Todo sobre la muerte de Martin Verfondern

'Santoalla', el documental sobre el crimen del holandés ocurrido en Petín hace seis años, se proyecta en Ouff de Ourense
Margo Pool, la viuda de Martin Verfondern
photo_camera Margo Pool, la viuda de Martin Verfondern

Daniel Mehrer y Andrew Becker, los dos directores estadounidenses que han producido el trabajo documental Santoalla, historia sobre el crimen del holandés, Martin Verfondern, han resaltado este sábado la "evolución" que ha sufrido este trabajo, que fueron rodando al mismo tiempo que se conocían nuevos detalles, y han coincidido en que no es caso exclusivo de Galicia sino que "puede suceder en cualquier rincón del mundo".

Así lo han indicado durante un desayuno con la prensa y aficionados al mundo del cine, celebrado en el café Torgal, en Ourense, acto que se enmarca dentro del programa del Festival de Cine Internacional de Ourense (Ouff).

A preguntas del público, han explicado que la película -que inicialmente estaba pensada como cortometraje- tenía como finalidad contar una historia de seres humanos y sus conflictos, con independencia del lugar en que sucedieron los hechos. Sin embargo, tras comenzar con el rodaje, "empezamos a recibir y leer mucha información en los medios de comunicación", que provocó su adaptación a un largo, ha detallado Mehrer, quien destaca la rápida "evolución" que sufrieron los acontecimientos.

Los directores conocieron este caso sobre la extraña desaparición de Martin Verfondern en el pequeño pueblo gallego de Santoalla de forma casual. "Mi hermano estaba trabajando de voluntario en la granja cuando desapareció Verfondern, permaneció diez días allí", ha apuntado Mehrer.

A partir de ahí, ambos decidieron embarcarse en el largometraje que ya ha sido proyectado en otros festivales, una producción con la que han ganando dos premios a Mejor Documental.

EL CASO. El hermano de Mehrer y la viuda de la víctima Margo Pool denunciaron en 2010 la desaparición de Verfondern, a quien se le perdió la pista el 19 de enero de 2010 en Petín.

Tras cuatro años sin pistas, un helicóptero de la Guardia Civil localizó –gracias a un destello– el coche calcinado en un monte de A Veiga y en las proximidades los restos del holandés, cuando sobrevolaba la aeronave la zona forestal de As Touzas da Azoreira, en A Veiga.
Ambos cineastas coinciden en que detrás del documental hubo "mucho trabajo". "No se hizo un guión, sino que lo que hicimos fue reunirnos con Margo, día tras día, y dejamos que Margo hablase".

A lo largo de la película, se ve la llegada de la pareja a Santoalla y la relación que mantuvieron con sus vecinos, los únicos que había en el pueblo, y las causas por las que se deterioró hasta la detención de los dos hijos de esa familia, la única que residía en el pueblo.

A la espera de que se celebre el juicio, previsiblemente a comienzos del próximo año, ambos han reconocido que la historia fue "impactante" por la manera en que fueron ocurriendo los hechos y que, a su juicio, permite que hayan podido hacer una "película diferente". Ambos confiesan que no llegaron ni a confiar en que apareciesen el coche y los restos.

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