André cebrián escogió la flauta por casualidad. Estudió en Vilagarcía, Salamanca, París, Detmold y Ginebra, y ha colaborado con algunas de las orquestas más importantes del panorama internacional. Sus solos se han oído acompañados de sinfónicas de diferentes partes del mundo, es profesor en el Conservatorio Superior de Música de Aragón y ha impartido clases por el territorio nacional, Sudáfrica y Sudamérica. Asegura que el arte es imprescindible y vive la enseñanza como una pasión, ya que cree que cualquier experiencia es buena para crecer como persona, para enriquecerse y poder transmitírselo a los demás.
¿Cómo empezó con la flauta en el mundo de la música?
La flauta fue una casualidad; mis padres me propusieron estudiar música en Vilagarcía y entre todos los instrumentos escogí este. Sin mi primer profesor y su paciencia conmigo yo no estaría aquí ahora.
¿Por qué decidió formarse en el extranjero?
Cuando tenía 17 años se me presentó la oportunidad gracias a mi profesor. Me fui a estudiar a París, Alemania y Ginebra. En aquel momento las oportunidades en Europa eran mayores y me abrió muchas puertas. Es una experiencia muy enriquecedora también, ya que en música interpretamos lo que otros autores compusieron y para ello es importante conocer la cultura de estos artistas, tener la mente abierta y conocer su lenguaje.
¿Qué le empujó a introducirse también en la enseñanza? ¿Y a ofrecer varias máster class por España?
Soy intérprete y profesor. Siendo profesor enriquezco a mi yo intérprete, y viceversa. No me imagino tocar la flauta sin dar clase ni dar clase sin tocar la flauta. En verano aprovecho para dar cursos en otros puntos de la geografía para poder intercambiar conocimientos con alumnos que no estudian en Zaragoza. Más que clases son workshops, trabajar juntos y ver qué conseguimos entre todos. Te hace crecer como persona, los errores de otros y su manera de solucionarlos te ayuda a ti a corregir los tuyos.
¿Qué es para usted la enseñanza?
Ayudar al alumno a sacar lo mejor de sí es mi idea de enseñar. Más que obligarle a hacer ciertas cosas,debes orientarle para que descubra por sí mismo sus capacidades haciendo uso de su propia intuición. La música es algo natural, no se puede imponer. Es muy enriquecedora. De la misma manera que lo es tocar en una orquesta con otra persona a tu lado.
"El arte juega un papel fundamental en el desarrollo personal, te ayuda a expresarte y a comunicarte mejor con los demás. Nos hace pensar y sentir"
¿Cree que la formación musical y el arte en general son importantes?
De la sociedad de hoy en día me asusta la falta de sensibilidad, de emoción, valores que se pierden ante otros temas que importan más. Los móviles perjudican a las relaciones interpersonales y el arte juega un papel fundamental en esto, te ayuda a expresarte y a comunicarte mejor con los demás. Es un sentimiento o una emoción expresada en diferentes formas y a quien lo observa le produce algo, nos hace pensar o sentir, nos mantiene viva la cabeza. Las ecuaciones y las matemáticas son muy importantes, pero si no hay una base de inteligencia emocional no tienen ningún sentido. Ante todo somos personas y si no aprendemos a relacionarnos entre nosotros surgen los problemas que tenemos hoy en día. La música es imprescindible. En un concierto, por ejemplo, aunque todo el mundo parece estar en una actitud neutral siempre están viviendo algo que no se ve y, por un momento, los atraes al mismo campo emocional. Cuando tienes a 2.000 personas compartiendo el mismo sentimiento se te ponen los pelos de punta.
¿Cuáles son sus planes de futuro?
En dos semanas tengo un festival en Suiza, las clases en Zaragoza y una gira. Seguir aprendiendo para poder transmitirlo en mis clases es mi plan a día de hoy. En el gremio tenemos un poco de miedo a que la música no viva y para evitarlo es importante renovarse. También soy de los que creen que es más importante concentrarse en lo que estás haciendo ahora, en ponerle ilusión y ganas, en vez de pensar a dónde ir. Si hago buenos conciertos la gente va a querer escucharme.
