Palabras antibalas

Las mediadoras mexicanas Alondra Ramírez y María Guiexhooba hablan, en el Salón do Libro, de sus proyectos de dinamización lectora en contextos de violencia y exclusión

María Guiexhooba (izquierda) y Alondra Ramírez, en un rincón del Salón do Libro de Pontevedra. OLGA FERNÁNDEZ
photo_camera María Guiexhooba (izquierda) y Alondra Ramírez, en un rincón del Salón do Libro de Pontevedra. OLGA FERNÁNDEZ

Alondra Ramírez caminaba un quilómetro en Guadalajara (Jalisco) con sus libros, cuando era niña, para ir a la escuela. Al llegar al Bachillerato, su timidez le impedía mantener conversaciones de más de un minuto. Hasta que su amor por la lectura la llevó a empezar a trabajar como docente en colonias marginadas. Defensora del papel de las salas de lectura en contextos de violencia, actualmente trabaja con adolescentes en el proyecto Literatura sin condón.

"Para poder promover la lectura, primero que nada, uno ha de ser lector. Porque para poder contagiar el gusto por la lectura, antes hay que tener la enfermedad de la lectura. Tienes que portar el virus para poder transmitirlo", explica Maria Guiexhooba. En su caso, empezó estudiando Administración de Empresas Turísticas, pero su carrera derivó hacia la gestión cultural y la mediación lectora. Hoy trabaja en la recuperación de la tradición oral, la recuperación de la memoria, el fomento de la lectura en Ciudad Ixtepec (Oaxaca) y, más recientemente, en el proceso de reconstrucción de su comunidad después del terremoto del 7 de septiembre de 2017.

Alondra Ramírez
"Literatura sin condón nació para no coartar el lenguaje y sugerir a los chicos que se diesen permiso para ser penetrados por la lectura, y que eso fructificase"

Ramírez y Guiexhooba hablaron este lunes de su experiencia en proyectos de dinamización lectora en contextos de violencia y exclusión social dentro del ciclo A lectura é un arma cargada de futuro, del Salón do Libro Infantil e Xuvenil.

"Literatura sin condón es una sala de lectura que está en Jalisco", explica Alondra Ramírez. "El nombre hace referencia al hecho de no restringir el uso del lenguaje, que los muchachos que viven en contextos de violencia no vean su vocabulario restringido, que usen las palabras que necesiten para expresar los sentimientos que tienen. Porque si empezamos a coartarlos, los libros no van a llegar a ellos". Según cuenta la mediadora, en Jalisco los libros eran objetos cargados de estigmas. "Nuestra idea era sugerirles que se diesen permiso para ser penetrados por la lectura y que eso fructificase. Y ha funcionado. Llevamos trabajando unos 15 años".

María Guiexhooba
"Para poder promover la lectura, primero que nada, uno ha de ser lector. Porque tienes que portar el virus para contagiar la enfermedad"

María Guiexhooba lo aclara un poco más desde su propia experiencia con los niños de Ixtepec. "En buena medida, lo que hacemos es introducir el libro, como objeto, en su vida cotidiana. Se trata de que se vayan apropiando de ellos para, poco a poco, ir reconociendo el placer que puede ser leer", dice. "Cuando desde chico aprendes a mirar a los otros, a los que son distintos a ti, a reconocerte en su misma humanidad, estás generando una empatía que conduce a una cultura de paz, a desarrollar un tejido social, a recuperar la lengua, las tradiciones, la memoria familiar y colectiva. Porque finalmente todos estamos unidos en este mundo. Estos espacios de lectura son también una ventana a la libertad".

Las dos elogian el Salón do Libro. Dicen estar sorprendidas por la defensa del idioma propio que han encontrado aquí y que echan de menos en México (donde existen 68 lenguas indígenas, la mayoría a punto de desaparecer). También les ha gustado que el evento le otorgue protagonismo directo a los escolares que exponen en el Pazo sus trabajos. Y les interesa esa idea de la lectura como arma cargada de futuro. "Aunque, más que hablar de futuro, lo relevante es el aquí y el ahora. Porque nos enfrentamos a necesidades contundentes", dice Ramírez. "Se trata de reforzar el conocimiento y la curiosidad. Si no, no estamos sembrando nada".

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