Un mánager 'lucense', clave en el cambio de mentalidad del Niño

Carlos Rodríguez, ceutí casado con una luguesa y afincado en Lugo, es la mano derecha del golfista castellonense desde que en 2013 abandonó la multinacional que lo representaba
Carlos Rodríguez y Sergio García, en el US Open
photo_camera Carlos Rodríguez y Sergio García, en el US Open

Solo una fila por detrás de las chaquetas verdes de los socios de Augusta, un lucense de adopción, Carlos Rodríguez, aplaude el instante en que Sergio García se viste el símbolo del torneo más prestigioso del golf mundial. Casado con una lucense y establecido totalmente en la ciudad, Rodríguez es la mano derecha del golfista del momento, desde que en 2013 rompiera con la megaempresa de representación IMG y decidiese que sus negocios los llevase uno de sus amigos de siempre.

Carlos Rodríguez es, de este modo, uno de los integrantes de ese pequeño grupo, donde está también la novia del golfista y otros amigos, que todos los analistas apuntan como fundamental en su cambio de mentalidad. Su asignatura pendiente hasta el domingo, cuando dos ‘bogey’ en media tarde que antes lo hubieran hundido sirvieron para espolearlo hacia la victoria.

Mientras Carlos Rodríguez vibraba con su representado en Augusta, a miles de kilómetros, en Lugo, su hijo mayor posiblemente aplaudía a rabiar delante del televisor, aunque fueran las dos de la madrugada hora peninsular. Con menos de diez años, hace los primeros pinitos en el Club de Golf de Lugo, al que acude con su padre, siempre muy discreto. Eso si no está de viaje, porque programa largos periplos con el golfista para estar a pie de ‘tee’, buena parte de ellos en el circuito estadounidense. Siempre que la agenda se lo permite, se escapa a Lugo y sigue trabajando a destajo por teléfono y correo electrónico desde aquí.

Establecido Suele ir al Club de Golf

Escolarizó a sus hijos en Lugo y se está haciendo una casa en Santa Mariña

El mánager y su familia -los hijos están escolarizados aquí- no tienen intención de dejar Lugo pese a que no se trata del mejor lugar para las comunicaciones al carecer de aeropuerto o tren rápido. Además, están construyendo una vivienda en una finca que acaban de adquirir en la urbanización de Santa Mariña, en O Corgo.

Carlos Rodríguez, ceutí de nacimiento, junto a Irek Myskow, de la empresa Impact Point, empezaron a guiar los destinos de García en 2013, tras abandonar el castellonenese IMG, que lo había captado en 1999 tras su irrupción en el mundo del golf. El cambio de empresa estuvo unido a un cambio de mentalidad, destinado a convertir por fin a García en ganador de un ‘major’, lo que ocurrió por fin el domingo. Un ‘major’ un poquito lucense.

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