La leyenda de Suso Morlán

Después de los Juegos Olímpicos de Río 2016, Diario de Pontevedra publicó un artículo sobre lo que había conseguido el técnico pontevedrés

Suso Morlán. ALBA SOTELO
photo_camera Suso Morlán. ALBA SOTELO

Suso Morlán consiguió hacer más grande su leyenda al empezar a conseguir logros con la selección brasileña de piragüismo. El técnico había conquistado cinco metales junto a David Cal, el mejor palista español de todos los tiempos, y se llevó otras tres medallas en Río de Janeiro con otro portento: Isaquias Queiroz, con el que soñaba ir a Tokio 2020. Esa iba a ser su despedida de este deporte. Sin embargo, no pudo llegar hasta ahí a causa de su enfermedad.

La leyenda
Hay pocos entrenadores que puedan presumir de que sus pupilos hayan subido la friolera de ocho veces al podio de unos Juegos Olímpicos. En la cita que termina este lunes, Suso Morlán agrandó su leyenda gracias a que sus pupilos, especialmente Isaquías Queiroz, se colgaron tres preseas.

En marzo de 2013 el pontevedrés, que por aquel entonces todavía entrenaba a David Cal, afrontaba uno de los mayores retos deportivos porque aceptaba la propuesta del Comité Olímpico Brasileño. Fue contratado con el claro objetivo de pulir una serie de "diamantes", sobre todo a Queiroz, al que muchos consideraban un "toro loco". Su trabajo era moldear un auténtico portento físico al que le faltaban conocimientos técnicos y estratégicos.

Morlán sale de estos Juegos como uno de los grandes mitos del piragüismo mundial. En Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012, David Cal alcanzó una medalla de oro y cuatro de plata y ahora, Queiroz dos de plata y una de bronce.

El martes, cuando se colgó la plata en la prueba de C-1 sobre 1.000 metros, Isaquías entró en la historia como el primer brasileño en ganar una medalla en una prueba de piragüismo. Y dos días después obtuvo el bronce en la prueba de C-1 sobre 200 metros. Toda una hazaña porque hacía realidad el desafío de subir al podio en una prueba de fondo (mil metros) y en una de velocidad. Ese era el reto que Morlán planteó a David Cal en 2009 y no pudo afrontarlo. Con 22 años, el brasileño lo consiguió.

Además, este sábado, entró en la historia como el primer deportista brasileño en conquistar tres medallas en una misma edición de los Juegos Olímpicos, ya que logró dos platas y un bronce.

El palista, nacido en un pequeño y empobrecido pueblo de pescadores en el estado de Bahía, integró con Erlon de Souza la dupla brasileña que, tras el título mundial del año pasado, conquistó la plata en el C-2 sobre 1.000 metros.

El único sabor agridulce es la no consecución de una medalla de oro, a la que aspiraban, especialmente, ayer en la prueba de C-2 sobre mil metros, ya que Queiroz y Erlon Souza eran los vigentes campeones del mundo, pero se vieron sorprendidos por la pareja alemana formada por Sebastian Brendel y Jan Vandrey.

Tras el subcampeonato de este domingo el pupilo de Morlán ya dejó claro cuál es su siguiente reto. "Voy a buscar el oro en Tokio. Todo atleta sueña con eso. Es como mi técnico me dijo: no vinimos a los Juegos Olímpicos para pensar en la plata o el bronce sino para ganar el oro", afirmó el palista de 22 años, al que el entrenador pontevedrés ha sabido canalizar todo su talento. El técnico sale de Río 2016 convertido en mito del piragüismo.

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