Danny DeVito, uno de los más grandes actores estadounidenses, ha dedicado un saludo "oriental", las manos juntas a la altura del corazón, al público que aguardaba su llegada al Festival de Cine de San Sebastián (SSIFF) que este sábado le entrega un Premio Donostia a toda su carrera.
El actor, director y productor de películas ha llegado a la capital donostiarra pasadas las seis de la tarde y ha sido recibido en las escaleras del hotel María Cristina, uno de los centros neurálgicos del SSIFF, por el director del certamen, José Luis Rebordinos, que ha correspondido su saludo con una reverencia.
Cómodamente vestido, el actor nacido en New Jersey en 1944 ha salido del coche con una gran sonrisa y cubiertos los ojos con gafas de sol. Durante varios minutos ha estado atendiendo los requerimientos de los fotógrafos y saludando al público que le esperaba, con el cielo donostiarra gris y amenazando lluvia.
Nominado al Oscar en 2000 por su trabajo en Erin Brockovich, el estadounidense ha participado como actor en más de un centenar de películas, es productor y cortometrajista y director de media docena de cintas, entre ellas, las famosas Matilda (1996) y La guerra de los Rose (1989).
Este sábado el actor presentará su última película, Smallfoot, una cinta de animación en la que participa como doblador, que se proyectará después de que el estadounidense recoja su Premio Donosti.