Los fondos arqueológicos del Museo de Pontevedra no se trasladarán al antiguo convento de Santa Clara. El vicepresidente de la Deputación, Rafa Domínguez, anunció este martes que el proyecto del actual Gobierno provincial (PP) es completamente diferente al del anterior (PSOE-BNG) y, por lo tanto, no se ejecutará el proyecto de reforma del estudio de arquitectura Nieto Sobejano que había salido de un concurso público de ideas. Ni siquiera con algún tipo de modificación, insistió.
Domínguez también confirmó que la destitución del anterior director del Museo, Xosé Manuel Rey, estaba directamente relacionado con los cambios, "en forma y fondo", que se quieren realizar en este espacio, propiedad de la Deputación y adherido al Museo.
"Una excavación de 2.500 metros cuadrados supondría una agresión mortal a unos jardines de 400 años destrozándolos para siempre", señaló el vicepresidente en alusión a los planes que existían actualmente para Santa Clara. "No lo voy a consentir. Creo sinceramente que hemos evitado una catástrofe sin igual". Bajo su punto de vista, "casi tan importante como el convento es el enorme jardín que lo rodea".
Santa Clara no puede convertirse en un simple almacén de restos arqueológicos. Hay mil sitios para hacer eso
Cualquier piedra que se encontrase en la provincia se subiría a un camión y se traería aquí
"Vandalizar los jardines de Santa Clara es inaceptable en los tiempos que corren", repitió en diferentes ocasiones a lo largo de su comparecencia ante los medios. Bajo su punto de vista, "cubrir posteriormente con hierba los almacenes subterráneos para llamarle jardines era un engaño a los pontevedreses". Su intención pasa por "mantener su esencia en la medida de lo posible". Porque, según afirmó, "Santa Clara tiene que ser la quintaesencia del Museo. Tiene que albergar sus mejores colecciones".
El mandatario provincial dijo negarse a convertir este espacio en "un simple almacén de restos arqueológicos", en referencia al centro de gestión integral de estos fondos allí previsto y que incluía una zona de depósito de acceso restringido y un laboratorio, todo en varias plantas semisubterráneas. "Cualquier piedra que se encontrase en la provincia se subiría a un camión y se traería en Santa Clara", dijo. "Hay mil sitios donde se puede hacer eso. Este no es el indicado", añadió.
Preguntado por que salida está previsto darle al problema de la actual situación de los fondos arqueológicos del Museo, ampliamente criticada por especialistas e historiadores, dijo que se buscaría una alternativa. "Pero, desde luego, el proyecto de Santa Clara no puede diseñarse resolver un problema técnico del Museo".
Una excavación de 2.500 metros cuadrados supondría una agresión mortal a unos jardines de 400 años, tan importantes como el propio convento
Vandalizar estos jardines es inaceptable. No lo voy a consentir. Hemos evitado una catástrofe sin igual
Domínguez elogió el trabajo de los estudios de arquitectura finalistas en el concurso de ideas para el antiguo convento (al que se destinaron alrededor de 200.000 euros). Según dijo, se limitaron a cumplir con lo que se especificaba en las bases: las propuestas debían girar alrededor del traslado de los fondos arqueológicos.
"Con todo, a sabiendas de que no conseguirían la puntuación necesaria, uno de los equipos presentó un proyecto que salvaba en gran medida los jardines". Preguntado sobre la posibilidad de recuperar ese proyecto, también lo descartó. Según dio a entender, su idea es partir de cero con Santa Clara. En la actualidad, tal como dijo, se trabaja en el diseño de un nuevo proyecto y en la fórmula administrativa apropiada para ejecutarlo, "que será más rápida y más barata" que un nuevo concurso público.
El vicepresidente criticó a los responsables políticos del anterior proyecto, así como al Consello Asesor del Museo (cuyos miembros presentaron su renuncia la semana pasada en desacuerdo con las decisiones del vicepresidente). "¿Qué dijeron cuando vieron que el proyecto era para un almacén arqueológico?".
A mayores, como ya había hecho anteriormente, advirtió de que el presupuesto asignado a la reforma del convento (de alrededor de 20 millones de euros) estaba "infradimensionado". Aseguró que sí se mantendría la ya proyectada conexión con la plaza de Barcelos y que también se estudiaba la posibilidad, abierta por el anterior Gobierno, de abrir un uso hostelero del espacio.