"Es vital detectar las mentiras; nos jugamos la salud y la democracia"

Clara Jiménez Cruz, cofundadora de maldita.es, habló sobre el desmentido de bulos, el freno a la desinformación y el trabajo de las mujeres en los medios en As Mulleres que opinan son perigosas
Clara Jiménez. DP
photo_camera Clara Jiménez. DP

Cofundadora de Maldita.es e integrante del grupo de expertos de alto nivel sobre fake news y desinformación de la Comisión Europea, Clara Jiménez Cruz estuvo presente este viernes en la tercera edición del encuentro As mulleres que opinan son perigosas, que este año se celebra de forma online.

Este encuentro se hace para reivindicar el papel de las mujeres que opinan, pero su trabajo consiste en verificar información y hacer un periodismo de datos. ¿Está infravalorada la información en los medios actualmente?

Yo creo que una de las cosas que ha pasado en el periodismo en España y que nos diferencia del periodismo anglosajón es que tendemos a adjudicar la información a fuentes no identificadas. Está muy bien, pero a veces no es necesario. Yo he hablado con periodistas que referían sus historias a "fuentes de" y resulta que es información pública. Tenemos que decirle a la gente de donde sale la información, no tenemos que hacernos los misteriosos, porque, además, eso le resta valor a la información.

¿Es fácil verificar en las condiciones en las que muchos periodistas llevan a cabo su trabajo?

Depende de lo que tengas que verificar. Cuando se cometen errores por falta de verificación no tiene tanto que ver con el periodista en sí, sino con la gente que dirige los periódicos y el modelo de negocio que se basa en tener muchos clicks para que la gente vea mucha publicidad y tener más ingresos. Al final los periodistas van a una velocidad desaforada y no tienen tiempo de verificar. Eso es un problema, pero no es culpa de los periodistas.

"El periodismo basado en tener muchos ‘clicks’ hace que se trabaje a una velocidad que no permite verificar"

La información veraz ha tenido un papel muy relevante en la crisis de la covid. ¿Cree que la gente está ahora más concienciada con la necesidad de disponer de medios de comunicación que garanticen una información contrastada y desmientan bulos?

Sin lugar a dudas. El valor reconocido que ha adquirido la verificación es inapelable. La información en momentos de crisis, en los que estamos pasando verdaderamente miedo por nuestra salud, es muy importante. Y eso se avala con los datos. Nosotros hemos pasado de tener dos millones de usuarios únicos al mes a diez millones, eso es porque la gente tiene interés en tener información contrastada y en tener respuestas a las preguntas que se hace. Además, creo que tenemos que empezar a pensar que esto va a ser cada vez más necesario. En el último mes hemos visto un auge de las teorías anticientíficas del movimiento antivacunas o antimascarillas, que antes no estaba presente y estaba relegado a lugares muy oscuros de Internet. De repente estamos viendo eso en la calle. Estamos viendo manifestaciones, carteles... En ese tipo de cosas que nos va la salud pública.

En esta crisis se llegó a hablar de legislar para tratar de frenar la difusión de bulos. ¿Qué le parecería esto a usted? ¿Es fácil conjugar esto con la libertad de expresión?

Nosotros, que formamos parte del grupo de expertos de alto nivel de la Comisión Europea, llevamos teniendo debates sobre esto desde hace tres años. La línea entre una legislación antibulos y la censura es delgadísima y peligrosísima. Yo quiero que los gobernantes estén lo más alejados de eso posible. Además, todos sabemos, a la velocidad a la que va la legislación, comparada con la velocidad de Internet, no serviría para nada. Creo que sí se pueden hacer cosas a nivel europeo, como legislar la forma en la que se difunde la información en las plataformas tecnológicas, no el contenido en sí, sino la manera en la que se distribuye. Además, hay que invertir en educación, en alfabetización mediática y cultura crítica. Es vital que sepamos detectar lo que es verdad y lo que es mentira en las redes porque nos jugamos la salud y la democracia. Eso tiene que formar parte del currículo escolar.

"Creo que la línea entre una legislación antibulos y la censura es delgadísima y peligrosísima"

Hubo partidos políticos que llegaron a llamar a los periodistas de su medio algo así como censores. ¿Estamos demasiado acostumbrados a asociar determinadas firmas de periodistas con uno otro partido? ¿Cuesta apartarse de estas etiquetas?

Nos llamaron algo peor: policía de la Alemania Nazi, que no es lo mismo. Yo siempre digo que el que intenta etiquetar a Maldita lo hace a mala fe, y más en este caso. La misma persona que nos llamó Gestapo una semana antes estaba compartiendo nuestros desmentidos sobre el Gobierno. Hay que contarlo todo. El problema es que este país está cada vez más polarizado y el espacio del término medio, donde discutimos y comparamos ideas generando diálogo y democracia, es cada vez más estrecho.

Pero a esta polarización también contribuyen los medios.

Sí, cuando digo que el país está polarizado no me refiero solo a los partidos. Hay muchos actores y cuesta mucho quedarse en el medio. Lo sé y lo sufro. Pero solo en ese espacio se puede salvar la democracia.

Usted es muy joven y tiene ya una trayectoria muy amplia. ¿Ha sido más difícil por ser mujer?

Yo no sé si es más difícil. Somos de una generación en la que ya se habían abierto muchos caminos. Más que difícil, requiere tener más arrojo. Yo no me callo ante actitudes que veo en lugares en los que soy la única mujer que se sienta a la mesa. Ni siquiera es valentía, es tener la actitud vital de que, cuando vas a la Comisión Europea y te sientas con un grupo de hombres de 50 años a la mesa, tus opiniones valen lo mismo que las suyas.

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