Su llegada fue un soplo de aire fresco en un mes de enero de 2020 en el que todos los ojos de la antigua Segunda División B –e incluso algunos de la categoría de plata– miraban hacia él. Pero Rufino Familiar Sánchez, Rufo, (Madrid, 1986) escogió el Pontevedra Club de Fútbol. Al madrileño le gustó el carácter ambicioso que mostró el club lerezano en las negociaciones por su incorporación. Y es que la apuesta de la entidad granate fue decidida: pagó su cláusula al Internacional de Madrid, equipo en el que entonces militaba, con el objetivo de convertirlo en la referencia en ataque del conjunto de Pasarón.
Cuando comience el 2024, se cumplirán cuatro años desde la llegada de Rufo a la Boa Vila. Una celebración que cumplirá tras haber alcanzado el centenario de partidos defendiendo la granate. Cien batallas con el escudo del Pontevedra al pecho en unos años en los que Rufo ha pasado por una montaña rusa de emociones. El delantero pudo celebrar sus 100 ante el Marino de Luanco haciendo eso que tanto le gusta: marcar goles. La diana anotada en Miramar fue la número 36 de su cuenta personal en partidos oficiales con el equipo lerezano.
Pero la aportación de Rufo va mucho más allá de los números. Llegó a Pontevedra para convertirse en una referencia y consiguió ganarse el cariño de todos los aficionados y la admiración de los más pequeños. Su crecimiento se vio interrumpido por lesiones. La más grave lo tuvo apartado de los terrenos de juego hasta tres meses, cuando en un principio parecía que solo iban a ser seis semanas.
Su carácter resiliente y un intenso trabajo de recuperación le permitieron volver a vestirse de corto tras una ausencia que resultó "una pesadilla" y acompañar en el verde a sus compañeros para disfrutar del ascenso a Primera Federación.
Peleó cada minuto en la categoría de bronce y sufrió con todos los granates el descenso a Segunda Federación. Ahora, de nuevo en la división en la que brilló junto a Brais Abelenda y Charles, sigue defendiendo un escudo con el que esta temporada ya ha anotado seis goles en once partidos. Un camino de la mano del Pontevedra digno de recordar.
Un fichaje estrella para el Pontevedra
El "número 1" en la lista de Carlos Pouso, exentrenador del Pontevedra CF. Ese era Rufo. Cuando el técnico dirigía al cuadro lerezano, Rufo llegó a sus filas. Lo hizo en el mes de enero de 2020 y como una firme apuesta de la entidad que preside Lupe Murillo. Era uno de los deseados. Uno de esos futbolistas a los que el resto de equipos de Segunda División B, e incluso otros de categoría superior, miraban con el sueño de verle defender su camiseta.
Acabó vistiendo la granate del Pontevedra y todavía lo hace hoy en día. Su fichaje se fraguó después de que el club acelerara las negociaciones ante el interés que había despertado. Se pagó su cláusula de rescisión. Fue la incorporación estrella del equipo. Llegó a Pasarón con la estela de haber anotado 12 tantos en lo que iba de competición, siendo el máximo goleador del Grupo 1. Firmó hasta 2022 y en el tiempo que la pandemia le permitió, demostró que todo el revuelo que había despertado su fichaje era más que merecido.
Debut con sabor a gol
"Llegar y besar el Santo", que se dice popularmente. El estreno de Rufo en partido oficial con el Pontevedra no fue de oro porque se saldó con derrota. Pero dejó las pistas del revulsivo que sería el delantero madrileño a su paso por el equipo.
El 26 de enero, la misma semana en que llegó, debutó con el Pontevedra. Lo hizo en el partido de la jornada 22 ante el filial del Sporting de Gijón. Ingresó al terreno de juego tras el descanso, cuando los pupilos de Carlos Pouso iban perdiendo por dos goles a cero. Mandó el esférico directamente al palo justo antes de que los asturianos pusieran el tercero en el marcador.
Pero su actuación dio un cambio de 180 grados a la imagen del equipo en el Pepe Ortiz. Y en el minuto 70, en su primer duelo como granate, estrenó también su casillero de goles anotando el único tanto del Pontevedra CF en ese partido. Un comienzo prometedor y un rendimiento que le valió la confianza del entonces técnico del equipo lerezano.
Rufo, asentado y con pólvora
El nombre de Rufo se volvió un seguro en las alineaciones del Pontevedra. Tras su llegada, con el gran debut frente al cuadro sportinguista, Pouso no volvió a sentarlo. Disputó como titular todos los partidos que completaron esa campaña, interrumpida antes de lo esperado en el mes de marzo por la irrupción de la pandemia de covid-19.
Completó cuatro partidos como titular y en los dos últimos –en los que se retiró del campo a partir del minuto 80–, coronó sus actuaciones con un despliegue goleador. Rufo tenía pólvora en sus pies y había venido a Pontevedra a demostrarlo.
El primer dulce llegó en la jornada 27 en Pasarón, ante el Real Madrid Castilla. Superada la media hora de juego, el delantero puso el primer tanto en el marcador. Apenas tardó cinco minutos en hacer que subiera el segundo. Ese duelo lo coronó con su primer hat-trick vistiendo la granate, tras poner el 3-0 en el tramo final del encuentro.
El último duelo antes de la cuarentena, el 8 de marzo, también lo vistió de goles en la visita al Getafe B. Rufo puso los dos tantos iniciales del Pontevedra, que igualó Hugo Duro –actual jugador del Valencia–, para que Álex González en el minuto 79 diera la victoria a los granates. En total, seis goles de Rufo en sus primeros siete partidos como granate.
Renovación y "pesadilla"
En su primer curso completo con el Pontevedra –el 2020/21– consolidó su pareja con Charles y se erigieron como los obreros del gol en el equipo. Un año y siete meses después de su llegada, firmó la renovación con el club. El delantero no esperó a agotar su contrato, que acababa a final de temporada, para prolongar su idilio en la Boa Vila. El trotamundos había encontrado su lugar.
Pero su camino se truncó en octubre. Ante la Gimnástica Segoviana, el madrileño se retiró lesionado del terreno de juego. Y lo que parecía cosa de seis semanas acabaron siendo tres meses. "Está siendo una lesión pesada, sobre todo psicológicamente", confesó Rufo en una entrevista a Diario de Pontevedra a comienzos del mes de enero de 2022.
Su ausencia fue muy dura para el equipo. Y sobre todo para él mismo. El delantero contaba con volver a entrar con el grupo a las seis semanas. Pero una resonancia mostró que iba peor de lo que se pensaba y tuvo que estar 15 días prácticamente parado. Se olvidó entonces de marcarse plazos y a finales de ese mes de enero pudo volver.
Disputó poco más de 20 minutos en la visita de su equipo a la SD Compostela. Tres jornadas después volvió a ser titular ante el Bergantiños. Y al mes, el 20 de febrero, volvió a ver portería frente al Arenteiro. "Ha sido una pesadilla", confesó ya mediado marzo. El 9 granate anotó, de ahí hasta final de temporada, seis goles más. Su referencia, junto a Charles y Brais Abelenda, guio al equipo al ascenso.
Un centenario en la cúspide
El paso por Primera Federación fue agridulce desde el colectivo y, en consecuencia, también a nivel individual. Las lesiones volvieron a castigarle: se retiró del duelo ante el Real Madrid Castilla a finales de enero de 2023 y no regresó hasta marzo.
Pero Rufo consiguió, una vez más, dejar atrás los obstáculos del camino y se mantuvo en la plantilla granate como uno de los estandartes de este nuevo proyecto. El granate ha disputado las once jornadas de competición en lo que va de curso, solo una de ellas como suplente. Anotó su segundo hat-trick como granate en la goleada ante la UP Langreo (6-0) y coronó sus 100 partidos ante el Marino de Luanco con su sexta diana en la temporada. Es el máximo goleador del Pontevedra y el segundo del Grupo 1.