Daniel Froiz: "Yo creo en el cine como apuesta vital"

El Festival Play-Doc de Tui acogerá el estreno en Galicia de A media voz, un documental de Matriuska premiado en Amsterdam, La Habana y Málaga.
RAFA TEATRO PRINCIPAL: foto para entrevista con produtor de cine Daniel Froiz (Matriuska)
photo_camera El productor Daniel Froiz, delante del Teatro Principal de Pontevedra. RAFA FARIÑA

La biznaga de plata a la mejor dirección documental en el Festival de Málaga para Patricia Pérez y Heidi Hassan es el último premio que ha recibido el documental A media voz, una coproducción internacional en la que participa Matriuska. Según el jurado, el galardón se le otorgó "por la conmovedora historia de amistad entre dos cineastas, con sus encuentros y desencuentos, en la que conviven miradas y relatos íntimos sobre el cine como modo de vida". El premio en Málaga es el último que ha recibido una obra que se estrenará en Galicia durante el Festival Play-Doc. "A los cines llegará en diciembre", avanza Daniel Froiz (Pontevedra, 1978), que confiesa que se enamoró del proyecto desde que llegó a sus manos.

¿Qué supone para A media voz recibir este premio en Málaga?

Estamos muy contentos. Habíamos comenzado ganando el premio a la mejor película en el IDFA de Amsterdam, considerado el más importante festival de documentales del mundo. Luego repetimos con premio en el Festival de La Habana. Y cuando teníamos que venir a España en marzo, todo se paralizó. Fue una época de incertidumbre y ansiedad. Finalmente supimos que Málaga se atrevía con el festival. Fue una alegría saber que podíamos enfrentar esta pandemia maldita con la cultura y con el trabajo y seguir adelante. Supuso una liberación saber que la película se iba a poder proyectar, llegar a su lugar natural, el cine.

¿Son los reconocimientos más importantes que nunca este año?

Este año es un año muy raro. No sabría decirte. Los premios siempre son importantes, pero yo los relativizo mucho. Obviamente apoyan el camino de una película, incluso en cuestiones prácticas como acceder a ayudas, etc., pero nunca deben ser un objetivo. Todo lo que supone para el ego es peligroso, porque te despista del objetivo principal: hacer cine. Yo intento centrarme en seguir trabajando duro, hacer otra película pronto, descubrir otro talento. No se debe perder mucho tiempo en los premios.

"La perla más deslumbrante del Festival de Málaga", escribió Carlos Loureda en la revista Fotogramas sobre su película.

Fíjate, para mí eso sí que fue muy importante porque es algo escrito por alguien que sabe mucho de cine y que lo escribió de forma totalmente libre, sin ningún tipo de vinculación o filiación con las directoras o con Matriuska. Leer algo así hace que todo el trabajo, todo el esfuerzo, todo lo que se ha hecho, cobre sentido.

Estoy súper a favor de la coproducción. Funcionamos como por parcelitas y deberíamos empezar a salir de ahí

A media voz es un coproducción entre empresas de cuatro países diferentes: Suiza, Francia, Cuba y España. Matriuska da un paso importante con esta película.

Y tanto. Al principio iba a ocuparme de una pequeña parte y, a los tres meses, ya era el productor mayoritario. Siento la peli como nuestra. Es de Matriuska. Pero la productora comenzó a dar pasos de cara a la internacionalización antes. Coproducir a nivel internacional es algo que se dice muy pronto, pero que no es nada fácil y que esconde detrás un grandísimo esfuerzo: viajes, negociaciones, atención al mercado a nivel mundial... Lo que hicimos fue una apuesta por llevar a Matriuska más allá de lo local o estatal. Entendí que era lo que había que hacer y estoy súper orgulloso de los resultados: por un lado está A media voz, por otro ¿Qué hicimos mal?, de Liliana Torres... Estoy súper a favor de las coproducciones nacionales e internacionales. Dentro del territorio español sería muy interesante perder el miedo a salir de tu espacio y a permitir que otros entren. Funcionamos como por parcelitas. Es como el alumno que no quiere compartir sus apuntes. No debería ser así, en el cine y en la vida compartir conocimiento y experiencias te enriquece. Se trata, al fin y al cabo, de sumar.

¿Cómo surgió el proyecto de A media voz y cómo llega a Matriuska?

Todo empezó en el Festival Novos Cinemas de Pontevedra, donde la productora suizo-barcelonesa Eugenia Mumenthaler participó asesorando proyectos de nuestro Lab. Un par de años después se puso en contacto conmigo para avisarme de que me iban a llamar unas chicas que estaban tratando de sacar adelante un proyecto. Ella creía que yo podía ser el coproductor adecuado. En cuanto leí lo que me presentaron me pareció maravilloso. Tuve claro que era un proyecto que tenía la suficiente sustancia para meternos en él. Me tocó de cerca por varias razones: la amistad, la libertad, la distancia, los hijos, el desarraigo... y el cine. El cine como modo de vida, como una apuesta vital, que es algo en lo que yo creo.

La película en diciembre llegará a las salas. Estos días en el Festival de Venecia se está haciendo una fuerte reivindicación del cine en pantalla grande.

Es que nosotros trabajamos para la pantalla grande. Si lo hiciésemos para móviles, tablets u ordenadores sería otra cosa. Mucho más sencilla, te lo aseguro. Pero no. La pantalla grande esconde la magia del cine. Porque no es lo mismo ver una película en una sala que una serie en tu casa. Son cosas diferentes: la playa no es lo mismo que la piscina.

Además de dirigir Matriuska, también codirige el festival Novos Cinemas de Pontevedra, que este año enfrenta una edición especialmente complicada.

Sin duda, pero estamos trabajando duro, a pesar de la incertidumbre y del riesgo, para mantener las proyecciones de las películas en la ciudad. Hay que seguir yendo al cine. Debemos hacerlo.

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