0-0. Un Pontevedra competitivo pero sin gol se queda a medias ante el Fuenlabrada

Se quedó a medias. El Pontevedra no pudo darle continuidad a su triunfo en Copa del Rey con una nueva victoria en liga que sí le hubiese dado puntos. En un partido que el Fuenlabrada y el agua caída sobre el campo espesó, el Pontevedra fue superior a su rival en el juego. Sin demasiado brillo, logró encontrar los caminos para crear un puñado de oportunidades claras. Pero entre la falta de acierto y la precisión de Dani Hernández, no logró romper el resultado inicial.

Mezcló Antonio Fernández las mejores noticias de las últimas semanas en liga con lo visto en Copa del Rey. Y apostó por un once en el que la gran sorpresa era la entrada de Rufo por Charles en la punta del ataque y ver, de nuevo, a Ángel Bastos en el lateral izquierdo para dejar el carril derecho a un Seoane que parece plenamente recuperado después de muchas idas y venidas.

Tenía enfrente el conjunto granate a un Fuenlabrada con números pírricos a domicilio y que apostó, ya desde el inicio, por jugar al error de su rival. Así lo dejaba entrever su alineación sin estilistas como Cristóbal, Enzo Zidane o Ibán Salvador. Y así fue: le cedió la iniciativa en el juego y buscó una contra, un balón parado o, en todo caso, una acción de fútbol directo para hacerle cosquillas al PCF.

Y lo cierto es que al principio dio la sensación de que así podía hacer daño. Porque desde un bloque medio poco presionante, permitía iniciar el juego a un Pontevedra incapaz de progresar. Las ocasiones no llegaban a la portería defendida por Dani Hernández y era Cacharrón quien tenía que estar alerta en cada balón dividido en el que su equipo no terminaba de ser contundente, al tratar de quedarse el esférico en vez de despejar para no convertir el choque en un frontón.

No llegaron a nada esas tímidas amenazas del conjunto madrileño y poco a poco fue el conjunto granate el que se fue adueñando del partido. El cuadro pontevedrés mezclaba construcción por bajo, comandado por la batuta cada vez más afinada de Borja Domínguez, con juego más directo. Sobre todo para transitar. Ahí Rufo era el faro. Y en cuanto el madrileño empezó a quedarse balones para darle continuidad al juego, el equipo local creció. Sin ocasiones más allá de dos chuts de Alberto Rubio que se marcharon fuera por poco, el encuentro viraba poco a poco hacia la meta de Hernández, que trató de blocar un centro-chut de Diz en una falta y al topar sus manos contra el larguero, generó una incertidumbre que arregló con solvencia.

Sin demasiado brillo, el Pontevedra al menos no sufría ante un Fuenlabrada que exponía muy poco con balón y sufría cada vez que sus tres centrales tenían que salir de zona. En un errático despeje de Iribas, Abelenda encontró una opción de máximo peligro. El dubrés condujo y cedió para la incorporación de Rufo, que no acertó a domar el balón y pidió un penalti que no pareció.

Le faltaba algo más al conjunto lerezano para terminar de redoblar la resistencia de un pobre Fuenlabrada y Antonio Fernández trató de introducirlo en el descanso, con la reaparición en el extremo izquierdo de Álex González por Martín Diz. Trató de percutir algo más por ese costado el Pontevedra en los primeros minutos y una contra conducida por el capitán estuvo a punto de ser culminada a gol por Rufo. Pero en los últimos metros, el PCF se trompicó y el 9 remató, ya sin ventaja, contra un defensa.

El Fuenlabrada seguía sin dar noticias. Pero jugaba al error del Pontevedra y a punto estuvo de encontrarlo. Churre recogió un balón largo y lo cedió para Cacharrón no con la intensidad suficiente que requería el empapado césped. El pase se quedó corto y el meta solo pudo despejar contra Fer Ruiz, al que le favoreció el rebote en beneficio de carrera. El ex del Sanse llegó forzado, pero pudo meter la pata para dirigir el esférico a gol. Y ahí, la fortuna se alió con el cuadro locatario, ya que la pelota se topó con el palo para que Cacha, al que le hubiese costado llegar a detener el esférico de ir a puerta, la recogiese.

No llegó ahí el gol y el encuentro siguió por sus derroteros: el Pontevedra percutiendo sin éxito y el Fuenlabrada a verlas venir. Poco a poco, el conjunto granate encontraba la profundidad en el costado izquierdo con Álex. Pero ni Rufo ni sus acompañantes terminaban de anticiparse para cazar alguno de esos buenos balones. Y en una de esas acciones, estuvo el partido. Fue tras un robo de Rufo en la banda derecha. El asistente señaló infracción pero el árbitro principal, con buen criterio, no vio nada punible y dejó seguir la acción. Rubio tuvo tiempo para levantar la cabeza y servir un balón raso al área a Abelenda, que remató de primeras al marco. Era gol o gol, pero la envergadura de Dani Hernández lo evitó. El meta se estiró para tapar el lado contrario, pero el disparo fue a parar milagrosamente a su pierna, que repelió el 1-0.

No tuvo fortuna ahí el equipo granate y tampoco diez minutos después, cuando Román recuperó el esférico y filtró un pase delicioso a la carrera de Álex, que llegó a línea de fondo y colocó el centro al segundo palo para Charles. Era, de nuevo, gol o gol. Pero el brasileño no llegó a la zona de remate y solo pudo rozar la bola sin dirección a portería. Lo intentaba y lo intentaba el Pontevedra, pero no encontraba la fórmula de romper la resistencia de un Fuenla dedicado única y exclusivamente ya a defender y a intentar cazar una. Pero el tanto no llegó y el Pontevedra se quedó con la sensación de competir bien y merecer ganar, pero llevarse un botín demasiado escaso.