Javier Varela: "Julio Camba era un escritor que odiaba escribir"

El director de un curso sobre el pontevedrés habla sobre la figura del autor

Javier Varela. DP
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La Uned iniciará el día 18 la actividad El mundo literario de Julio Camba, un curso de verano que promete un acercamiento exhaustivo a la obra del periodista y escritor vilanovés. Un profesional de raza autodidacta que pedía no ser tomado "ni completamente en serio ni completamente en broma". Su director, el profesor Javier Varela Tortajada, da algunas pistas sobre el que fue colaborador de este diario.

Para empezar, los motivos para conocer su figura. ¿Por qué hay que apuntarse al curso? "Primero porque es un escritor interesante", indica Varela. Cuenta también que forma parte del grupo de escritores de la época llamada Edad de Plata. Entonces la literatura se hacía en los periódicos, cosa poco habitual en la actualidad.

El humor contagioso es su segundo argumento: la ironía, afirmar lo contrario de lo que se quiere decir, la reducción a lo absurdo… "Uno lee a Camba y de inmediato, casi de manera espontánea, aborda los problemas de su vida diaria, los problemas del país a través del humor", añade. Los contenidos van desde la gastronomía, tan presente en La casa de Lúculo, hasta sus mocedades anarquistas, viajes y de nuevo, el humor. Respecto a su faceta de trotamundos, apostilla: "Fue un viajero impenitente, vivió más fuera de España que dentro y aborreció la cocina nacional". El propio Varela se ocupa de cerrar la formación con una revisión del lugar de Camba dentro de la sucesión de generaciones de la literatura española.

Javier Varela: "Fue un viajero impenitente, vivió más fuera de España que dentro y aborreció la cocina nacional"

El curso, que toca todos los aspectos relacionados con el autor, está dirigido a un público no especializado, estudiantes o personas interesadas. Su director comenta que, de encontrar la editorial propicia, las ponencias podrían ser coleccionadas en un libro.

En cuanto al protagonista de la actividad, el profesor lo define como una fusión de ingenio, periodismo y cultura.

Entre líneas, Varela habla de Camba como quien habla de una especie en peligro de extinción en una prensa excesivamente volcada en el acontecimiento político de escasa sustancia. "Yo echo de menos ese periodismo bien escrito, pegado a la actualidad, pero al mismo tiempo acompañado por una literatura atractiva", manifiesta, además de recordar las contradicciones inherentes a la figura de Julio Camba. Era un escritor que odiaba escribir. Redactaba por necesidad y bajo el leitmotiv de que el periodista de diario no cargaba con la obligación de ser genial. Puntualidad y calidad eran incompatibles para él. Por ello, su ritual de escritura consistía en atrincherarse en la habitación número 383 del Palace durante horas y así, despachar el trabajo de una semana del tirón, dedicándose a descansar el tiempo restante.

El propio Varela describe a Camba como "un escritor pegado a la bohemia, al que le gustaba perder el tiempo, jugar al billar y al póquer", pero también como un dandi de sombrero y bastón. En lo político, protagonizó otras tantas paradojas. Camba nunca fue un demócrata, pero aún lo fue menos cuando no ocupó ningún cargo diplomático en la Segunda República. Desde la óptica del director del curso, Julio Camba era un anarquista individualista alestilo de Stirner. Un intelectual de etiqueta difícil dispuesto a provocar quebraderos de cabeza a todo aquel que lo quiera clasificar. "Ni los manuales de literatura saben muy bien dónde ponerlo", explica Varela.

GUÍA. El doctor universitario cree que existe un cierto "revival cambaniano en los últimos años". Además, para lectores no iniciados en Camba aconseja los siguientes títulos: Londres, Alemania o La ciudad automática.

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