'Fariña', una obra convertida en material de contrabando en Portugal

"No soy hipócrita, esto obviamente ha servido para hacer muy conocido el libro, pero por encima de eso está la frustración que provoca que tu trabajo esté prohibido", asegura el autor, Nacho Carretero

 

Nacho Carretero. CERO
photo_camera Nacho Carretero. CERO

Presentado como "el libro prohibido en España", Fariña desembarca en Portugal convertido en una suerte de material de contrabando, todo un mérito para una obra que precisamente aborda este negocio al margen de la ley, reflexiona en entrevista con Efe su autor, el periodista español Nacho Carretero. "Me parece que se cierra el círculo. Un libro que habla de cómo había que cruzar La Raya para conseguir el material que se quisiera, de pronto se convierte en el material que la gente quiere, y para conseguirlo cruza la misma Raya", apunta entre risas en Lisboa.

Carretero (Coruña, 1981) no sale de la sorpresa. En la capital portuguesa, donde su Farinha, editada por Desassossego, es uno de los principales atractivos de la feria del libro, constata la "paradoja hasta graciosa" que vive su obra: secuestrada judicialmente en España, deseada al otro lado de la frontera. "Que ahora salga publicado en el país vecino y se genere esta situación creo que habla a las claras de que esto no tiene mucho sentido en el siglo XXI", comenta.

Desde el secuestro, Fariña un poco a mí se me escapó de control, y a la editorial también. Se nos fue

Todo surge por una denuncia por vulneración al derecho al honor presentada por José Alfredo Bea Gondar, exalcalde del municipio gallego de O Grove, quien aparece mencionado dos veces en el libro por sus supuestos vínculos con el narcotráfico. Son hechos confirmados por la Audiencia Nacional, si bien el Tribunal Supremo revocó esa sentencia por un defecto de forma, lo que ha desembocado en un secuestro judicial que se espera se resuelva a finales de este mes y que ha generado una oleada de apoyo a Carretero, además de un campaña de marketing inesperada.

"No soy hipócrita, esto obviamente ha servido para hacer muy conocido el libro, pero por encima de eso está la frustración que provoca que tu trabajo esté prohibido", remarca.

Carretero prefiere saber poco sobre los pormenores del proceso judicial, que incluye además una acusación de desobediencia de Bea Gondar por la publicación de Fariña en Portugal, acordada antes de que se decretara el secuestro judicial de la obra. Que la obra, que ya tiene acuerdos de publicación en una decena de países, se pueda leer en tierras lusas mientras en España no sea posible hacerlo resulta especialmente simbólico para el libro, que se ha convertido "en una herramienta para denunciar causas".

Carretero no realizará una segunda inmersión en el narcotráfico gallego que expone en Fariña, donde "no hay exclusivas"

"Creo que desde el secuestro, Fariña un poco a mí se me escapó de control, y a la editorial también. Se nos fue, se convirtió en una herramienta por momentos política, social, un instrumento para denunciar causas", sostiene Carretero.

Ser ahora una forma de "protesta contra la censura" es algo que le parece bien y al mismo tiempo le da "un poco de pena" desde el punto de vista periodístico, porque "para mucha gente queda reducido al 'libro secuestrado'".

Carretero no realizará una segunda inmersión en el narcotráfico gallego que expone en Fariña, donde "no hay exclusivas" y más bien se hace un "compendio" de lo sucedido en las últimas décadas en esta región española, punto de entrada para tabaco, en sus primeros años, y después cocaína de los carteles colombianos y de la camorra. Pero hay donde indagar para quien desee hacerlo, asegura.

"Hay capítulos, sobre todo los que tienen que ver con política y corrupción, que si profundizas podrían salir cosas tremendas y que es un material que podría dar para mucho más", subraya.

El periodista no quiere sin embargo encasillarse en el asunto: no es experto en narcotráfico y, de hecho, tiene "otros proyectos" en la cabeza, pero entre el secuestro judicial y la serie de televisión sobre el libro le resulta complicado desligarse completamente. "Digamos que el narcotráfico me persigue", bromea.

Portugal, el primer país al que llega Fariña, abre la obra al presentar los primigenios contrabandos fronterizos, desde medicinas hasta tabaco, y se va diluyendo según pasan las páginas, aunque su relevancia actual merece ser tenida en cuenta. "No lo sé a ciencia cierta, pero me cuesta pensar que en Galicia haya seguido el fenómeno y en el norte de Portugal se haya parado porque sí. Me consta que narcotraficantes gallegos tienen muy buena relación con socios portugueses", señala. 

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