Jesús Berrocal: "Jugaré en la posición que me manden"

A las órdenes de Luismi, Jesús Berrrocal ha retrasado su posición al centro del campo ►Contra el Lugo, el cordobés jugó bien tanto de mediapunta como de mediocentro

Berrocal (en el centro a la izquierda) celebra el gol de Iñaki. DAVID FREIRE
photo_camera Berrocal (en el centro a la izquierda) celebra el gol de Iñaki. DAVID FREIRE

La naturaleza es sabia. Y en ella, quien no se adapta está destinado a fracasar. O incluso a morir. Pasa lo mismo en la vida y también en el fútbol. Y eso lo sabe muy bien Jesús Berrocal (Córdoba, 1988), que llegó al Pontevedra CF con la misión de liderar el apartado ofensivo pero que, poco a poco, ha ido retrasando su posición hasta el centro del campo. Fue incapaz de cumplir su función inicial, así que cambió de planes y se apartó de la primera línea de fuego. Su nuevo rol le está sentando bien y ahora comienza a enseñar al Pontevedra CF y a su afición lo que es capaz de aportar.

Berrocal llegó el último día de mercado del verano pasado. El Pontevedra buscaba un goleador y escogió al cordobés. Se equivocó: Jesús jugaba como delantero pero nunca había sido un futbolista de grandes cifras anotadoras. Sin embargo, podía dar otras muchas cosas: "Hay que ser realistas. Mis números de las temporadas anteriores no eran los de un especialista del gol. Pero lo que sí he hecho siempre es trabajar para el equipo. Jugué mucho tiempo por detrás de otros puntas y, desde ahí, puedo liberar a mis compañeros y aportar otras muchas cosas. Sé hacer el trabajo más sucio de bajar el balón y jugar de espaldas".

La temporada pasada no fue fácil para el Pontevedra CF ni para él. Solo consiguió marcar dos tantos y los continuos bandazos del equipo lo sacaron y lo metieron constantemente en el once. Y eso tampoco le favoreció: "Lo cierto es que la temporada pasada tampoco jugué tantísimos partidos como delantero de referencia. Y en los que lo hice, no fui capaz de meter todos los goles que me hubiese gustado. Aun así, mi conciencia está tranquila porque siempre lo di todo".

La suerte comenzó a sonreírle al equipo en el tramo final de la temporada. El Pontevedra CF ganó la Copa Federación y, además, consiguió la permanencia en liga. En la competición copera, precisamente, Berrocal se estrenó como volante derecho en un mediocampo de tres piezas. Ahí comenzó a mostrar que posee un buen toque, que sabe asociarse y que puede ser importante en las tareas de recuperación del balón y de inicio de las jugadas.

PRETEMPORADA. El verano llegó y, mientras estaba de vacaciones, diversos rumores comenzaron a situarlo en la rampa de salida. No fue plato de buen gusto para él, pero aceptó que la única opción que le quedaba era trabajar y demostrar que tenía sitio en el Pontevedra CF: "Gestionar esas situaciones nunca es fácil. Pero cuando llegan, uno tiene que estar con su familia y trabajar para llegar a la pretemporada lo mejor posible". Y eso fue lo que hizo Jesús Berrocal.

Los entrenamientos se reanudaron y Luismi habló con él para explicarle que le veía más como centrocampista. A él no le importó: "Quiero jugar. Lo haré donde me manden". Y contra el Lugo, jugó primero como mediapunta en un 4-2-3-1 y en la segunda parte se retrasó al doble pivote para dejarle ese puesto a Mouriño. Fue el hombre que más minutos disputó y lo cierto es que destacó: se fajó con los rivales, sacó el balón con fuerza desde atrás y buscó filtrar pases para sus compañeros en el ataque. Berrocal ha adoptado nuevos mecanismos y ha cambiado su rol. Está decidido a ser un futbolista importante.

Carácter
Un jugador tranquilo y familiar
 
Jesús Berrocal lleva en Pontevedra una vida tranquila y relajada. Por las mañanas entrena y, por la tardes, pasa tiempo con su mujer y con su hijo, que todavía es poco más que un bebé. De hecho, no es complicado ver al cordobés paseando con la silla de su pequeño por las calles del centro de la ciudad.

Cuando habla de su familia, demuestra que es un tipo muy familiar: "La temporada pasada las cosas no fueron fáciles. Y yo, cuando no estoy del todo bien, me refugio mucho en mi familia". A sus 30 años, Jesús ha vivido mucho y se ha dado cuenta de qué es lo importante: "En los momentos malos son ellos dos quienes me animan cuando llego algo más bajo a casa. También valoro el apoyo de mis padres y amigos desde Córdoba".

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