"Yo llegué al Pazo de Lourizán más tarde", desveló, en el invernadero de la casa señorial pontevedresa, el escritor Fernando J. Múñez (Madrid, 1972). "Ya tenÃa la historia en la cabeza, pero no querÃa ambientarla en el tÃpico pazo medieval. QuerÃa un tipo de construcción más moderna, a través de la que el lector entrase directamente en lo que es una casa fidalga decimonónica. Lourizán tenÃa eso. Por eso me interesaba". Y por eso Editorial Planeta escogió este espacio para realizar este jueves, desde Pontevedra, el lanzamiento de uno de sus últimos tÃtulos, Antes se secará la tierra, de Fernando J. Múñez, el autor de La cocinera de Castamar (una historia adaptada para la televisión en una serie protagonizada por Michelle Jenner, Roberto EnrÃquez y Hugo Silva).
"Antes se secará la tierra es algo asà como Por encima de mi cadáver", bromeó el autor sobre el tÃtulo de su nuevo libro. "Hemos venido a presentarlo aquÃ, al Pazo de Lourizán, porque a mà me sirvió de inspiración para contar la historia que está contenida en estas páginas y que comienza cuando André de Castronavea, que pertenece a una familia fidalga, regresa al pazo de su familia después de estudiar leyes diez años", avanzó el escritor sobre el inicio de la obra.
No pienso demasiado en lo que pasó con 'La cocinera de Castamar'. La vida para mà está en el presente. No existe el pasado y el futuro es mejor no planearlo mucho, no vaya a ser que nos perdamos entre sombras
Según apuntó, lo que ha contado en esta novela, ambientada en el año 1845, es la historia de dos familias, la de los Castronavea, de Ourense, y la de los Ordás, del Bierzo. "Representan dos estilos de vida completamente diferentes. Los Castronavea son fidalgos que han atesorado tierras a raÃz de las desamortizaciones y se dedican a la ganaderÃa. Tienen una forma de ver la vida muy tradicional", explicó Múñez. "En el lado opuesto está la familia del Bierzo, que es minera y representa esa casta nueva que está surgiendo en el siglo XIX, que ya ve las cosas en términos de inversión-beneficio. Estos dos modelos culturales van a terminar chocando entre sà hasta desembocar en una lucha feroz".
Que el escritor decidiese situar la trama en Galicia tiene que ver con sus orÃgenes familiares. "Recuerda de dónde eres, André" empieza precisamente la novela. "Yo soy mitad gallego", contó Fernando J. Múñez. "Mi abuelo y mi abuela eran de Ourense. Mi abuelo, de un pueblecito llamado Navea y mi abuela, de un pueblecito llamado Fitoiro. Cuando falleció mi abuela, una mujer a la que no le interesaba ni el dinero ni la fama y que solo querÃa compartir el amor infinito que tenÃa dentro, decidà dedicarle a ella esta novela, a ella y a mis raÃces gallegas". Efectivamente a la abuela está dedicada: "A mi yeya, que con su ejemplo nos enseñó que la ternura deja huellas imborrables", se lee en la primera página del libro. "De alguna manera he querido inmortalizarla en esta historia, hay algo de ella aquà dentro".

Entre otras cosas, está su comida, según reconoció el escritor. "Es que la gastronomÃa gallega es una maravilla. La bica, en Madrid no se sabe ni qué es. Si yo lo sé, es porque nos la traÃa mi abuela. Y el chocolate amargo, que no esperábamos ni a hacerlo a la taza, nos los comÃamos directamente a lo bestia. Cómo una pulpeira saca el pulpo de un caldero de cobre... Eso hay que vivirlo. O cómo se hace el pote gallego. QuerÃa que todas esas experiencias de mi infancia quedasen impresas. Era una forma catártica de sacarlas".
Fernando J. Múñez contó que, si bien son reales las localizaciones de la novela, no lo son asà las familias que la protagonizan. "No, no hay un modelo concreto en el que me haya inspirado. Aunque sà que he tratado que apareciese esa vida tan profundamente jerarquizada de la época". Igualmente dice que ha tenido especial cuidado al retratar a sus protagonistas femeninas. "Esta historia se dibuja al principio desde un punto de vista patriarcal. Las familias están sustentadas por varones que las gobiernan. Pero, a medida que la novela va evolucionando, esto va cambiando. Las mujeres se van empoderando en base a su propio contexto. Y esas mujeres fuertes y poderosas acaban dirigiendo las familias. Me interesaba especialmente retratar el mundo de las mujeres porque en esta época sufren muchÃsimo. Esta sociedad victoriana era muy represiva y ese peso especÃfico sà que querÃa que estuviese en la novela".
No me considero nada romántico en el sentido sentimentaloide de la palabra, pero me interesa la pasión, el fuego, el ardor. Me gusta hablar de las tripas más que del hecho idealizado del amor
La nueva obra de Fernando J. Múñez ha sido lanzada por Planeta con una faja en la que se recuerda el éxito de La cocinera de Castamar, pero él dice no tenerlo especialmente presente. "Entiendo la literatura casi como una necesidad interna mÃa de diversión. Asà que no pienso demasiado en lo que pasó con La cocinera de Castamar. La vida para mà está en el presente. No existe el pasado y el futuro es mejor no planearlo mucho, no vaya a ser que nos perdamos entre sombras". Eso sÃ, reconoce conexiones entre esta novela y aquella. "Las dos son dramas históricos y en las dos tienen un peso muy importante las historias de amor. Yo no me considero nada romántico en el sentido sentimentaloide de la palabra, pero me interesa la pasión, el fuego, el ardor. Me gusta hablar de las tripas, de las entrañas, más que del hecho idealizado del amor".
Sobre la posibilidad de que con Antes se secará la tierra vuelva a enfrentar una adaptación audiovisual, el autor confesó que él trabajaba con imágenes. "Tengo esa sensación: pienso en imágenes, siento en imágenes. Me seducen las imágenes". ¿Acabará entonces esta historia en una pantalla? "PodrÃa ser".