Max: ''Si me puedo sorprender a mí mismo, sorprenderé al público''

Max recolle o Premio Nacional de Cómic (Foto: JM. AGN)
photo_camera Max recolle o Premio Nacional de Cómic (Foto: JM. AGN)

El primer Premio Nacional de Cómic lleva el nombre de guerra de Francesc Capdevila, Max (Barcelona, 1956). Autor de personajes tan populares como Peter Pank o Gustavo en los años 80, recibe el galardón por su último hijo, Bardín el superrealista, valorado por su guión original, lleno de referencias literarias, filosóficas y cinematográficas, y por supuesto, por una "obra gráfica deslumbrante". Pero lo mejor es que el personaje es capaz de sorprender al propio autor.

Pregunta:
¿Cómo se siente al ser el primero en recibir este premio?

Respuesta:
Es un gran honor, y es un premio doble: para mí, personalmente, y para el cómic, que después de tantos años que llevamos reivindicando como un arte más, y que debe ser tenido en cuenta como tal, finalmente desde el Ministerio se ha venido a reconocer con la creación del premio, y es una gran noticia para el sector.

P: Empieza a ser bien visto por las altas instancias, pero ¿y por la sociedad, las editoriales...?

R: Lo que sería importante es que fuera bien visto por la sociedad, porque llevamos muchos años en que el cómic arrastra una fama de ser algo para niños o como mucho para adolescentes, un entretenimiento frívolo. Y eso hace mucho que no es cierto, incluso entre las primeras obras del cómic del siglo XX hay obras de peso. Eso es lo que al final resulta beneficioso, que la sociedad acepte el cómic como un arte entre los demás, y eso repercute en un aumento de lectores, en que la industria funcione mejor y en que los autores puedan vivir de ello.

P: Las quinielas apuntaban también otros nombres, como el de Carlos Giménez, para este primer premio, ¿le cogió de sorpresa?

R: Bueno, sonaban varios nombres, pero me olvidé del tema, porque es muy malo vivir pendiente de estas cosas, hasta el día en que se reunió el jurado y recibí la llamada. Alguien tenía que ser el primero. No es que yo lo merezca más que otros, pero esta vez me ha tocado.

P: ¿A quién le daría usted el segundo?

R: Hay que tener en cuenta que el premio no se da a una trayectoria, sino a un libro publicado al año anterior, entonces me reservo mi opinión, ya que estaré en el jurado del próximo año.

P: También arrasó en el último Saló del Cómic, ¿no cree que le están llegando un poco tarde todos estos reconocimientos?

R: Bueno, no, a mí no me parece que llegue tarde. De hecho, sí es cierto que ahora dedico mucho más tiempo a la ilustración que al cómic, pero prácticamente nunca he dejado de hacer cómic. Bien está que llegue ahora, tampoco lo eché en falta antes. Lo que sí va a repercutir es en que me podré dedicar más tiempo al cómic, sin abandonar la ilustración, porque me gustan ambas cosas y trato de mantener un equilibrio.

Capacidad de sorpresa
P: Este premio fue gracias a Bardín, ¿cómo nació este personaje?

R: Nació de un experimento que me planteé, que era crear un personaje que no tuviera ninguno de los vicios que suelen tener los personajes de cómic. Gustavo y Peter Pank, que creé en los 80, fueron personajes bandera de movimientos ecologistas, punkis... y al cabo de un tiempo, acabé sintiéndome prisionero de mis personajes y no me gustó nada. Pero soy consciente de que el principal vínculo entre un lector y un autor de cómic pasa por un personaje, y es muy difícil mantener a tus lectores y estar siempre cambiando de historia, de escenario y de todo.

Así que a finales de los 90 decidí retomar a mi público, que se iba dispersando, con un personaje que no tuviera ninguno de estos rasgos típicos de los personajes de cómic, que siempre son iguales a sí mismos, siempre reaccionan igual, siempre son absolutamente previsibles, y eso hace que el autor se aburra, y que el público a la larga también. Por eso lo importante no es Bardín, sino lo que le sucede a Bardín, que reacciona siempre de una manera imprevisible, y ésa es su gracia. Parto de la base de que si me puedo sorprender a mí mismo con mi personaje, estaré también sorprendiendo al público.

P:
¿Va a dejarlo de lado o va a seguir explotando esa capacidad para sorprender?

R: Sigo con él, tengo acabado el guión de un nuevo libro, que empezaré a dibujar una semana de éstas y que espero que esté a punto para el año que viene por estas fechas.

Experiencia
P: ¿Cómo logró mantenerse durante tantos años en este campo?

R: Durante unos años no fue difícil, porque en los 80, las cosas iban bien. Había muchas revistas mensuales, y uno se podía ganar la vida. Fue con la crisis a finales de los 80 cuando empezaron a desaparecer las revistas y cuando seguí haciendo cómic por pura cabezonería, sin ningún tipo de recompensa económica ni nada, sólo por amor al arte. Durante unos años hubo esta especie de travesía del desierto del cómic en la cual yo más o menos fui aguantando y ahora parece que las cosas se vuelven a poner un poco más fáciles.

P: Vivió intensamente la época del cómic underground, pero ¿cómo se presentan las posibilidades de creación y distribución del cómic hoy en día?

R: Se han abierto unos canales muy interesantes. Antes los dibujantes que querían empezar no tenían más remedio que autopublicarse, ir a la copistería, hacer fotocopias, grapar, llevarlas a bares... Ahora, gracias a internet, hay un canal casi gratuito en cuanto a coste y de repercusión ilimitada. Pones allí tus dibujos y se pueden ver desde cualquier parte.

Es muy positivo, es otra vía más, y una vía muy recomendable que no anula la clásica. Es efectivo publicar cómics impresos en tinta sobre papel y que estén en las tiendas y que la gente se pueda acercar a ellos por este medio también. Pero todo está empezando, y creo que internet nos deparará buenas sorpresas y ayudará al cómic a salir del gueto éste en que ha estado siempre enclaustrado.

El cómic en Galicia
P: ¿Cómo valora lo que está ocurriendo con el cómic en Galicia?

R: La vitalidad del cómic en Galicia es bastante notable, de hecho creo que es de las comunidades en las que en estos momentos hay más actividad, pero ya viene de antiguo. Siempre ha habido autores gallegos en el cómic aunque muchos de ellos tuvieran que emigrar a Barcelona o a Madrid para publicar. Ahora parece que por fin hay una escena sólida en la propia Galicia y a ello ha contribuido Miguelanxo Prado y Viñetas desde o Atlántico. Y esta generación más joven, que viene pegando fuerte con revistas como BD Banda y Retranca... y con premios también en el Saló de Barcelona.

P: Tengo entendido que adquirió los derechos para la publicación de Maus de Art Spiegelman al gallego...

R: Sí. En principio nos hemos fijado el Día das Letras Galegas, el 17 de mayo, para presentar la edición. De todas formas, es un libro complejo, lleva bastante trabajo, y confiamos tenerlo a tiempo. Mi editorial, Inrevés, compró los derechos para las lenguas minoritarias del Estado: el euskera, el gallego y el catalán. Nos ha parecido interesante publicarlo y es una historia muy sólida que puede satisfacer a un lector de cualquier edad.

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