1-3. Un gran Pontevedra remonta al Salamanca y pone fin a su gafe

El equipo de Luisito logró darle la vuelta al 1-0 local y firmar un 1-3 que acaba con su racha de ocho encuentros sin ganar
Gon HQR! FÚTBOL, SEGUNDA B: PONTEVEDRA C.F. - SALAMANCA CF UDS, domingo, 22 nov · 17:00–18:45
photo_camera Un instante del encuentro de ida. GONZALO GARCÍA / ADP

Adiós a la desgracia. De un plumazo, el Pontevedra se quitó de encima todos sus fantasmas con un triunfo de mérito ante el Salamanca. Pese a seguir con la tendencia de errar ocasiones cantadas y a comenzar perdiendo, el equipo de Luisito logró darle la vuelta al 1-0 local y firmar un 1-3 que pone fin a su racha de ocho encuentros sin ganar y le permite afrontar el final de la competición con optimismo renovado.

Comenzó bien el choque el Pontevedra. Sabedor de que el Salamanca no le iba a conceder tanto protagonismo como el Guijuelo, quiso el conjunto granate ir a presionar arriba cada balón aunque sin desguarnecerse atrás. Rufo, Charles, los extremos y Damià no dudaban en ser agresivos y buscar al robo a costa de dejar espacios entre líneas. Y le pudo salir muy bien el plan al PCF, que tuvo dos ocasiones pintiparadas para adelantarse en el marcador. En dos transiciones fugaces, Oier Calvillo se plantó solo ante Benítez. Pero el vasco demostró que siempre se puede caer más bajo y erró en las dos acciones para ahondar en la alarmante falta de puntería que el conjunto granate mostró ante el Guijuelo. 

Primero, Charles se adentró en al área escorado a la derecha, temporizó y esperó el momento adecuado para regalarle el gol a Calvillo, que quiso pegarle de primeras y golpeó demasiado mordido y fuera cuando todo el arco se le abría ante sus ojos. Sin apenas tiempo para lamentarse, en un nuevo robo adelantado, el extremo derecho trazó una fantástica diagonal de desmarque a espaldas de la defensa que lo posicionó de nuevo ante Benítez. Pero algo más escorado y con dos rivales sin respetar la distancia social, ejecutó un chut altísimo Algunos todavía se preguntan qué quiso hacer.

El Pontevedra lo había vuelto a hacer: se escapaban dos ocasiones increíbles. Tocaba seguir remando. Y más cuando el Salamanca le tomó el pulso al partido y dejó de regalar posibilidades al contragolpe. El conjunto charro empezó a hilar más fino. El PCF ya no llegaba tan bien a recuperar y el partido se abrió. El equipo local comenzó a percutir por las bandas, aunque sin ocasiones claras. Hasta que en un balón dividido que el Salamanca golpeó al espacio, el Puma Chávez pilló a la zaga visitante. El mexicano, mucho más rápido que Xisco, se plantó escorado ante Mario y sacó un zurdazo que el meta rozó, pero no pudo despejar. Era el 1-0. El fútbol volvía a ser cruel con el equipo de Luisito.
El tanto hizo daño al Pontevedra, que tuvo unos minutos de zozobra. Pero a partir de la media hora, comenzó a volver a respirar. Luisito cambió el dibujo e introdujo a Álex González por dentro en defensa para cortocircuitar la superioridad local en el centro del campo. El bloque granate comenzó a asentarse más en campo contrario y a llegar por las bandas, aunque sin tino. Hasta que en un uno contra uno de Oier Calvillo, el extremo desbordó a Candelas y puso un caramelo al área para el negado Rufo, que se quitó todos los fantasmas de encima con un cabezazo que recordó a todos su talla de delantero que es. El punta hizo un desmarque al primer palo y usó el martillo neumático que tiene como cuello para colocarla por la corta a la escuadra. El Pontevedra había reaccionado.

El duelo entró entonces en un equilibrio máximo que se mantuvo hasta el segundo acto, cuando el Salamanca introdujo un cambio que fue contraproducente. Telles dejó su sitio a Camacho y eso dio más espacio por dentro al Pontevedra, que empezó a encontrar muchísimo oxígeno cada vez que recuperaba el balón y encontraba a un Rufo imperial. El '9' corrió por banda y envió a Charles, que remató solo en plancha pero centrado. Fue un primer aviso. Luego llegó uno más claro, en un centro desde la izquierda en segunda oleada que Charles no remató en boca de gol y Rufo, solo en el segundo palo, la mandó al larguero. El PCF seguía demostrando que Pasarón tiene que convertirse en un campo de ajos para espantar a las 'meigas'. Hasta que pocos minutos después, por fin se rompió el maleficio. 

En una nueva contra, Oier puso el balón al área, Álex González la dejó pasar y Charles, el más listo de la clase, se anticipó a Arroyo, que le arrolló. Penalti y segunda amarilla perdonada. El propio brasileño, con nervios de acero, la empotró a la escuadra. El Pontevedra había remontado. Y la sentencia llegó poco después. En un balón al espacio de Borja Martínez a la carrera de Rufo, el madrileño controló con el muslo y fusiló tras el bote. Era el 1-3.

A partir de entonces, el Pontevedra ponerle cloroformo al duelo y aunque no logró la sentencia y Rufo acabó dolido del hombro, logró acabar por fin con su mal fario ocho partidos después y vuelve a mirar al futuro con optimismo. El efecto Luisito es muy real.

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