Miguel Barros: "Cada uno escribe o dirige tal y como siente las cosas"

"He estado sin luz, sin vida, sin libertad por 17 años", dice la llanera, el personaje principal de 'Libertad’
Miguel Barros en Cabo Udra. DP
photo_camera Miguel Barros en Cabo Udra. DP

El nombre de Miguel Barros (Londres, 1965) vuelve a verse en una pantalla de cine gracias a Libertad, la última película de Enrique Urbizu, de la que es coguionista junto a Michel Gazambide. Con ambos ya había trabajado en Gigantes, una serie de Movistar+, la misma plataforma que ahora abandera este particular estreno de Libertad en dos formatos: serie y película. Hijo del doctor pontevedrés José Luis Barros Malvar, el escritor, afincado en Cabo Udra (Bueu), autor de guiones como Blackthorn (once nominaciones a los premios Goya) o Nadie quiere la noche (primera película española seleccionada para inaugurar la Berlinale), se ha entregado últimamente a la televisión. "Como el 80% de la profesión".

Libertad es una historia de bandoleros.

Libertad es una película de aventuras, una road movie con el poder evocador del cine y la literatura con los que nos hemos criado. Es una historia de principios del siglo XIX en una España que enfrenta un momento decisivo en el que tiene que elegir entre el Medievo, en el que prácticamente sigue, o dar un paso adelante. Ahí es donde situamos la acción, que está protagonizada por gente que vive fuera de la ley.

Le gustan especialmente las historias de tipas y tipos duros.

No son tan duros. Y si lo parece es porque las circunstancias les obligan. La historia de Libertad está llena de personajes cansados, fracasados, que buscan un hueco. Están desesperados. Por sus formas, sus caballos y sus armas pueden parecer duros, pero realmente no lo son. Aunque parezca violenta, esta es una historia pacifista. Lo único que quiere el personaje principal es no matar, salirse de esa rueda de violencia que había en aquella España y que de alguna manera sigue habiendo.

El aire de western de la historia, sí que me lo reconoce. ¿O tampoco?

Siempre que le preguntan a Enrique [Urbizu] por esto dice algo que es verdad: vemos una persona a caballo en el cine y pensamos en John Wayne. Pero realmente en España íbamos en esos caballos y llevábamos esos sombreros. Aunque las formas nos recuerden a un western, esta es una historia más cercana a una road movie. Aquí hay mucha más literatura española que películas del Oeste.

El de Libertad es un caso particular en el audiovisual español porque han estrenado al mismo tiempo una versión como serie y otra como película.

Y no deja de ser irónico porque originalmente esta historia de la llanera nace de un guión que yo escribo para una película de Movistar. Y les encanta, pero les parece largo, caro, excesivo, así que me proponen hacer una serie. Hacemos la miniserie y en los visionados de los cinco capítulos enseguida ven que allí hay una peli. Le preguntaron a Enrique si se atrevía a hacer un montaje alternativo con duración de largo. Aceptó el reto, se encerró con su montadora y lo hizo. Yo pensé sinceramente que la historia no iba a aguantar lo de quedarse en el esqueleto. Pero Enrique es un tío brillante. Esa intuición que tuvo la plataforma tiene precisamente mucho que ver con su forma de rodar, su puesta en escena, su ritmo... Porque la televisión ahora, esas series que todos vemos y de las que hablamos, tanto nacionales como extranjeras, en el fondo son bastante uniformes. Quiero decir que, aunque tratan temas diferentes y las hay estupendas, las formas de contar, los montajes y las sobreexplicaciones son muy parecidas. Y Enrique no hace nada de eso. Así que la primera vez que alguien vio Libertad en pantalla grande dijo: coño, esto es una peli. Porque se salta todas las convenciones del lenguaje de la televisión actual. Y esto no es mejor ni peor: simplemente es ir a contracorriente. Cada uno escribe o dirige tal y como siente las cosas.

Mis personajes no son tan duros. Y si lo parecen es porque las circunstancias les obligan. Buscan un hueco porque están desesperados 

Y gracias a eso ha vuelto usted al cine, porque su carrera reciente ha transcurrido toda en la televisión, como guionista de Los favoritos de Midas, la serie de Mateo Gil para Netflix, y de Gigantes, también con Urbizu para Movistar.

En este tiempo también he escrito y vendido guiones de largometrajes que espero que se hagan. Pero sí, mi carrera últimamente ha estado más ligada a la televisión, como la del 80% de compañeros de profesión. Hemos ido a donde la industria nos ha llevado. Yo personalmente, y de nuevo no quiero que se entienda que estoy diciendo aquí que un medio es mejor que otro, echo de menos escribir para cine. De hecho, digo que no a muchas series interesantes y que sí a largos que no lo son tanto. Porque es un formato que me encanta e ir al cine para mí no es comparable a ver la tele. Ir al estreno el otro día, aunque fuese con medidas covid, me hizo mucha ilusión. Otra cosa es pararse a pensar cuánta gente va a ir a ver esta peli. Porque la realidad es que competimos con Gozdilla vs. Kong y Tom y Jerry, un cine estupendísimo, pero que no tiene nada que ver con lo que hacemos nosotros.

Da la sensación de que le gusta trabajar con gente en la que confía: como Mateo Gil, con el que ya había hecho Blackthorn, y Enrique Urbizu, con el que también repite.

Es gente con la que me entiendo muy bien, sí. Y fíjate, Midas era un largo también, un largo maravilloso que escribí aquí, en Cabo Udra, hace mucho tiempo y que Mateo le preguntó a Netflix si les interesaría como serie. A Mateo le conozco hace mucho tiempo, pero es que de Enrique fui ayudante de dirección hace más de 20 años. Luego escribí para él un par de pelis muy chulas que no llegaron a cuajar por cuestiones de financiación. Nos quedamos con esas ganas de trabajar juntos. Así que cuando me llamó para Gigantes ni me lo pensé.

La película
Libertad se estrenó el 26 de marzo en dos formatos: como serie, en la plataforma Movistar +, y como película, en salas de toda España. Dirigida por Enrique Urbizu, está protagonizada por Bebe, Isak Férriz y el gallego Xabier Deive, entre otros. El guión es de Miguel Barros y Michel Gaztambide. En Galicia se puede ver en los cines de As Cancelas (Santiago de Compostela) y Marineda City (A Coruña). Consultar cartelera: www.cinesa.es.

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