El Burela Pescados Rubén asaltó el Pabellón Príncipe Felipe para llevarse un partido que cada vez tiene más tintes de convertirse en un clásico. Las lucenses, con un gol de Irene Samper en el ecuador de la segunda mitad, pusieron un 1-2 que bien vale un billete para la final de la Copa Galicia.
Si se presuponía un ritmo alto desde el inicio entre dos de los grandes dominadores de la Primera Federación, Poio Pescamar y Burela no decepcionaron a las expectativas que ellas mismas se han ganado generar. Ambos conjuntos buscaron presionar arriba desde el primer segundo.
Tras unos compases iniciales sin acercamientos, más allá de algún disparo lejano de Emilly, la propia 99 del Burela recibió cuando despuntaba el minuto cinco, encontró a Antía en area rival y esta adelantó a las visitantes. En un bosque de piernas, rechace en la defensa conservera incluido, la 10 no falló y batió a Sandra Buzón. Al tanto inicial lo siguieron minutos de mucho peligro para el Burela, que buscaba aumentar su renta tras el extra de energía –como todos, el fútbol sala también es un estado de ánimo– que les había otorgado ese primer gol. Emilly estrelló el balón al larguero con un derechazo que hizo temblar el Príncipe Felipe. Y la 99, poco después, recibió un estupendo pase de cuchara de Peque que Irene salvó bajo palos.
Reaccionó el Poio tras verle las orejas al lobo. Lo hizo a través de las botas de Laura Uña, quien se fue por derecha y conectó un disparo que se coló en la portería de una poco afortunada Caridad. El efecto fue similar al del gol de Burela: el campo se inclinó para el otro lado y Luci dispuso de dos ocasiones donde la guardameta de las visitante sí se hace grande.
Tras ellas, el partido pareció rebajar sus pulsaciones. Y estas solo se aceleraron una vez más antes del descanso: una pérdida de Rocío estuvo a punto de significar el segundo de Antía, pero primero Sandra y luego Martita evitaron el tanto del Burela.
A la vuelta de vestuarios se destapó una Danny superlativa, que creaba estragos desde el uno para uno. El Poio, por momentos, solo podía pararla con faltas. La número tres se juntaba con Emilly y Peque para crear el desconcierto en la defensa rival. Y a punto estuvo esta última de volver a poner por delante al Burela, tras una gran jugada colectiva, pero Rocío lo evitó casi en la propia línea. Fue el preludio del gol visitante. Tres minutos después, la máxima goleadora de esta edición, Irene Samper, recibía de Cilene para alojar el balón en las mallas conserveras. Sexto gol en dos partidos. Uno que, curiosamente, vale más que los cinco anteriores.
Ya con portera jugador, a falta de cuatro minutos, las conserveras tuvieron su ocasión más clara para empatar. Tras una serie de pases, Anna vio el espacio suficiente para armar la pierna y estrelló el balón en el larguero. Desde ese momento, pese al esfuerzo de las locales, el Burela dejó pasar el tiempo protegiéndose con el balón y no renunciando a él. Un clínic donde volvieron a sobresalir nombres como Emilly, Peque o Danny.
