37-37. España se inventa un milagro

El agujero era oscuro en Croacia. Pero los Hispanos juveniles, quizá ya ni cuando la fe era siquiera el último recurso, se inventaron de la nada un milagro para salvar un empate sobre la bocina ante Eslovenia y seguir con sus opciones de acceder a semifinales del Campeonato de Europa sub-19 intactas. El conjunto dirigido por Jabato firmó un mal partido, penalizado por una blanda defensa sobre la que el poderosísimo Mitja Lanc percutió como cuchillo sobre mantequilla (17 goles). Pero en un tramo final de partido totalmente anárquico, marcado por la falta de de rigor y las hasta tres exclusiones que acumuló Eslovenia, el conjunto español logró un empate que le permitirá estar en semis si logra superar a Islandia este miércoles (20.30 horas).

Fue a remolque todo el partido España, penalizado por una defensa que no encontró nunca la manera de conectar sus ayudas para frenar a la imparable primera línea eslovena. Por los huecos entró constantemente el rival y penalizó la actuación de Pablo González, el cisneísta que más jugó el miércoles (en torno a 40 minutos). No tuvo su día el meta pontevedrés, aunque en los últimos instantes y tras volver a la pista sustituyendo a Domenech sí se entonó algo más.

No fue hasta el ecuador de la primera parte cuando España logró mandar en el marcador (8-9). Fue un dominio efímero, sustentando en varias superioridades numéricas que le permitieron firmar un parcial de 0-3 que prontó le devolvió una Eslovenia que estiró el marcador pronto hasta el 16-14. Por aquel entonces ya pisaba la pista Carlos Álvarez, que firmó un 75% de acierto en sus lanzamientos (tres goles en cuatro intentos) en los únicos 13 minutos de los que dispuso el cisneísta. Peor suerte tuvo Dani Virulegio, que siguió todo el partido desde el banco.

Al descanso, un tanto de Dani Serrano hacía menor la herida provocada por una mala gestión de los minutos finales: 21-18. Le quedaba mucho que remar a España, pero la reanudación no trajo nada bueno al conjunto ibérico. Incapaz de ajustar en defensa, el bloque que dirige Jabato empezó también a sufrir cada vez que miraba hacia delante. Buena parte de culpa tuvo un muro llamado Strasek, empeñado en negarle todo hasta última hora a España. Seis paradas consecutivas firmó el esloveno para ayudar a construir la ventaja de cinco que el conjunto de Europa central fue capaz de construir y de llevar hasta los últimos tres minutos y medio (36-31). Entonces, el rival se contagió de una España kamikaze que combustionó el partido. Encadenó tres exclusiones paralelas y perdió el balón definitivo en manifiesta inferioridad numérica para que Javier Rodríguez culminase un milagro de los que si no se ven, no se creen.

Ficha técnica: