Una Quintana abarrotada coreando nuevos e históricos éxitos de Vetusta

Pasadas las diez de la noche comenzaron a oírse los tan esperados acordes de la banda de Tres Cantos, que tras resolver un pequeño problema de sonido, consiguieron hacer vibrar con sus canciones a los presentes.

Para ir abriendo boca escogieron Los días raros, el primer tema que encabeza su segundo disco Mapas, donde los asistentes no dudaron ni un segundo en tararearlo de principio a fin.
Vetusta Morla nos siguió deleitando con otras nuevas pistas como Boca en la tierra o En el río, que no pasaron desapercibidas entre el público. Tras los agradecimientos de Pucho a los asistentes y el recordatorio de que era la primera vez que estaban en Santiago en una plaza tan histórica como era la Quintana, llegó el momento de los anteriores éxitos, donde se mostró verdaderamente el calor del público.

Copenhague, y con ella llegó el tan esperado estribillo de ‘’dejarse llevar suena demasiado bien, jugar al azar, nunca saber dónde puedes terminar o empezar…’’, con el que el público se emocionó al igual que la banda en el escenario, saltando y demostrando que también formaban parte de ese universo de la “tortuga’’. Pero no fue la única con la que los asistentes no pararon de tararear, ya que La marea o Valiente pusieron la piel de gallina a los allí congregados.

De Un día en el mundo también nos regalaron la canción de Rey Sol o La cuadratura del círculo. La nostalgia del disco anterior dio paso a los nuevos ritmos instrumentales de Mapas, con los que realmente vibró el escenario, y sobre todo, con la fuerza de la puesta en escena donde las luces y el color pusieron su nota al pastel como Baldosas amarillas, Boca en la tierra, El hombre del saco o Mi suerte.

Pero los momentos más álgidos del concierto se produjeron cuando Pucho pidió el respaldo del público para que lo acompañasen tocando las palmas con Escudo Humano y, cuando la enigmática plaza da Quintana, se llenó de las luces y el sonido de los fuegos artificiales de la Catedral, que juntó con el acústico de Pequeño desastre animal, convirtieron el lugar en un espacio onírico. Canción de vuelta y Cenas ajenas fueron otros de los éxitos de Mapas que también cobraron protagonismo en el escenario.

Pasadas casi dos horas de actuación, llegaron los agradecimientos al equipo técnico y a todos los profesionales que hicieron posible su concierto para, finalmente, ofrecer su último tema, que al igual que en su apertura, se trató de una canción melancólica, Año Nuevo, que los asistentes disfrutaron tarareando su estribillo ''con vivos, muertos, brindando juntos, por un año más, un año menos''.

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