negros más peligrosos de las carreteras convencionales sea su cercanía a la costa.
Lo puntos negros principales en carreteras convencionales
Por comunidades autónomas, en términos absolutos, Cataluña ocupa el primer puesto en cifra de fallecidos en carreta convencional (17%), seguida de Andalucía (13%). Galicia se sitúa como la cuarta comunidad con más fallecidos en este tipo de vías (10%). En contraposición, Euskadi (0,7%) y Cantabria (1%) son las regiones con menos muertes en sus carreteras secundarias.
En cuanto al Top 5 en peligrosidad y concentración de accidentes en las carreteras convencionales en 2018, identificados en función de la intensidad media diaria de tráfico y el índice de siniestralidad, lo constituyen el tramo del km 5 al 8 de la CV-821, en Alicante; el tramo del km 1 al 4 de la CV-670, en Valencia; el tramo del km 2 a 5 de la GR-3304, en Granada; el tramo del km 12 al 15 de la PO-331, de Pontevedra; y hasta cinco puntos negros repartidos por la N-634, entre Guipúzcoa y Vizcaya.