"La política es sucia y corrosiva; pagas un alto precio por meterte en ella"

‘Ciudadanía y educación’ fue el título de la conferencia que Carlos Fernández Liria impartió en 2009 en la Semana Galega de Filosofía. Tras haberse convertido en el ideólogo de Podemos, el filósofo vuelve este martes al mismo foro para hablar de la necesidad de un discurso fuerte para la izquierda. Dice que sus esperanzas están puestas en Yolanda Díaz e Íñigo Errejón
El profesor de Filosofía e ideólogo de Podemos Carlos Fernández Liria. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El profesor de Filosofía e ideólogo de Podemos Carlos Fernández Liria. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Sus desencuentros con Pablo Iglesias le llevaron a distanciarse de Podemos tras la asamblea de Vistalegre 2, en el año 2017. Hasta ese momento, el profesor de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid Carlos Fernández Liria (Zaragoza, 1959) había sido considerado uno de los principales ideólogos del partido que amenazó con "asaltar los cielos" y que hoy es socio minoritario del Gobierno de España. Posicionado en la actualidad cerca de Íñigo Errejón, el filósofo vuelve este martes a la Semana Galega de Filosofía, tras haber participado en la edición de 2009, para hablar de Elucidación del concepto de contrahegemonía. La necesidad de un discurso fuerte para la izquierda.

¿Porque no tiene entonces hoy la izquierda un discurso fuerte?

Lo que tuvo es una gran oportunidad perdida. Perdimos el legado del 15M e incluso uno anterior, el de Juventud sin Futuro, un grupo de gente muy joven, pero con un discurso muy sorprendente políticamente porque se presentaban como conservadores de extrema izquierda. Esa idea, que en el 15M tuvo una gran importancia, fue retomada después por Podemos. Los revolucionarios ya no éramos nosotros. Ahora la izquierda lo que quiere es conservar aquello que el capitalismo neoliberal está destruyendo. Las instituciones fundamentalmente. Y con instituciones me refiero a la educación pública, la sanidad pública y los tribunales de justicia. Es decir, la izquierda lo que quiere es conservar las grandes conquistas de la clase trabajadora a lo largo de la historia. Somos algo así como los verdaderos defensores de la ley. Total, que era muy buena idea presentarnos, en vez de como antisistema, que era como se había presentado a la izquierda siempre, como defensora del sistema contra la derecha y la ultraderecha que querían destruirlo. Esto fue el primer Podemos, en el que yo participé. Salí del partido en el momento en el que me peleé con Pablo Iglesias. Porque, en los albores de Vistalegre 2, cambió completamente aquel discurso y decidió volver a la cruzada antifascista. El resultado fue que perdimos la mitad de los escaños, más de la mitad de los votos y en algunas comunidades autónomas lo perdimos todo. El único que en este momento todavía un discurso parecido a aquello de ocupar la centralidad del tablero es Íñigo Errejón. 

Estoy hablando, de hecho, con un errejonista.

En este momento soy errejonista, cuando fui el terror de los errejonistas, si. En alguna entrevista así lo declaré: fui un mamporrero de Pablo Iglesias contra el errejonismo, cuando esto último se había convertido en un estado dentro del estado para repartir puestos de trabajo. Lo que no pude aceptar fue que para cargarse una agencia de colocación se montara otra más potente y más mafiosa, que fue lo que hicieron los pablistas. Purgando por el camino a la mitad del partido. Entre otros, a mí mismo. No es que me echaran, es que no había quien aguantara allí. Por tanto, ¿estoy con Errejón? Sí, estoy con él, porque su discurso sigue siendo el mismo que en Vistalegre 1 [2014]. 

Los revolucionarios ya no somos nosotros. Ahora la izquierda lo que quiere es conservar aquello que el capitalismo neoliberal está destruyendo

¿El caso de Podemos demuestra que es más fácil teorizar sobre política que llevarla a la práctica?

Sin duda. Y eso ha sido una experiencia tremendamente dolorosa para todos nosotros. Cuando vi a todos aquellos muchachos, el 30% alumnos míos, de los más brillantes, mis mejores alumnos, a punto de ganar las elecciones, me pareció una alucinación. ¿Este sueño se va a cumplir realmente?, me preguntaba. ¿Qué pasó después? Que en el momento en el que se pasó de la teoría a la práctica fue cuando todo se torció. En primer lugar, porque había una serie de cosas que no se habían previsto, por ejemplo, que se estaban jugando varios miles de puestos de trabajo: de diputado, de asesor o de secretario de no sé qué. Era la tarta de Podemos, que no era otra cosa que cómo se iba a repartir el trabajo y el poder dentro del partido. Pablo Iglesias en un momento dado dijo que Podemos no era una tarta y que no se repartía, a modo de mensaje a los errejonistas. Fue la última conversación de buenas que tuve con él. Porque lo que venía a decir era que él se quedaba con toda la tarta. Cuando lo que hacía falta era un sistema para repartir esos puestos de trabajo entre los mejores.

Hoy Pablo Iglesias está fuera de la política. 

En estos momentos sí, después de llegar a ser vicepresidente del Gobierno.

¿Se imaginaba que acabaría dejándola?

Sí, la verdad. Porque a Pablo lo que le ha gustado siempre son los medios de comunicación. Era lo que realmente le hacía feliz. La política no le hacía feliz. Porque la diferencia entre querer hacer una cosa y poder hacerla es muy grande, abismática. Él, que es un tipo al que le gusta hacer las cosas rápido y bien, no podía con esa impotencia. Encima, con un porcentaje de participación en el Gobierno absolutamente ridícula como la que tiene Unidas Podemos. El tiempo le ha dado la razón a Íñigo Errejón hasta en esto. Y yo tampoco se la daba. Cuando él quería pactar con el PSOE, aunque tampoco lo dijo nunca a las claras, se forzó la situación para convocar elecciones. Mejor nos habría ido haciéndolo entonces con 69 diputados y no acabar haciéndolo ahora con 35, con todas las comunidades autónomas defenestradas y sin ningún poder.

A Pablo Iglesias la política no le hacía feliz. Lo que le ha gustado siempre son los medios de comunicación

Una comunista es hoy vicepresidenta del Gobierno y la política mejor valorada en las encuestas. ¿Cree que Yolanda Díaz podría llegar a ser presidenta?

Tengo grandes esperanzas puestas en ella. En estos momentos diría que su mayor enemigo es Pablo Iglesias y compañía. Desde donde están tratando de boicotearla lo máximo posible es desde el interior de Unidas Podemos. Ahora a quien se está acercando es a Íñigo Errejón. Yo tengo muchas esperanzas puestas en que los dos consigan recuperar una izquierda sensata y la idea de que nosotros somos los verdaderos defensores del orden constitucional. Por cierto, esta frase, la de que somos los verdaderos defensores el orden constitucional, la dijo Julio Anguita en los años 80. Así que tampoco es una idea supernovedosa.

O profesor de filosofía e ideólogo de Podemos Carlos Fernández Liria. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
El profesor Carlos Fernández Liria este lunes en el Parador de Turismo. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

¿Le sorprendió que Yolanda Díaz condenase como lo hizo la agresión de Rusia a Ucrania?

Yo creo que todo el mundo ha condenado la agresión de Rusia a Ucrania, ¿no? A mí no me cabe la menor duda de que debe hacerse. Otra cosa es la polémica sobre si se deberían enviar armas o no. Ella lo ha apoyado y yo ahí tengo mis dudas. Pablo Iglesias ha hecho una bandera del no envío de armas y creo que algunos de sus argumentos son convincentes. Pero también me parecen muy interesantes las reflexiones de Santiago Alba en este sentido. Él dice que no tolera medias tintas con respecto a la invasión rusa y que ante todo aquí lo que hay es un pueblo resistiendo a un invasor. Si fuera la OTAN la que hubiese invadido el territorio, estaríamos condenándola como hicimos en Irak. Ahora es el momento de condenar la invasión rusa y ayudar por todos los medios posibles a la población de Ucrania. 

Si Íñigo Errejón le propusiese militar en Más País, ¿volvería a la política?

No, pero yo nunca estuve directamente en política. Solo vicariamente a través de mis alumnos más queridos: Luis Alegre, Clara Serra, Isa Serra... Desde el primer momento dije que no quería ocupar un cargo político porque amo demasiado la enseñanza como para perder el tiempo en política, que siempre es una pelea a dentelladas. A mí eso no me va. Me ofrecieron estar en el Comité de Garantías. Menos mal que no estuve. He perdido a muchos amigos de Podemos que hicieron verdaderas barbaridades, jugadas muy sucias, para deshacerse de competidores en esas guerras internas que se libraron. Todo aquello fue demoledor. La política es sucia y corrosiva. Pagas un alto precio por meterte en ella.

La revolución bolivariana se ha ido corrompiendo y corrompiendo. Hoy la mafia se ha apoderado de ella. Maduro no representa nada que yo hoy pueda defender. Nada. 

Esta Semana Galega de Filosofía está dedicada al pensamiento contrahegemónico. ¿Su defensa del régimen bolivariano podría considerarse pensamiento contrahegemónico?

Yo no defiendo el régimen bolivariano actual, defendí el régimen bolivariano de [Hugo] Chávez. Y lo hice porque iba muy bien encaminado. Era una idea muy buena para recolocar las cosas. Esta es una revolución pacífica, pero armada, porque tenemos al estado de nuestro lado, dijo. Y lo explicó muy bien cuando señaló a los poderes salvajes de la economía como su enemigo. También lo hizo Correa en Ecuador. Hace falta obligar a esos poderes a cumplir la ley. Es necesario, por ejemplo, legislar para acabar con los paraísos fiscales. Este era el gran proyecto político de la revolución bolivariana, muy vinculada intelectualmente, por cierto, al Centro de Estudios Políticos y Sociales de la Universidad Complutense, el mismo del que surgió Podemos y en el que estaban Roberto Viciano, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, entre otros. Aparte, lo que ocurrió en Venezuela fue absolutamente malinterpretado en España por culpa de los medios de comunicación, que le hicieron el juego al antichavismo y a los golpistas más criminales de Venezuela. Por ejemplo, aplaudiendo el intento de golpe de estado de Guaidó o apoyando a un terrorista asesino como es Leopoldo López, que aquí estaría en la cárcel de por vida, pero que nos dio por considerar adalid de la democracia. Aquella primera revolución bolivariana se ha ido corrompiendo y corrompiendo. Hoy la mafia se ha apoderado de ella. Maduro no representa nada que yo hoy pueda defender. Nada. 

El Gobierno no ha cumplido su promesa de devolver la asignatura de Filosofía al curriculum de Secundaria. 
Es una tradición inaudita del Partido Socialista Obrero Español. Pero ya estamos acostumbrados. Que no digan tonterías: en 2018 se comprometieron a restaurar la asignatura de 4º de la ESO y no la han restaurado. Han puesto una asignatura de Valores. Hay que ser un completo ignorante para confundir una asignatura de Educación en Valores con una asignatura de Ética. Eso es no tener ni idea de filosofía ni de nada. Los filósofos no nos hemos pasado 30 años estudiando textos endiablados de Aristóteles o Hegel o Kant para luego hacer de predicadores laicos. Queremos nuestra asignatura de 4º de la ESO. 


PROGRAMA
Carlos Taibo na inauguración da Semana Galega de Filosofía. RAFA FARIÑA
Carlos Taibo. RAFA FARIÑA
El politólogo Carlos Taibo se ocupó este lunes de la lección inaugural de la Semana Galega de Filosofía, que este año se celebra en el Pazo da Cultura de Pontevedra. Lo hizo en sustitución del sociólogo argentino Atilio Borón, que no pudo participar en el ciclo de conferencias debido a un problema de salud. 

Taibo habló de la relación entre Rusia y Ucrania en una jornada en la que también intervinieron Pepe Cabido, reflexionando sobre masculinidades disidentes, y Jule Goikoetxea, que habló de contrahegenomía patriarcal.

Este martes intervendrán el profesor de Filosofía Carlos Fernández Liria (10.30 horas), el periodista Anxo Quintela (17.00) y la profesora de Secundaria Olga García Fernández (20.00). El acceso a todas las charlas es libre y gratuito.

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