Alfonso Riveiro, nacido en Baleira, Lugo, en 1964, está al frente del gratuito gallego LV. De Luns a Venres, reconvertido desde febrero en un medio de edición semanal, un "segundo nacimiento" que explica a EFE su director, un profesional que vive el periodismo "con pasión" pese a ser "nocivo para la salud".
"Me gusta mi oficio aún con estos horarios, por eso digo lo de nocivo", confiesa, y cuenta que en estos momentos está enfrascado en la "reformulación" de este producto impulsado por el Grupo El Progreso y que vio la luz por vez primera el 21 de diciembre de 2006 con una decidida apuesta por el modelo de cercanías, al difundirse en las siete ciudades, y por la utilización de la lengua gallega así como de las nuevas tecnologías.
Dentro de su proceso de renovación constante, LV sigue llegando a los mismos destinos, solo que los viernes; ha reforzado la información diaria a través de la web www.l-v.es y envía 7.000 ejemplares a través del correo electrónico en formato pdf todos los viernes, aparte de un newsletter de lunes a jueves. "Hemos vuelto a hacer el producto forzados por la situación económica. Teníamos la marca, pero el concepto es diferente ya. El otro sistema era más pegado a la actualidad, y ahora LV se basa en el reportaje, el análisis y las entrevistas en profundidad, sin olvidar ese día a día, potenciado en el digital". "Hubo que reinventarlo en papel", comenta Alfonso Riveiro.
La acogida de este formato es "muy buena" y en este "enfoque diferente" hay un "aprovechamiento de las sinergias". Ahí es donde entran el propio periódico El Progreso, el Diario de Pontevedra, Telelugo y la Axencia Galega de Noticias.
Desde los edificios más altos de Galicia hasta las metrópolis en las que se producen más robos inundan las páginas de LV. "Intentamos que aparezcan reflejadas todas las urbes en nuestros textos", indica Riveiro, que vislumbra un "cambio de ciclo" en el periodismo. "Estamos en un cambio de ciclo, tenemos que ofrecer otras cosas y de otra manera. Se habla de los ciclos en el Real Madrid, en el Barça... pero nosotros también lo estamos. Las nuevas tecnologías obligan a cambiar el concepto tradicional de periodismo".
Alfonso Riveiro se encuentra "muy satisfecho" de la trayectoria de LV, que recibió los premios Galeguidade no Mundo -tuvo una edición exterior y llegaba a los centros gallegos de Montevideo y Buenos Aires, merced a un programa del Gobierno que ha sido víctima de los "recortes consabidos"- y el Setecarballas de la Insua dos Poetas.
Riveiro menciona otro hecho que entiende "relevante", contribuir de una manera crucial a divulgar el idioma gallego: "La mayoría de los lectores, curiosamente, hablan castellano, pero no les importa leer este periódico. Es conciso, tiene mucho contenido social, y resulta de fácil lectura porque no usamos palabras muy rebuscadas". "Además -añade- los lectores valoran que recojamos todos los puntos de vista".
En lo personal, asegura este director que él no era un "chapón" pero sí un buen alumno, "aceptable, con buenas notas", y que combinaba el estudio con el deporte.
Se formó en la Universidad Complutense de Madrid y su vida laboral está ligada al Grupo El Progreso, aunque durante un tiempo, corto, fue corresponsal de la Radio Galega, siempre compatibilizándolo. "Yo viví aquellos tiempos donde iban a buscarte a casa cuando terminabas periodismo para trabajar. Pasados los años, digo que esta es una profesión vocacional y que me apasiona, a pesar de ser muy absorbente".
"A mí me absorbe", admite, y, padre de una niña de diez años, asegura que le resulta difícil conciliar. "En prensa sales muy tarde, no puedes huir a tomar algo con un amigo cuando hay luz. Sales cuando el día ya pasó, de noche. Duermo poco, la niña se levanta pronto, para el colegio, así que hay movimiento y despiertas".
