La selección española de balonmano cumplió con los pronósticos y arrancó su andadura en el Mundial de Alemania y Dinamarca con una cómoda victoria (23-33) sobre Baréin, en un encuentro en el que pese a la notable distancia que separa a ambos conjuntos, los "Hispanos" nunca lograron brillar.
Ni las continuas advertencias del técnico Jordi Ribera en las jornadas previas sirvieron para evitar los numerosos problemas que tuvo España para contener los unos contra uno en los que Baréin convirtió cada uno de sus ataques.
Un problema que personificó como nadie el central Husain Alsayyad, que con sus sorpresivos lanzamientos en apoyo y sus eléctricas penetraciones, firmó casi la mitad -cinco- de los once goles que Baréin sumó en la primera parte.
Sin embargo, la diferencia entre ambos equipos es tal, que bastó que España ajustase mínimamente su defensa con la presencia de Viran Morros y Gedeón Guardiola en el eje de la zaga, para que se disparase la ventaja del equipo español hasta los nueve tantos (19-28).
Una renta que la selección española dejó finalmente en diez goles de diferencia (23-33), cifra que reflejó el carácter casi de entrenamiento con el que dotó al choque el conjunto español.