Gabriel Pacheco: "Los mitos nos siguen explicando"

"Somos un cúmulo de impactos", dice este ilustrador sobre los seres humanos en general y los creadores en particular El mexicano, toda una referencia en el ámbito de la ilustración internacional, es uno de los invitados estrella del Salón do Libro Infantil e Xuvenil

El ilustrador mexicano Gabriel Pacheco, en la librería Cronopios. DAVID FREIRE
photo_camera El ilustrador mexicano Gabriel Pacheco, en la librería Cronopios. DAVID FREIRE

Dédalo, la figura del padre, es lo que más interesaba a Gabriel Pacheco (Ciudad de México, 1973) cuando surgió la posibilidad de trabajar en el libro Ícaro en el corazón de Dédalo. Ilustrador mexicano de referencia, con más de medio centenar de títulos a sus espaldas, Pacheco estuvo este lunes en Pontevedra presentando este título. Lo hizo como parte de la delegación de México, el país invitado en el Salón do Libro Infantil e Xuvenil. No era su primer contacto con la ciudad: la editorial Kalandraka es uno de los sellos con los que trabaja. "Al final, todo es un presagio", señala. Graduado en Escenografía por la Escuela Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México, desde 1997 se dedica a la ilustración de libros para público infantil y juvenil. Recibió el premio del X Concurso Internacional de Ilustración Cittá de Chioggia (Venecia) en 2004 y el Premio Internacional de Libro Ilustrado de México en 2000 y 2002. Ha trabajado para sellos como Alfaguara, Santillana o SM.

Una mezcla entre la Metamorfosis, de Ovidio, y el Ícaro, de Matisse, dicen que es este libro. ¿Cómo surgió la idea de hacerlo?

El libro nace del encuentro entre una cantidad de anécdotas personales y deseos profesionales del editor, la escritora [Chiara Lossani] y el ilustrador. A todos nos unía además el interés por el mito. A mí me interesaba especialmente, porque el mito es una forma de entender el mundo. Todas estas coincidencias en cuanto a intereses y referentes se reúnen en este Dédalo, en esta figura paterna que yo he utilizado para investigar y profundizar sobre otro mito, el de la paternidad y sus laberintos.

Inspiración
"Dibujas algo sin pensar, porque te nace, pero luego entiendes que tiene un sentido. Es lo que llamamos intuición"

"He hecho un acto consciente sobre paternidad, humanidad, pasión y filosofía". ¿Todo eso?

Sí, claro. Este libro me llegó en un momento conflictivo en el apartado personal. Y ahí estaba el mito. Eso es lo interesante: los mitos nos siguen explicando. Toda nuestra parte más humana y cotidiana, toda nuestra parte filosófica, está ahí. Es en esos momentos cuando uno se da cuenta de la profundidad del mito.

¿Los mitos nos siguen explicando en la era de las redes sociales?

Rotundamente sí. De hecho, tendríamos que recurrir más a ellos. Es una fortuna que existan. Lo que sucede es que tienen sus tiempos y, según cambia el contexto, se reinterpretan. Pero siguen arrojando luz sobre la vida. Suya es la belleza de la simplicidad. Por eso siempre han estado ahí, al lado del ser humano. Y por eso permanecen, porque se renuevan. Es como si, cada cierto tiempo, volviesen a partir de cero. Y nosotros nos renovamos con ellos.

Ha ilustrado Alicia en el País de las Maravillas, Los Miserables, Pinocho, a Lorca... Le gustan los clásicos.

He tenido esa fortuna, la de poder trabajar los clásicos. Son obras muy importantes. Y no es esta una postura clasista o intelectual, para nada. La permanencia de estas obras es por algo. Son como fuentes de donde uno puede tomar agua siempre. Un clásico trata de resumir el universo y lo consigue.

Les dice a sus alumnos, en los talleres que imparte, que los ilustradores son como la luna en la que impactan los asteroides. ¿Cómo es eso?

No solamente los ilustradores, todos nosotros. Cada uno ha vivido sus propias experiencias, tiene sus propios recuerdos... Al final somos una superficie sensible que va acumulando cicatrices y marcas. Algunas experiencias impactaron en nosostros terriblemente, otras de forma más suave. Somos un cúmulo de impactos. Lo que trato de hacerles llegar es esa idea de que somos seres humanos sensibles, lunas con sus propios cráteres y geografías.

Lectura
"Los libros transforman los espacios y acercan a las personas. Todavía pueden cambiar el mundo"

"No hay nada gratuito en la ilustración". ¿Nunca ha dibujado una línea simplemente porque sí, porque quedaba bonito?

Por supuesto que sí. Pero lo que sucede es que finalmente uno acaba justificando esa decisión. Es decir, aunque en el momento no entienda por qué lo hace, después se da cuenta de que realmente tenía un sentido, una razón. Uno mete eso ahí sin pensar, porque le viene, porque le nace, pero con el tiempo se da cuenta de por qué lo hizo. Esto que llamamos azar, intuición o inspiración no es otra cosa que el resultado de esa superficie lunar golpeada de referencias y experiencias.

Ha llegado a Pontevedra de la mano del Salón do Libro Infantil e Xuvenil, pero su conexión con la ciudad es anterior, a través de su relación con Kalandraka. ¿Cómo entró en contacto con el sello?

Cuando empecé a trabajar en la ilustración, para mí Kalandraka ya era un referente. Esto que comentas es algo maravilloso porque, de repente, algo que estaba al otro lado del mundo, deja de estarlo. Se pierden ciertas geografías. Es verdad: los libros transforman los espacios. Los libros hacen posible que un mexicano que vive a miles de kilómetros viese en sus libros escrito el nombre de Pontevedra. Se crea una imagen, casi sin querer. Es como la frase de la antropóloga francesa Michèle Petit, que dice: El libro nos reúne. Y es cierto: aquí estoy. Esto todavía puede cambiar el mundo, acercar personas.

Precisamente de cambiar el mundo a través de proyectos de lectura en México se ha hablado estos días en el Salón, aprovechando que era el país invitado. También se ha hablando de su efervescencia cultural y del importante papel de las mujeres en la literatura infantil y juvenil. ¿Es un buen retrato del momento cultural en su país?

Estoy de acuerdo con todo. Agregaría una cosa: México es un país de profundos contrastes. Así como hay héroes, que lo son, desarrollando proyectos muy importantes sobre el libro, es innegable, hay zonas y sectores de la población que permanecen totalmente al margen. Habitamos en ese contexto contradictorio capaz de lo más hermoso y de lo más terrible. Hay ciudades que concentran una enorme actividad cultural y regiones completamente olvidadas. Hay mucho que hacer en este sentido. Politicamente en México no se ha valorado el libro, cuando es un instrumento clave socialmente. Falta mucho.

Con Kalandraka
Gabriel Pacheco estuvo este lunes, en la librería Cronopios, presentando su última obra, Ícaro en el corazón de Dédalo (Fondo de Cultura Económica), dentro da la programación del Salón do Libro Infantil e Xuvenil de Pontevedra, que este año ha involucrado de distinta manera a las librerías de la ciudad. En el curriculum del autor figura además haber colaborado con anterioridad con Kalandraka en los libros El hombre de agua, El pollito de la Avellaneda, Los cuatro amigos y 12 poemas de Federico García Lorca.

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