La era post-Luisito empezó con un vibrante derbi en el que el Pontevedra pudo llevarse los tres puntos a pesar de ser completamente dominado por el Celta B en la primera mitad.
Luismi se presentó ante su afición con un novedoso once en el que destacó la presencia del canterano Juan Barbeito en el lateral derecho, la inclusión de Bruno Rivada y Adrián Mouriño y la ausencia de Etxaniz, que fue remplazado en la punta de ataque por Berrocal.
Los celestes se adelantaron pronto, por mediación de Juan Hernández. Drazic, una pesadilla para los granates durante buena parte del encuentro, sirvió un centro raso desde la parte izquierda que el extremo remató desde el interior del área pequeña para inaugurar el marcador.
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El gol dio paso a unos minutos de desconcierto en las filas granates. Los de Luismi se vieron superados durante todo el primer tiempo ante la calidad de un Celta B que se encuentra luchando por los puestos de promoción de ascenso.
PARTIDO ROTO. Sin embargo lo mejor estaba por venir. El paso por vestuarios sentó bien al Pontevedra CF que vivió una segunda parte de menos a más, coronada con unos últimos 25 minutos que invitaron al optimismo.
La entrada de Añón y Álex González resultó clave en la mejoría y ambos jugadores se cansaron de hacer daño desde los costados a un Celta B demasiado conformista en este período tras la superioridad mostrada en los primeros 45 minutos.
El Pontevedra empezó a llegar con frecuencia hasta que a falta de diez minutos un centro de Jimmy fue peinado por Álex González antes de llegar al primer palo y se encontró en el corazón del área con Jorge Hernández, que no perdonó.
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Los últimos instantes fueron una auténtica locura. El Pontevedra intentó por todos los medios anotar un gol que les diera los tres puntos que tanto ansía y el Celta B, agazapado, aprovechaba cualquier opción para salir al contraataque con las velocidad de sus jugadores más adelantados.
La prueba se dio con el remate al palo de Álex González, que fue contestado por el Celta B en la siguiente jugada con un disparo que se estrelló en el larguero de la portería defendida por Edu.
El marcador, sin embargo, no se movería más.