Carla Antonelli: "La lucha continúa"

Primera mujer trans diputada en España, actriz y activista incansable, Carla Antonelli celebra la Semana del Orgullo desde la trinchera. Si este martes estaba en Sevilla leyendo el manifiesto del Día del Orgullo, el miércoles llegaba a Pontevedra para presentar el documental Triángulos rosas.
La activista, actriz y política Carla Antonelli, en las escaleras de San Francisco. BEATRIZ CÍSCAR
photo_camera La activista, actriz y política Carla Antonelli, en las escaleras de San Francisco. BEATRIZ CÍSCAR

"Un día empiezas a defender tus derechos y, de repente, ves que, en realidad, estás defendiendo los de muchas otras. Yo ya no concibo mi vida de otra manera", confiesa Carla Antonelli (Güimar, Tenerife, 1959). Referencia indiscutible en el activismo trans en España, actriz y divulgadora, se convirtió en la primera diputada trans en España. Lo fue por el Partido Socialista en la Asamblea de Madrid entre 2011 y 2021. Ayer estuvo en Pontevedra participando en la Semana del Orgullo.

Viene a presentar Triángulos rosas. ¿Qué es este documental?
Es un documental que recoge la memoria de mujeres trans de la isla de Tenerife. En este caso de Dona [Hernández], Marcela [Rodríguez], Terri [León] y de mí misma. Hablamos de nuestras experiencias durante el franquismo y el tardofranquismo. Y hablamos de la persecución y de la supervivencia, porque hubo muchas personas que se quedaron por el camino, algunas muy jovencitas, que sucumbieron al ostracismo social, al mundo de la droga o fueron víctimas de la pandemia del sida. Es un trabajo muy emotivo, muy sincero y que, sobre todo, ayuda a recordar. Recordar es muy importante. 

Algo en lo que usted está especialmente involucrada es precisamente en recuperar la memoria trans. ¿No se conoce esa memoria? ¿Se ignora?
Esto tiene mucho que ver con lo que conmemoramos el 28 de junio, los disturbios de Stonewall, en los que había muchas personas trans. Al año siguiente, 1970, en el primer Pride, en Nueva York, ya se pasa a hablar de power gay. Contaba Sylvia Rivera, una precursora trans que estaba en aquella noche de Stonewall, que estaban sujetando la pancarta y que, cuando se acercaron los medios, llegó una nube de gays que las echó para atrás. Y eso fue lo que pasó después, que se nos echó para atrás. Incluso a las lesbianas, a las que también les costó tener voz y, de hecho, les sigue costando. Se hablaba solo de los gays. No fue hasta los años 90 que los colectivos trans comenzaron a visibilizarse. De un tiempo a esta parte es cuando se está recuperando nuestra memoria. Es una cuestión de justicia. Porque estamos hablando de muchas personas que han sido absolutamente olvidadas. Todas somos granitos de arena que terminamos siendo montaña. La historia no se puede escribir si falta aunque sea una sola. Somos porque fuimos y seremos porque somos. Lo vuelvo a decir: es muy importante recordar lo que ha sucedido y tenerlo presente.

Todas somos granitos de arena que terminamos siendo montaña. La historia no se puede escribir si falta aunque sea una sola.

¿Para no dar pasos atrás?
Bueno, evidentemente. El presente nos está demostrando que los que no nos quieren nunca se fueron; que siempre han estado ahí, agazapados; que somos capaces de involucionar y que la cosa no va de farol. ¿En el Gobierno de Castilla y León quién fue el primer damnificado? El colectivo LGTBI. Fernández Mañueco se había comprometido a que la Ley LGTBI de esa comunidad, que no había salido adelante en la anterior legislatura, iría en su programa y se sacaría adelante. Evidentemente lo primero que le puso encima de la mesa Vox, con los que está gobernando, es que eso se quedaba fuera de los compromisos de gobierno. Igual que se han echado atrás en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Porque no van a por una sigla, van a por todo. El que piense que se van a quedar ahí está muy equivocado: después van a por el aborto, a por la violencia machista... ¿Quién es corresponsable de lo que va a suceder? ¿Quién está engordando al animal? Estas argumentaciones de "aunque seamos diametralmente opuestos podemos coincidir en cosas" son un engaño. Se está engordando al monstruo y va a acabar comiéndote incluso a ti, aunque hoy empiece por mí.

¿A usted le da miedo Vox?
Yo estoy convencida de Vox es el producto de un momento y de una situación concreta. Es el resultado de un descontento social, de unas tasas de paro, de una crisis económica. Se ha pasado de aspirar a tener una segunda vivienda en la playa en 2007 a sufrir por pagar la factura de la luz, que no es poco. En estos momentos críticos de la historia siempre aparecen los mesiánicos para decir lo que la gente quiere escuchar. Y siempre han sido los mismos: fascistas. Fascistas disfrazados de extrema izquierda o de extrema derecha. Sueltan las soflamas que el pueblo quiere oír. Que un barrio como Vallecas vote a Vox a mí me parece delirante. ¿Esto pasaría en 2007? No. De hecho no pasó. Era un voto residual. O estaba integrado en el Partido Popular. Parecía que no tenía lugar en este país la extrema derecha. A mí me lo preguntas hace diez años y te digo: no tiene cabida. Ahora mismo, tras lo sucedido en Castilla y León y Andalucía, quizás haya tocado techo. Se iban a comer el mundo y, al final, no ha sido para tanto. No hay que tenerles miedo. Porque eso es lo que ellos quieren. Respeto sí, pero miedo jamás. No se lo tuvimos ni en el franquismo. Resistimos y sobrevivimos entonces y lo seguiremos haciendo hoy. Vamos a seguir escribiendo la historia de la igualdad. Ahí está el proyecto de la Ley Trans reconociendo la autodeterminación y la despatologización de género. 

[A Vox] no hay que tenerle miedo. Respeto sí, pero miedo jamás. No se lo tuvimos ni en el franquismo. Resistimos y sobrevivimos entonces y lo seguiremos haciendo hoy. Vamos a seguir escribiendo la historia de la igualdad.

¿Está contenta con la Ley Trans?
Estoy contenta por un lado y, al mismo tiempo, tengo claro que la lucha continúa. Porque se han quedado cosas por el camino relacionadas con los derechos de los menores o de las personas no binarias [personas que no perciben su identidad de género como masculina o femenina sino fuera de ese binarismo]. Son aspectos que habrá que rescatar. Mientras una sola de las siglas, mientras una de nosotras, no sea libre, no seremos libres. Esta ley es un gran avance. No se puede negar. Pero tampoco creas que estamos inventando nada. Argentina tiene esta ley desde hace diez años. No somos ni el primer ni el segundo ni el tercer país con esta ley. Y no ha pasado nada. Lo que hay es muchos bulos y fake news. Como que los hombres se van a cambiar de sexo para entrar a los cuartos de baños a violarnos. Parece un chiste. Tú te ríes y yo me río, pero eso ha calado. Y así una tras otra. Se han expuesto casos singulares tratando de elevarlos a la totalidad. ¿Te suena? Lo mismo que ha hecho y hace el machismo y el patriarcado contra el feminismo. Aparte de ese delirio que es decir que alguien se cambia de sexo para acogerse a los beneficios de ser mujer. ¿Pero qué beneficios? A mí que me cuenten la historia de nuevo, porque como feminista llevo defendiendo que existe una desigualdad real y objetiva entre mujeres y hombres. Aparte de la misoginia que esconde todo este discurso en el que nunca se habla de hombres trans, solo de mujeres trans. Es que no hay más que volver al origen del feminismo y al somos algo más que una vagina y un útero. ¿Lo somos o no? ¿En qué quedamos? Para sustentar la transfobia se están tumbando todos los pilares del feminismo y así hemos acabado en que se nace o no se nace mujer. Hasta ahí hemos llegado. Pero es que además, de qué estamos hablando, si hace 15 años en este país ya se legisló esto: que tú puedes cambiar tu partida de nacimiento sin operarte los genitales.

¿Se siente decepcionada con ese sector del Partido Socialista que creó controversia con esta ley? ¿Con Carmen Calvo en particular?
No, yo no doy nombres y apellidos, aunque la cuestión vaya de eso: de nombres y apellidos. No estoy decepcionada con el Partido Socialista para nada. Si lo estuviese, no seguiría en él. Mira, el 39º congreso del partido avaló la Ley Trans. Y el año pasado tuvo que haber un 40º congreso, qué paradoja, para avalar el 39º congreso. Qué sorpresa lo que salió: que avalaba la Ley Trans. Al que le pique o a la que le pique, que se rasque. Porque eso es el Partido Socialista. 

¿Le ha sorprendido el tono violento y de odio al que ha llegado el enfrentamiento entre las denominadas feministas clásicas o trans-excluyentes y el colectivo trans?
Todo es una gran mentira. 

El colectivo LGTBI ha pasado del pecado nefando a ser el caramelo favorito de la ultraderecha. Lo terrible y lo peligroso es que se ha normalizado el discurso de odio y que se ha hecho desde las instituciones.

El último capítulo ha sido el protagonizado por la actriz, cantante y activista Jedet que en una entrevista criticó la Ley Trans, dijo considerar diferente a una mujer trans de una mujer cisgénero y ha tenido que anular su participación en una Fiesta del Orgullo debido a la reacción que recibió en las redes sociales.
Conozco el caso porque me mencionó en esa entrevista. Dijo que ella apoyaría una ley redactada por mí. Pero, como te digo, todo esta controversia es mentira. Porque todo esto se reduce a una guerra espuria relacionada con cotas de poder. Y nada más. Es más: desafío a estos y estas líderes del negacionismo trans a que me pongan un tuit suyo de hace cuatro años sobre este asunto. No existen. ¿Por qué cuando registramos la ley en el Congreso en 2017 ninguna de estas personas levantó la voz? Y alguna era ministra y todo. Incluso portavoz de Igualdad. Y votó a favor. Pero ahora resulta que esa misma ley es mala. Por favor. Como dejé por escrito: no hay calvarios que cien años duren. Eso es todo.

Citó al expresidente Rodríguez Zapatero en el Día del Orgullo en Sevilla: "Una sociedad es más decente cuando no humilla a nadie". ¿Estamos lejos de eso?
Queda mucho por andar.

¿Y a conseguirlo algún día se reduce todo?
Básicamente sí. Pero hay que preguntarse por qué hay sectores que cada vez que se intenta introducir educación en la diversidad y en el respeto se soliviantan y montan la de San Quintín. ¿Cómo es posible que alguien esté en contra de que los niños, niñas y niñes se eduquen en el respeto y en la convivencia? Pues es posible. Porque por milenios lo que ha valido es un chiringuito sustentado en la discriminación del otro, en convertir en cortinas de humo y en chivos expiatorios a ciertos grupos del tejido social. Y aquí el colectivo LGTBI históricamente ha pasado del pecado nefando a las hogueras, a la cárcel y a ser el caramelo favorito de la ultraderecha. Lo terrible y lo peligroso es que se ha normalizado el discurso de odio y que se ha hecho desde las instituciones. Luego lo que no puede extrañarnos es que asesinen a Samuel [Luiz] al grito de "maricón".

SEMANA DEL ORGULLO
Carla Antonelli visitó este miércoles Pontevedra dentro de la programación de la Semana del Orgullo, que organiza el Concello en colaboración con Avante LGTB+ y otras organizaciones. Presentó el documental Triángulos rosas, que se proyectó dentro del ciclo de cine que se celebra toda la semana, por la noche, en la Praza da Pedreira. Este jueves, a las 22.30 horas, allí mismo se podrá ver Tokyo Godfathers. A las 18.00 horas, en La Hormiga, habrá un cuentacuentos a cargo de Mun Mintaka y, a las 20.00 horas, en el banco trans del Parque das Palmeiras, una charla sobre la realidad trans. La programación, toda abierta al público, continúa hasta el 2 de julio.

Comentarios