1-2. El Pontevedra impone su ley

El cuadro granate firmó una victoria muy seria y sólida en su visita al Marino de Luanco, gracias a los tantos de Rufo al comienzo del duelo y Bastos en la segunda mitad ▶ David Grande recortó distancias en las postrimetrías del choque
Los jugadores del Pontevedra celebran uno de los goles anotados al Marino de Luanco. ADG MEDIA
photo_camera Los jugadores del Pontevedra celebran uno de los goles anotados al Marino de Luanco. ADG MEDIA

El Pontevedra regresó a la senda del triunfo tras firmar una victoria muy seria en el campo del Marino de Luanco gracias a los tantos de Rufo y de Bastos. La diana local, obra de David Grande en las postrimerías del choque, no impidió que un dominante conjunto pontevedrés sumara por décima jornada consecutiva.

A pesar de no haber visto portería en el último partido en Pasarón y encadenar dos empates consecutivos, Yago Iglesias dio un voto de confianza a sus habituales guerreros. La repetición del planteamiento no tardó en surtir un efecto positivo, pues en el minuto 5 logró adelantarse en el marcador por mediación de Rufo. El madrileño, que este domingo cumplía 100 partidos con la camiseta del Pontevedra, tuvo la templanza necesaria para controlar un centro pasado de Garay desde el carril interior de la banda derecha y definir ajustado al primer palo.

El plan tuvo unas mínimas fisuras defensivas por su costado izquierdo. Durante un tramo de la primera parte el Marino asaltó con facilidad la espalda de Álex González para plantarse en situación clara de centro lateral. En apenas dos minutos, el conjunto luanquín encadenó un par de envíos al área que alertaron al Pontevedra.

Después de sacarse de encima el agobio local, Álex González demostró la ventaja de su reconversión de extremo al lateral izquierdo a la hora de proyectarse ofensivamente. El jugador cántabro condujo con gran velocidad y habilidad, colándose por el pasillo interior entre el central y el lateral derecho local, apurando la línea de fondo y sacando un centro con su pierna natural que solicitaba un rematador en el segundo palo. Yelko, poco participativo en el juego entre líneas, leyó las intenciones de su compañero, salió de su zona de confort y conectó una volea que acabó directamente en las manos de Dennis.

Los jugadores del Pontevedra se mantuvieron firmes en la defensa directa de las jugadas a balón parado. Sin embargo, las acciones del rival no concluyen hasta que se asegura por completo la posesión de balón. El Marino consiguió ganar la segunda jugada en uno de los saques de esquina botados por Lora, y a punto estuvo por esa vía de devolver la igualdad al marcador. Diego Díaz disparó desde el pico izquierda del área, pero en su camino hacia el gol se topó con las manoplas de un Edu acertado.

El tempranero gol de Rufo impregnó mucha tranquilidad con el balón al Pontevedra. La confianza dio la oportunidad para que se reprodujeran varios intercambios de roles, entre ellos el ejercido entre Yelko y Samu Mayo. El vigués bajó una altura su posición para tocar el balón y buscar en profundidad al leonés, cuyo disparo desde dentro del área fue repelido por Guille Pinín. Samu Mayo no se rindió y volvió a alzar las alas para pisar el área, esta vez recibiendo un pase interior de Chiqui, encontrándose finalmente con el palo derecho.

Aficionados del Pontevedra en Miramar. ADG MEDIA
Aficionados del Pontevedra en Miramar. ADG MEDIA

El Pontevedra dibujó sus acciones ofensivas con orden, cortando de inmediato las transiciones del Marino, y tuvo paciencia hasta encontrar a sus hombres más desequilibrantes en un contexto propicio para romper el guión. Chiqui, incisivo en el uno contra uno e inspirado en las asociaciones exteriores por el costado izquierdo, superó en el duelo individual a Adolfo para llegar a una clara situación de finalización. El extremo emeritense no confió en su pierna izquierda, la menos hábil, y envió un centro de una manera muy forzada que Bastos no pudo acomodar entre los tres palos.

Sentencia. Superado el ecuador del segundo acto, el Marino, que en el tiempo de descanso había cambiado su fisonomía a una línea de tres centrales y dos carrileros, buscó dar un paso adelante. Los pupilos de Iglesias supieron templar la mayoría de las acciones ofensivas del cuadro local, a excepción de una conducción interior de Diego Díaz que fue cortada con una falta. Edu, muy seguro durante todo el duelo, detuvo el disparo de tiro libre ejecutado por el propio Diego Díaz.

Dalisson y Bastos se encargaron de derribar cualquier atisbo de revolución de la escuadra asturiana con el segundo tanto de la tarde. El volante cabezonense avistó el ataque en tiempo y forma de Bastos por el lado débil de la jugada. El pontevedrés controló hacia adelante el pase preciso con altura de Dalisson y definió con sobriedad ante la salida de Dennis. El tanto de David Grande en el tiempo de compensación, tras una serie de rebotes dentro del área pequeña y tocar en Toño Calvo, no empañó una actuación muy seria del conjunto lerezano en Miramar y ya acumula diez jornadas consecutivas sin conocer la derrota.

Ficha técnica
1.- Marino: Dennis, Adolfo (Matador, min. 70), Traoré, Mena, Aspra, Lora, Guile Pinín, Diego Díaz (Grande, min. 80), Iván Elena (Salinas, min. 70), Miguel Cuesta, Abraham (César G., min. 46).
2.- Pontevedra: Edu Sousa, Ángel Bastos, Garay, Churre, Mario, Álex González, Dalisson (Hermelo, min. 81), Samu Mayo, Yelko (Borja D., min. 87), Chiqui (Toño, min. 69), Rufo (Charly, min. 81).
Goles: 0-1 Rufo (min. 5). 0-2 Ángel (min. 73). 1-2 David Grande (min. 90).
Árbitro: Villanueva Amorrortu (Comité vizcaíno). Enseñó la tarjeta amarilla a los jugadores locales Adolfo, César García y Guaya, y a los visitantes Chiqui, Víctor Vázquez, Álex González, Edu y Charly.
Incidencias: Undécima jornada en Segunda Federación. Miramar. 500 espectadores.

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