El derbi gallego cita hoy (18.30 horas) en el césped del estadio de Riazor a dos equipos que están en una nube por sus últimos resultados y que pondrán en juego más que tres puntos antes del último parón del campeonato, al que los coruñeses quieren llegar más desahogados y los vigueses, reenganchados a la lucha por la zona europea.
El clásico del fútbol gallego coge al Deportivo en el momento más dulce de la temporada gracias al efecto Mel, que ha conseguido revitalizar en poco más de quince días a un equipo que estaba sumido en una profunda depresión anímica y de resultados.
El conjunto coruñés ha recuperado un tranquilizador colchón de puntos respecto a los puestos de descenso, de los que pretende alejarse aún más antes de visitar al Valencia y recibir al Granada.
Los deportivistas se mantienen invictos desde la llegada de Mel a finales de febrero y afrontan el derbi después de haber ganado al Barcelona (2-1) el pasado fin de semana.
El técnico madrileño, que ha dispuesto por primera vez de una semana completa para poder preparar un partido, recupera al brasileño Guilherme, que se perdió los cuatro encuentros anteriores por lesión, y puede volver a contar con Mosquera y su máximo goleador, Florin Andone, que cumplieron sanción ante el Barcelona.
No obstante, el rendimiento que ofrecieron los que les suplieron ante el conjunto catalán podría llevarle a mantener en el centro del campo a Álex Bergantiños, al portugués Bruno Gama en la banda derecha y a Joselu, exjugador del Celta, como delantero.
A tenor de las pruebas que ha hecho esta semana, Mel baraja adelantar de posición al internacional costarricense Celso Borges, segundo máximo anotador del equipo, y formar un doble pivote gallego con Álex Bergantiños y Mosquera. Además, el portugués Luisinho regresará al lateral izquierdo por la baja de Fernando Navarro, que se suma a la del central brasileño Sidnei Rechel, que arrastra una lesión muscular.
El Deportivo, que en Balaídos encajó una goleada (4-1), intentará contrarrestar a su eterno rival, que en Riazor tratará de dar otro golpe de autoridad en el derbi gallego para engancharse a la lucha por la zona europea después de hacer historia el pasado jueves en Krasnodar, donde logró, por cuarta vez, su clasificación para los cuartos de final de una competición continental.
Ni el desgaste físico realizado ante el conjunto ruso ni el largo viaje -casi 8.000 kilómetros realizó la expedición celeste entre el vuelo de ida y de vuelta- sirven de excusa para el duelo del estadio de Riazor. Los pesos pesados del vestuario eluden hablar de cansancio y solo piensan en derrotar al eterno rival para dar otra alegría más a su afición.
De la trascendencia del encuentro para el celtismo también es consciente Eduardo Berizzo. Por ese motivo, el técnico argentino apenas realizará rotaciones esta vez. Como mucho se esperan dos o tres cambios en su alineación, con la posible inclusión en el once inicial de Bongonda, Roncaglia y Jozabed.
